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Una mirada esmeralda oculta tras la oscuridad observaba atentamente a través de la ventana, era la rutina nocturna de Lauren.

La habitación de su vecina estaba justo frente a la de ella.

La chica de veintiún años era una estudiante de economía, con cabello castaño y silueta delgada, pero alguien bastante sexy ante los ojos de cualquiera, era inevitable no espiarla mientras se cambiaba luego de tomar una ducha.

Lauren se acomodó mejor para no perder de vista ningún movimiento de la universitaria, esta le dio la espalda y se introdujo en su pijama, no podía tener mejor vista del trasero de la mayor, se mordió el labio cuando la vio inclinarse por algo, luego un ruido la hizo sobresaltarse, solo fue su celular, leyó el mensaje y era de quien menos lo esperaba.

«Deja de espiar mocosa» escribió Camila.

La ojiverde sintió el rostro caliente y cuando volvió a ver al exterior, la ventana de su vecina ya estaba cerrada.

Maldijo internamente porque no pudo seguir observándola y aún más porque nuevamente la había descubierto mirándola.

«No estaba espiando» respondió antes de meterse a la cama.

«Entonces que lastima, te lo perdiste» contestó la mayor casi de inmediato, disfrutaba poner incómoda a la adorable Lauren.

Camila se reía en su habitación pensando en el rostro sonrojado que debería tener su vecina en ese momento, era bastante graciosa cuando sus mejillas se coloreaban a tal grado que parecía que explotarían, bueno ella también era así tres años atrás, no la culpaba.

Lauren decidió ignorar ese último mensaje, se cubrió completamente con sus sábanas y se dispuso a dormir, esperaba no encontrarse con Camila por la mañana.

No la mal entiendan, a la ojiverde le agradaba su vecina aunque la molestara tan seguido por cualquier motivo ya que Camila, además de linda, era amable y estudiosa, era una especie de orgullo en su familia y los padres de Lauren, Mike y Clara, se la pasaban poniéndola de ejemplo académico a sus hijos.

Bueno esa afición en el barrio por sacar el tema de la vecina perfecta había disminuido un poco cuando hacía un par de años la castaña había salido del armario, pero una vez que todos terminaron de asimilarlo Camila volvió a ser la estrella del vecindario.

Volviendo con Lauren, durante la mañana, en el transcurso que tomaba una ducha y terminaba de arreglarse para ir a desayunar antes de salir a la preparatoria, todo marchaba perfecto hasta que al estar fuera de su hogar junto a sus hermanos se topó a su vecina saliendo justo en el mismo instante que pasaron frente a su casa.

Lauren bajó la mirada y pretendió no observarla, sin embargo su hermana y hermano no hicieron lo mismo, Camila solía ser muy dulce con los niños, sobre todo porque ella también tenía una hermana pequeña, así que Tay y Chris se detuvieron a saludarla, por consiguiente Lauren también tuvo que hacerlo.

Siempre era bastante incómodo ver el rostro de Camila luego de que esta se la pasará haciéndole bromas en doble sentido o se percatara de que la espiaba, pero qué más daba, tenía que disimular frente a sus hermanos ya que estaban dejando de ser unos mocosos y podían entender su nerviosismo frente a la castaña, además eran una chiquilla de diez años y un chamaquito de trece bastante precoces, bueno tenían que ser sus hermanos.

Luego del incómodo momento se retiró, el camino a la escuela la hizo olvidar el bochornoso momento que vivió por la noche y así fue por el resto del día, siempre superaba bastante rápido las vergüenzas propias que le hacía pasar su vecina, pero igual bastante rápido llegaban nuevamente, solo rogaba a Dios que eso cambiara un poco ya que la castaña parecía no querer hacerlo por su cuenta.

Esa tarde, cuando regresaba caminando del colegio tranquilamente, pasó lo que no tenía que pasar, Camila estaba en el patio delantero de su casa sentada sobre el césped ¿Qué hacía ahí Camila  tan temprano? Si se suponía que siempre llegaba más tarde que ella porque estaba en la universidad.

Lauren deseó que la tierra se la tragara al ver la mirada de Camila sobre ella como diciendo ya te estaba esperando con un chiste de mal gusto, de haberlo sabido Lauren hubiera dado la vuelta antes para entrar por el otro lado de la manzana y no pasar frente a la casa de Camila.

Lo peor era que a pesar de ser casi insoportable era solo casi, sí, ese era el problema, si fuera completamente insoportable simplemente le gritaría o se quejaría o algo por el estilo, pero la ayudaba con sus tareas cuando no le entendía a alguna materia, y cuando la veía llorar siempre se acercaba a darle su apoyo, así que no podía recriminarle nada.

Además Lauren tampoco era una pera en dulce, simplemente era más joven y por ende Camila tenía más carácter para hacerla bajar la mirada apenada, en ocasiones la ojiverde hacia berrinches frente a Camila y en lugar de molestarla simplemente se reía de lo graciosa que se miraba enojada.

— Lern —exclamó la mayor poniéndose de pie.

— Lauren —le corrigió la ojiverde sin detenerse.

— Oye espera —dijo Camila al ver que la más joven siguió su camino.

— ¿Qué sucede? —respondió dando media vuelta para verla.

Cuando giró, Lauren no esperó que sobre la misma acera, unos cuantos metros tras ella, se aproximara caminando a pasos delicados una chica delgada y de piel bronceada, nunca la había visto antes en el vecindario, era guapa y la ojiverde se quedó muda al ver que se dirigía ¿a ella?

Camila arrugó un poco el entrecejo al ver la expresión shockeda de su vecina y volteó a ver qué era lo que la había puesto así, cuando se dio cuenta sonrió y regresó a Lauren quien aún observaba a la otra chica.

Los ojos esmeralda siguieron el andar de la joven hasta que se detuvo junto a Camila para saludarla amenamente. Seguro era una de sus amigas de la universidad o su novia. Por favor que no lo fuera.

— Lauren —le habló Camila sacándola de su pensamientos.

— Sí —atendió sobre saltándose un poco puesto que estaba perdida en la otra chica.

— Tú mamá me pidió que te dijera que hay comida en el microondas, salió con Mike hace un momento.

— Sí, gracias, Camila —dijo un tanto nerviosa —¿sabes a donde fueron?

— Llevaron a Tay al médico, al parecer tenía un dolor de estómago fuerte cuando regresó del colegio, se llevaron a Chris también. Dijeron que solo tardarán un par de horas.

— Gracias —contestó acariciando su nuca —. Creo que... que ya me voy —añadió dándole una última mirada a la amiga de Camila.

Así la ojiverde se dispuso a ir a casa.

— Creo que le gustaste, Lucy —le susurró Camila a su amiga de inmediato.

— Claro que no —replicó la chica en el mismo tono.

— Lauren, todavía no te vayas así, te voy a presentar a mi amiga — la volvió a llamar Camila con una sonrisa traviesa.

Y tras esas palabras la más joven sintió un mini remolino en el estómago.

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Gracias por leer ;)
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Lauren quiere ser tops || Fanfic CamrenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora