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Un Alejandro bastante molesto, más decepcionado que cabreado, esparmeraba caminando de un lado a otro en la sala de su casa.

Lauren y Camila terminaron de vestirse sin decir nada, ni una palabra desde que el papá de la castaña las interrumpió y solo salieron prácticamente disparadas de la cama a recoger sus prendas.

Una vez que la la menor estaba completamente presentable Camila la detuvo antes de salir. Le arregló un poco la melena alborotada y le dio sus apuntes puesto que ya hasta los estaba olvidando.

- Creo que voy a vomitar -dijo Lauren cuando Camila finalmente abrió la habitación.

Literalmente se habían alistado en menos de tres minutos, además las habían encontrado en el momento menos oportuno, era normal que se sintieran aturdidas. Quizá Camila más aterrada que otra cosa porque no sólo la castigarian, también le darían un sermón bastante incómodo.

- No vomites o yo lo haré también.

- Si vomitas yo vomito, que romántico -contestó la ojiverde con sarcasmo.

- Lauren, no es tiempo para bromear -la regañó Camila dándole una ligera palmada en el brazo.

-Lo siento, eso distrae un poco mis náuseas -explicó antes de que ambas salieran rumbo a las escaleras.

Alejandro las oyó bajando y suspiró relajándose antes de que llegarán con él para no explotar desmesurado.

Por su parte, las chicas no querían ni ver a la cara a Alejandro pero tenían que ir ahí y asumir las consecuencias de su pequeña travesura o atrevimiento desmedido.

Camila sentía que su papá le perdería toda la confianza y admiración que le tenía pero quizá la castaña estaba exagerando porque Alejandro sabía bien que todos comenten errores.

Lo que sí es que Alejandro jamás pensó que su hija fuera tan tonta, la creía era más inteligente o por lo menos más discreta, no que los gemidos de la condenada chamaca se escuchaban hasta el patio acompasados por los de Lauren.

El hombre las vio entrar a la sala de estar con la mirada baja y con un sonrojo bastante marcado en las mejillas de ambas que el mayor ya no sabía si era de vergüenza o por haber estado de calientes.

-No sé en qué estaban pensando -comenzó Alejandro con aparente serenidad.

- Papá yo...

- No, Camila -la interrumpió -. No hables. Espero que esto no se vuelva a repetir. Más bien esto no se volverá a repetir. Son un par de... mejor no digo nada. Lauren ve a tu casa -, ordenó.

- Señor solo quiero de...

-Lauren ve a tu casa repitió usando un tono más autoritario que hizo a la chica dar un respingo y obedecer de inmediato dedicándole una última mirada a la mayor.

La puerta se escuchó indicando que la vecina ya se había ido dejando a Camila completamente sola con su padre. La joven sentía sus piernas temblar así que se sentó en el sofá y Alejandro hizo lo mismo frente a ella sim dejar de verla fijamente, la mirada del hombre pesaba demasiado.

- ¿Estás consciente de lo que hiciste, Camila?

Óbvio lo estaba, estaba consciente de que había estado tocando el cuerpo de Lauren y disfrutando de las caricias de esta, pero no diría eso.

Camila simplemente no contestó, mantenía la vista sobre el suelo y si hablaba sentía que solo empeoraría las cosas.

Ante la falta de respuesta Alejandro continuó.

-No sólo mentiste diciendo que harían tarea.

-Sí hicimos tarea -indicó casi inaudible.

Alejandro hizo un gesto de fastidio tras el comentario de su hija.

- Camila, no me vengas con eso ahora, solo usaron ese pretexto para meterse a la habitación. Pero dejemos eso a un lado. Es una niña.

-No es una niña, papá -replicó al instante.

Y entonces Alejandro la vio como diciendo da igual, es menor de edad y tú eres três años mayor.

-Sé que eres humano y es normal querer tocar y esas cosas que haces o quieres hacer, pero no me jodas, por lo menos respeta que estoy aquí y que Lauren es más joven que tú. También tú eres una pequeña para mí, además debes respetarte a ti misma, no puedes meterte con cualquiera, no quiero ni pensar que eso haces cuando sales de casa.

-Obvio no, papá, no salgo y me meto con cualquiera, no te alarmes, no soy una puta -y eso era una verdad a medias porque sí había estado ya con varias chicas, quizá más de las que le gustaría, pero tampoco era una ninfomana.

- Camila, estás castigada -y bueno, la castaña ya lo sabía, solo estaba esperando a que se lo dijera su padre -, sin salier más que a la universidad dos semanas, yo te llevo y te traigo a casa, si tienes que hacer algún trabajo será aquí y conmigo o tu mamá acompañadote. Además no te acercarás más a la hija de Mike.

Y todo iba bien hasta que su padre dijo eso último.

- Pero papá, no, eso no -replicó rápidamente alzando la cara.

- Es por tu bien.

- ¿Por mi bien? ¿Cómo es que eso puede ser por mi bien?

- Su madre es...

-Sé como es su madre, pero eso no me importa.

-Si se entera de que tienes esa clase de relación con su hija a Lauren la encierra en un manicomio y a ti te mata o te manda a la cárcel por violarla.

- Yo no la violé -dijo tratando de no alterarse.

- Camila, ya hablé. Manten tus manos lejos de esa niña.

-Pero...

-Sin peros. Tu castigo empieza desde hoy así que ve a tu cuarto y comportate -concluyó poniéndose de pie y yéndose del lugar.

Y justo cuando Alejandro iba a cruzar el marco de la puerta oyó a su hija hablarle nuevamente.

- Por favor no le digas a mamá -pidió haciendo a su padre voltear a verla nuevamente.

- Lo haré.

-Por favor -volvió a decir con un tono que imploraba -. No quiero que lo sepa, es lo único que te pido -, añadió juntando sus manos en forma de ruego.

En respuesta Alejandro suspiró y asintió aceptando la petición de su hija.

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PD; ILY
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Lauren quiere ser tops || Fanfic CamrenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora