Capitulo 22

2.5K 266 17
                                    

POV.Anastasia:

Hoy es 25 de diciembre y Christian ha acordado con su familia para venir a comer aquí todos juntos para celebrar este día. Es muy extraño para mí pasar este día sin mis padres y la verdad que además de extraño es doloroso pero bueno a vida me ha preparado esto y no puedo cambiarlo aunque lo deseo.

Llevo despierta desde hace un buen rato metida en la cocina preparando todo para que cuando lleguen todo este listo y perfecto. Christian y Edward siguen dormidos ya que la noche de ayer fue muy larga e intensa y ambos están muy cansados. Que estén dormidos me viene muy bien para recoger y preparar todo tranquilamente sin tener que preocuparme por nada.

Me encontró preparando las galletas que tanto adoran los Grey mientras analizaba sin poder evitarlo la noche de ayer. Fue una noche muy extraña para mí y que daba mucho para pensar.

Primero el tan Christopher del que no me podía librar en ningún momento y esa extraña conexión que era evidente entre nosotros. No es una atracción física lo que nos une, lo sé pero también sé que es algo muy fuerte y extraño. Nunca en mi vida he sentido nada parecido con nadie, absolutamente nadie; ni siquiera con Jack. 

Y después el beso con Christian, un simple beso que logro remover todo mi interior y que me hizo desear mucho más. Nunca me había sentido tan hechizado como en ese momento ni tuve tantas ganas de que mis labios hicieran contacto con las de nadie como lo desee anoche. El beso fue tan dulce pero fogoso que me dejo sin aliento y de tan solo pensarlo siento que mis mejillas se van poniendo más y más rojas.

No sabe como debo enfrentarme a él ya que no volvimos a hablar desde el beso ya que prácticamente salí corriendo del lugar y desde entonces estuve evitándolo. No sabía como debía reaccionar y ese fue mi primer impulso, huir de él pero sé que no lo puedo hacer toda la vida. y como si la vida misma me lo quisiera recordar oí su voz.

-Wow que bien huele aquí dentro-oí su voz terciopelada.

Tragué duro antes de girarme poco a poco para encararme a él y desee no haberlo hecho nada más mirarle. Estaba apoyado en la umbral de la puerta con los brazos cruzados a la altura del pecho que por cierto llevaba desnudo ya que solo llevaba puesto un pantalón de chándal gris que le quedaba demasiado bien para mi gusto. 

-Buenos días-le salude intentando sonar normal aunque note que mi voz temblaba un poco.

-Madrugadora¿No?-me pregunto dejando su pose de dios y adentrandosé en la cocina.

-Me gusta hacer bien mi trabajo y si eso implica madrugar pues lo haré-le dije sin mirarlo.

-¿Estas bien?-me pregunto acercándose a mí.

-Claro¿Porque preguntas?-le pregunte algo nerviosa.

Vamos Ana cálmate que pareces psicópata

-Te noto rara-me dijo acercándose más y haciendo que sin darme cuenta de un paso alejándome de él que disimule cogiendo un bol.

-No es nada, solo el estrés de tener que hacer tantas cosas y apenas tener tiempo-le conteste sin mirarle.

-Ana no sabes mentir-me dijo con expresión preocupada ahora-¿Que te pasa Ana?¿Es por el beso de anoche?

-No es nada Christian, de verdad, es solo que tengo mucho por hacer y apenas he empezado-le conteste deseando que no vuelva a sacar el tema del beso.

-Bueno vale, te dejare a tu gusto-me dijo él-Pero recuerda que puedes confiar en mi para lo que sea cuando sea y para lo que sea.

-Gracias-le agradecí sincera-¿Quieres desayunar?

-No me vendría mal la verdad pero tranquila me preparare yo mismo el desayuno-me contesto.

-Ya esta listo tu desayuno solo tengo que servirtelo-le conteste con una sonrisa antes de dirigirme a por su desayuno.

Le serví su café amargo y unas tortitas dejando a su lado el sirope y el chocolate ya que no sabía con cual le gustaba más. Me sorprendía mucho al principio que se tomara un café tan amargo acompañado de algo dulce pero ahora ya me acostumbre.

-Eres una maquina Ana-me dijo sentándose.

-Casi pero no-bromee haciendo que sonría. Me encanta verlo sonreír, no sé porque pero esa sonrisa hace que me olvide de todo el mal del mundo y que sienta que todo esta bien.

-¿Anoche la pasaste bien?-me pregunto dándole un sorbo a su café.

-Sí, estuvo bien-le conteste con una sonrisa

Sobre todo cuando me besaste

-Me alegro de que lo pasaras bien, no estaba seguro de que fuera una buena idea llevarte a ese entorno-me dijo rascándose la nuca, cosa que hace cada vez que esta nervioso.

-Estuvo bien, tranquilo-le sonreí para que se tranquilizará debatiéndome conmigo misma sobre si decirle lo rara que me sentí al lado de Christopher o no. Al final decidí no decirle nada ya que seguramente serían paranoias mías y ya esta.

-Termino de desayunar, me doy una ducha y vengo a ayudarte-me dijo terminando su tortita.

-No, tranquilo que no hace falta-le dije con una sonrisa-Por cierto, antes de que llegue el resto me gustaría llevarme a Edward e ir al cementerio a visitar a nuestros padres, pero tranquilo que dejare todo listo por si llegan antes.

-Claro ve y no te preocupes por nada, no importa si no esta todo terminado y si quieres yo mismo te acompaño-me dijo él.

-No, no hace falta-le dije yo rapidamente ya que quería pasar ese momento con mis padres y mi hermano.

Los echo tanto de menos que se me rompe el alma cada vez que pienso en que ya no están conmigo, que ya no los tengo cerca, que no volveré a abrazarlos ni a sentir el calor que transmiten sus cuerpos y el cariño que me daban. Pensar que Edward nunca los conocerá y que a partir de este momento debemos ir al cementerio cada vez que necesitemos estar con nuestros padres me mata.

-Ana no llores-me dijo Christian acercándose para abrazarme haciendo que me dé cuenta de que efectivamente estaba llorando.

Me abrazo con cariño para tranquilizarme permitiéndome llorar en su pecho mientras frotaba mi espalda para que me tranquilizará. No podía dejar de llorar aunque lo intente, todo se me venía encima al empezar a recordar y mi mente no hacia más que rebobinar en el pasado y hacerme ver los recuerdos.

-No llores, pequeña por favor-me dijo Christian mientras me abrazaba más fuerte-Sé que duele princesa pero debes seguir adelante por ellos, ellos no habrían querido verte así.

No sé cuanto tiempo más seguí llorando en los brazos de Christian. Me sentía pequeña y vulnerable en sus brazos llorando de esa manera pero por primera vez no me importo verme así con alguien.


Pasados EntrelazadosWo Geschichten leben. Entdecke jetzt