Capitulo 43

2.4K 252 48
                                    

Pov. Anastasia:

Hace tres días desde que trajeron a Christian herido. Desde entonces no a despertado y lo único que hace es balbucear cosas sin sentido o gemir de dolor aunque siga dormido. La fiebre le sube de manera exagerada a las noches y eso hace que mi aterré aunque John diga que es totalmente normal y que no pasa nada.

Durante estos tres días no he salido de casa en ningún momento y mucho menos ido a la universidad por mi propia protección a petición de Christopher pero también para poder cuidar de Christian. A diario me encargaba de pasar una toalla limpia con agua tibia para limpiarlo y luego cambiaba su vendaje siguiendo las indicaciones previamente recibidas. Sentía que el corazón se me encogía cada vez que le veía tan indefenso y cada día que pasaba sin que él despertará era una tortura.

Como todos los días, aproveché que Edward estuviera dormido para ir a encargarme de Christian. Empecé a pasar la toalla mojada por su cuerpo y tras ello me encargué de su herida. Cuando terminé de vendarle la herida e iba a irme, tomó mi mano haciendo que pegué un salto del susto.

Me quedé quieta observando todos sus movimientos por si tengo que informar de algo a John. No me atrevía ni a respirar y mucho menos a pestañear. En mi interior había una mezcla rara de sentimientos y mi corazón parecía como un caballo galopando salvajemente por el bosque, sentía que se me iba a salir del corazón.

De repente sus hermosos ojos grises se abrieron haciendo que mi corazón enloquezca. Pensaba que no volvería a ver esos bonitos ojos que tanto provocaban en mi interior. Me observaba desconcertado y yo estaba paralizada, sin saber como debería reaccionar.

-¿Ana?-me preguntó como sino se lo pudiera creer.

-Si, soy yo pero shh no debes esforzarte, sigues muy débil-le dije intentando deshacerme de su agarre que me empezaba a incomodar.

-¿Donde estamos?-preguntó antes de empezar a toser. Me solté de su agarre y le acerqué un vaso de agua.

-En el piso de Christopher, es aún peligroso que vuelvas a tu casa y los chicos optaron por traerte aquí-le contesté mientras le ayudaba a beber-Debo avisar a john de que has despertado.

Sin permitirle que contesté salí de la habitación y tras recuperar el aliento fui a por mi móvil. Llamé a John y le informé de la novedad. Él por su parte prometió pasarse en cuanto tuviera un hueco libre para examinarle y me dio nuevas instrucciones.

Siguiendo las instrucciones de John me puse a prepararle a Christian una sopa. Llevaba varios días sin probar bocado y de seguro estaba muerto de hambre, aparte de eso, el hecho de no comer le debilitaba el doble y era lo ultimo que él necesitaba. Cuando dicha estuvo lista me armé de valor y me dirigí a su habitación.

Cuando abrí la puerta me fijé en que se había incorporado y que estaba sentado en la cama como podía con la espalda apoyada en la cabecera. Se notaba a kilometros de distancia lo debil que estaba y eso hacia que se me encogiera el corazón. Me acerque a él suavemente y me senté en la cama a su lado para ayudarlo a comer. Él solo era obvio que no podría comer por la herida que lo tenía inmovilizado.

-Te he preparado una sopa. John dice que no debes comer alimentos muy pesados y abrumantes ya que has estado bastante tiempo sin comer nada. Poco a poco conseguiremos que vuelvas a alimentarte con normalidad sin irritar tu estomago-le explique dirigiendo la cuchara a su boca para que coma. Tras probarla una sonrisa adorno su bonita cara-¿Pasa algo?

-No, simplemente echaba de menos tu deliciosa comida-me dijo sonriendo y no pude evitar apartar los ojos y sonreir-¿Por cierto, donde esta el pequeñin?

-Sigue durmiendo, pero supongo que pronto despertará-le contesté mirando el reloj que llevaba en mi muñeca.

Tras ello, los dos nos sumimos en un comodo silencio en el que cada uno viajaba atraves de sus propios pensamientos. Cuando hubo terminado de comer le di las pastillas en el orden que me indico John y tras haber tomado dichas salí de la habitación para que descansé.

Me dirigí a la habitación donde se encontraba Edward para despertarlo ya que era bastante tarde. Tras despertarlo lo bañe y le vestí con ropa comoda para que pueda jugar agusto por casa. Le di su desayuno y fui con él a la sala. Encendí la tele y puse su canal de dibujos favorito en el cual estaban emitiendo Bob esponja, uno de sus dibujos favoritos.

El niño en seguida se abrazo a su osito de peluche y se sentó en la alfombra a ver la tele embobado. Aproveché que estuviera tan concentrado viendo los dibujos y me acerqué para comprobar que Christian estuviera durmiendo y no necesitará nada. Estaba dormido pero me acerqué a taparlo bien.

Se veía como un pequeño niño indefenso sin protección alguna y mi corazón daba un vuelco al verlo de ese modo. Sin poder resistirme acaricie suavemente su cara y pase la mano con suavidad por su sexy y despeinadisimo cabello. Cuanto más le miraba más revivía el amor que siento por él. Ese amo que luché por eterrar pero que por desgracía no había podido conseguir. Las cenizas de ese amor estaban reviviendo y presintía que volvería a quemarme lentamente por más que yo no quiera.

-¿Ana que haces aquí¿-me preguntó Christopher desde el umbral de la puerta haciendo que me sobresalté. No sabía cuanto tiempo llevaba observandome ya que no había notado su presencia hasta que habló. Rapidamente aparté la mano de la frente de Christian como si quemará y carraspé antes de hablar para ganar tiempo que mi mente usaba para inventarse alguna excusa que justificará lo que estaba haciendo.

-Nada, solo había venido a ver si necesitaba algo y de paso pensé en comprobar si aún tenía fiebre-medio mentí y suspiré de alivio cuando vi que se lo había creído.

-Me han informado ya de que ha despertado. Me alegro mucho de ello-me dijo mirando a su amigo.

-Si, despertó esta mañana y tras tomar la comida y la medicina volvió a dormir. Sigue muy débil-le dije mirándole también.

-Bueno deberíamos dejarle descansar-me dijo saliendo de la habitación y yo le seguí-Voy a darme una ducha nena, ahora vuelvo.

Asentí con la cabeza simplemente con una sonrisa y regresé a la sala junto a mi hermanito. Él seguía viendo sus dibujos entretenido mientras jugaba con una pista de carreras que le había Christopher hace un par de semanas. Yo simplemente miraba a la nada mientras mi cabeza era algo así como una batidora llena de sentimientos y pensamientos.

Siento mucho las faltas de ortografía y espero que os guste

Pasados EntrelazadosWhere stories live. Discover now