Pov.Anastasia:
Perdí la noción del tiempo acariciando la mejilla de mi hermano y pensando en todo lo que había vivido estos días. El destino tiene un sentido del humor muy retorcido conmigo y ya esta empezando a pasarse tres mil pueblos con mis desgracias ¿Acaso no podré tener una vida normal nunca?
El sonido de la puerta al abrirse me sobresalto y cuando me giré vi a Christian delante de mí. Me dio la sensación de que había envejecido mil años en estos días. Tenia un barba de varios días y unas notables ojeras, el pelo despeinado y una cara de cansancio que se notaba desde la china. También me pareció que habia adelgazado varios quilos.
-Ana...-dijo en un leve susurro mirándome como si no se pudiera creer que estaba viva delante de él.
-Hola-dije yo sin saber que más decir.
Se acercó a mí mirándome fijamente con sus hermosos ojos y no pude evitar saltar encima suyo a abrazarle. Él tardo un poco pero terminó rodeándome con sus fuertes brazos y estrechándome fuerte contra su cuerpo. No pude evitar ponerme a llorar. Creía que no iba a volver a verle nunca más.
-Shh pequeña, ya paso todo-me dijo acariciando mi espalda lentamente para calmarme-Ya estas a salvo y nada podrá hacerte daño.
-¿Como he conseguido salir de ahí?-le pregunté entre sollozos y aunque al principio se negó a contarme esa horrorosa experiencia terminó accediendo.
Me contó como había conseguido dar con mi paradero y como había acudido a mi rescate sin dudarlo. También me pidió perdón tres mil veces aunque en cada una de ellas le aseguré que no era culpa suya y que él no tenía nada que ver. Me abrazó e intento calmarme hasta que me quedé dormida.
Cuando desperté me encontraba sola en la cama. Con cuidado para evitar marearme me levanté para acercarme a donde mi hermano pero tampoco estaba en su sitio y el pánico empezó a apoderarse de mí. Bajé corriendo a la primera planta gritando su nombre y cuando llegue al salón encontré a mi hermano en los brazos de Christian comiéndose su desayuno. No pude evitar quitárselo de los brazos lo más rápido posible y estrecharlo contra mi pecho.
Lo había echado mucho de menos y él era mi mayor preocupación cuando el psicópata ese me tenía retenida. Tenía mucho miedo de no volver a verle y abandonarle igual que lo hicieron mamá y papá. Él me miro emocionado y me abrazó mas fuerte. Al parecer él también me había echado de menos tanto como yo a él.
-Mamá-me dijo él sonriente abrazándome con toda su fuerza.
-Sí cariño, mamá ya esta aquí y no va a volver a dejarte solo nunca más-le dije con lagrimas en los ojos deseando sinceramente poder cumplir esa promesa.
-Se a despertado muy temprano y visto que estabas tan cansada no quise despertarte, perdona si he provocado que te asustaras-me dijo Christian levantándose.
-No pasa nada, no te preocupes-le dije yo sin soltar a mi pequeño-Muchas gracias por todo.
-No tienes que dar las gracias por nada-me dijo él y en ese mismo alguien toco el timbre de casa-Ahora vuelvo, debe ser Christopher.
Me senté en el sofá donde estaba minutos antes Christian y dejé a mi hermano en el suelo como él mismo pedía para poder jugar con unos juguetes que supuse que eran nuevos ya que no los reconocía. Miré embobada como hermano ya empezaba a ponerse de pie aunque aún no conseguía dar ningún paso sin caerse al suelo.
-Ana cariño-me dijo Christopher nada mas verme y yo por mi parte me acerque a abrazarlo. En el tiempo que estuve retenida había decidido que si salía viva iba a darle una oportunidad a Christopher y perdonarle por todo. Era mi hermano al igual que Edward e iba a darme la oportunidad de disfrutar de él.
-Estoy bien-le dije con una suave sonrisa cuando vi que me estaba inspeccionando y volvio a abrazarme.
-No sabes el miedo que pase de perderte, pensé que volvía a perderte, que no volvería a ver esa hermosa sonrisa que acababa de recuperar-me dijo estrechándome muy fuerte en sus cálidos brazos y por primera vez desde la muerte de mis padres me sentí realmente protegida y amada.
-No me va a volver a pasar nada hermanito-le dije disfrutando de la calidez de sus brazos.
-Quiero que Edward y tu vengáis a vivir conmigo en el apartamento. Sois mis hermanos y mi deber es protegeros. No estaré tranquilo sino te tengo cerca-me dijo él tomando mi mano entre sus manos y mirándome a los ojos. Miré a Christian, quien miraba la situación desde el umbral de la puerta y procesé todo. Era el momento de darle la oportunidad a mi hermano y dejar de ser una carga para Christian.
-Vale, lo que tu quieras-le dije con una sonrisa y volvió a abrazarme sonriente-¿Podemos marcharnos ya? Tengo todo preparado ya en casa y así puedes descansar y volver a instalarte.
-¿No es un poco pronto?-dijo Christian mirando a Edward y evitando que nuestros ojos choquen.
-No, esta bien-decidí recordando que era lo que más quería antes de que pasará lo que había pasado y después de ver a Christian con esa chica-Voy a subir a preparar mis maletas.
-¿Necesitas ayuda?-me preguntó Christopher.
-No, gracias-le contesté y abandoné el lugar para subir a recoger mis cosas.
Igual pensáis que me estoy acelerando y que quizá debería pensarlo mejor pero ¿Que más podía hacer en esta casa que no fuera hacerme daño a mi misma? Yo estaba enamorada de Christian, de eso me había dado cuenta ya pero él de mí no. Seguir viviendo bajo su mismo techo y viendo sus aventuras con otras solo iba a destrozarme. Quizá no debería pensar en esto después de haber vuelto de la muerte pero no podía evitar recordar como besaba a esa chica delante de mi sin importarle lo más mínimo mientras yo me moría por dentro.
Sí, Christian me a ayudado mucho y eso nunca lo voy a olvidar. Estaré eternamente agradecida a él pero ya era hora de que avanzará y le diera a mi hermano una oportunidad después de todos estos años. Quizá de este modo podría entrar a la universidad por fin y construirme mi propio futuro. Iba a hablarlo con Christopher y conseguir un nuevo trabajo para poder pagarme mis estudios y mi estancia en casa de Christopher. Es mi hermano, sí pero no iba a permitir que me mantuviera. De momento, iba a pagar mi estancia con el dinero que había ido ahorrando con mi trabajo en casa de Christian.
Cuando terminé de recoger todo y dejarlo como lo encontré yo el primer día bajé las dos maletas que constituyan mi equipaje y el de mi hermano. Los dos acudieron a mi ayuda pero con una sonrisa les dije que podía sola con las maletas pero que necesitaba algo de ayuda con la cuida de Edward. Pensé que iban a bajarla pero Christopher dijo que ya había comprado una para él y preparado toda una nueva habitación para él asi que lo único que debíamos llevarnos es la ropa y algún que otro juguete que Edward amara.
Christian no pronuncio ni una palabra y solo sonreía forzadamente hasta el momento del adiós. Simplemente le dio un suave beso a Edward y a mi me dijo un leve " cuídate". Eso fue todo, no sé que me esperaba, pero definitivamente eso no. Le sonreí convenciéndome aún más de mi decisión y salí de la casa junto a mis hermanos.
Un nuevo futuro me espera a partir de ahora y voy a luchar por él.
FELIZ AÑO NUEVO A TODOS Y ESPERO QUE SEA UN AÑO DONDE SE CUMPLAN TODOS LOS DESEOS.
OS QUIERO.
YOU ARE READING
Pasados Entrelazados
RandomAnastasia Steele vivía su vida como cualquier adolescente de 16 años hasta el 9 de mayo. El día en el que su vida se vuelve una pesadilla hasta que conoce a Christian Grey o eso es lo que ella cree. Christian odia a sus padres,se lleva mal con sus a...