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Clara despertó con un terrible dolor de cabeza, quizá eso era una mala señal, seguramente el día de todos sería un martirio.

La mujer preparó el desayuno, sintió que le quedó un poco insípido pero ya no le importó, lo único que quería era aliviar el dolor.

Tomó un par de pastillas y luego avisó a su familia que el desayuno estaba servido.

¿A qué se debía el dolor? Podía ser por muchas cosas, el ser madre es una ardua tarea sobre todo cuando tu hija mayor y tú tuvieron una discusión recientemente.

Algunas ocasiones crees que estás enseñando lo mejor porque así te lo enseñaron a ti y es frustrante cuando alguien no acepta tus ideas o no quiere acatar tu mismo comportamiento, es más frustrante si ese alguien es tu hija.

Vio a su familia empezar a llegar a la mesa, Mike le dio un casto beso cuando bajó, eso la hizo sonreír ligeramente a pesar de la molestia y el dolor.

Sus hijos más jóvenes aparecieron tras su padre, la única que faltaba era Lauren.

Volvió a llamarla un par de veces más mientras los otros tres miembros de su familia comenzaban. No hubo respuesta por parte de la adolescente.

Clara arrugó ligeramente el entrecejo y se llevó una mano a la frente al sentir ahí una punzada luego de ser ignorada por Lauren, mi siquiera respondía algo.

Subió a regañadientes y tocó la puerta de la habitación, al no ser atendida abrió y en el momento sintió como si su cráneo se agrietara, no fue una exageración, era un gran enojo.

— ¡Lauren! —gritó con ganas.

La chica se despertó de golpe.

— ¿Qué? —respondió la menor aún média dormida y con el corazón acelerado del susto.

— ¿Qué te crees para seguir durmiendo a esta hora? Ya deberías estar lista tomando tu desayuno para largarte a la escuela pero no, la señorita sigue soñando como el angelito que es —exclamó.

Lauren vio inmediatamente la hora, quizá se le olvidó ajustar su despertador pero la alarma del teléfono había soñado y ella no enterada, se había desvelado más de lo que acostumbraba.

— Lo siento —dijo incorporándose rápidamente paraeterse a la ducha.

— Eres el colmo, Lauren. Parece que estos últimos días solo vives para hacerme enojar —comentó quizá sin realmente ser sincera peor para Lauren eso fue hiriente, para cualquiera lo hubiese sido viniendo de su madre.

La chica decidió ignorar lo dicho por Clara y siguió con lo suyo, después de todo no quería discutir o hacer más grande la situación.

Cuando finalmente la ojiverde estuvo lista no siquiera probó bocado antes de salir, eso también molestó a su mamá.

Al llegar a la escuela y con el pasar del tiempo sentía como cada vez su apetito se abría más, la hora del descanso fue como la llegada de la gloria, sobre todo cuando vio que Camila estaba sentada en una banca cercana a su casillero.

— Hey, maestra tops —exclamó hacia Camila mientras abría su locker.

— Hola alumna estrella.

— ¿Qué haces aquí?

— ¿Qué más puedo hacer boba? Vine a supervisar. Creo que todo está en orden.

Lauren sonrió dejando algunos libros antes de cerrar el casillero y acercarse a la castaña.

— Oye necesito desayunar algo ¿me acompañas?

— Seguro pero... ¿Qué tal si vamos a otro sitio a comer? —propuso la mayor.

— Este... suena bien.

— Pero si vamos ya no regresamos, es un poco lejos.

— ¿Y no podemos ir a un lugar más cercano.

— No.

—Aún me faltan varias clases.

— Igual a mí pero por un día no vamos a afectarnos —dijo con una sonrisa radiante ante la que Lauren no se pudo negar.

Salieron del edificio juntas, charlaban y un par de calles después Camila decidió tomar la mano de Lauren.

Tomó por sorpresa a la ojiverde pero fingió que no fue así, solamente correspondió al gesto de su vecina, era quizá una cosa insignificante que las parejas cursis hacían pero se sentía bien entrelazar sus dedos con los de la castaña.

Lauren en ese momento vio que todo a su alrededor desaparecía y que sólo importaba la chica junto a ella sonriendo y hablando de trivialidades.

La presión de su madre, las clases pendientes, las personas que hablaban, el cielo nublado, el motivo por el cual estrechó su relación con Camila, todo se reducía a nada en el momento el que la castaña se acercaba a ella.

Quizá si fuera otra la situación, Lauren se atrevería a decirle a la mayor lo que estaba comenzando a sentir, quizá sí le gustaba ella y no sólo lo que hacía con ella, pero seguramente quedaría en ridículo confesando algo que no tenía sentido porque Camila solo actuaba de esa manera, la besaba y la tocaba, por un proyecto que estaban llevando a cabo juntas.

Solamente le quedaba a la ojiverde disfrutar de lo que estaba ocurriendo, disfrutar de cada acción o mínima palabra que Camila le obsequiara hasta el día en que esas sesiones de prácticas y supuestas clases terminaran.

Eso era lo que hacía Lauren en ese preciso instante, disfrutar y perderse un poco en los ojos oscuros de Camila.

La castaña era la clase de chica que sonreía y hacia florecer un campo en otoño, le gustaba la lluvia y leer autores demasiado cliché, tomaba café y no salía de casa sin arreglarse al menos un poco, era distinta a la ojiverde en varios aspectos pero a la menor le gustaba aquello en lo que diferían porque era interesante conocer cosas nuevas y si esas cosas nuevas venía de Camila aún mejor.

Lauren jamás creyó que su vecina fuera tan especial...

... Y si el fin del mundo llegaba en ese momento ni siquiera se daría cuenta de ello.

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Gracias por leer ;)
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PD; No actualicé ayer porque tuve un accidente (uno real y no como los de la Lolo xd), esta chica se lastimó un tobillo y lloró como nenita T.T

PD2; Hoy habrá tres actualizaciones
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Lauren quiere ser tops || Fanfic CamrenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora