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Después de la escuela Lauren estaba ayudando a su madre en el supermercado, Clara hablaba mientras colocaba más y más cosas en el carrito de compras, sinceramente la adolescente ni siquiera estaba prestando mucha atención.

Su mente solo iba y venía repasando todo lo que había hecho la noche anterior.

¿Le gustaba su vecina o simplemente le gustaba lo que hacía con ella?

Independientemente de la respuesta ya quería volver a ver a Camila por lo menos de lejos.

La ojiverde estaba tan sumergida en su mundo que no se dio cuenta cuando una boba sonrisa se dibujó en su rostro. Sin embargo Clara sí lo notó.

—Recuerdo cuando tenía tu edad y eso me pasaba solo por una razón —dijo directamente a su hija haciéndola bajar de su nube.

— ¿Qué? —cuestionó sin saber de qué hablaba su mamá.

— Tu sonrisa.

— ¿Cual sonrisa?

— Lauren, has estado bastante distraída.

— No es cierto.

— Puedes contarme, hija —indicó con curiosidad de quien quien era "el muchacho" que la ponía así.

— No es nada, mamá, me acordé de algo que leí.

Y probablemente Clara no le creyó pero tampoco siguió insistiendo con el tema.

Lauren debería dejar de andar babeando en todos lados o se metería en problemas.

Cuando subieron al auto con las compras la ojiverde estaba acomodándose en el asiento del copiloto y su celular vibró. Solo tenía las notificaciones de los mensajes para un contacto así que se apresuró a sacarlo de su bolsillo.

«Hazme un espacio en tu agenda hoy en la noche»

«Tendré que cancelar una reunión pero lo haré» respondió de inmediato.

— Lauren ¿acaso es el chico con el que sales? —le preguntó su mamá entrando al auto.

— No salgo con nadie —respondió guardando el móvil.

— Arreglada, sonriente, menos amargada. Simplemente no puedo creerte.

— Pues hazlo porque es verdad, lo de mi cabello fue porque ayudé a una de mis amigas, ya te dije.

— No es solo eso —dijo comenzando a conducir —, también el maquillaje, no eres la clase de niña que gasta su dinero es eso.

— No gasté, me los regalaron y se me hizo feo no usarlos.

— ¿Sí? ¿Quién te los dio?

— La... la vecina —respondió aclarando su garganta.

Clara hizo una ligera mueca.

— Yo también te regalé un par de labiales y simplemente los dejaste sin uso.

— Es diferente, tú eres mi mamá.

— Osea que la vecina es más importante que yo —replicó un poco molesta.

— No, pero te dije que no quería nada y aún así los compraste —contestó la menor tratando de no alzar ala voz.

Clara soltó un suspiro pesado y se ahorró su respuesta. Sabía que Camila era una buena chica y pero eso no le quitaba a la castaña lo lesbiana ni a Clara la casi homofobia con la que había crecido.

— Mamá, no te enojes por algo tan simple ¿o es que te molesta que fuera Camila quien me los diera?

— No —se apresuró a contestar Clara —, sabes que esa niña me resulta bastante buena si no contamos que es rarita.

— No le digas rarita.

— Suena muy feo la otra palabra. No me gusta pronunciar la palabra con L.

— ¿Lesbiana?

— Cállate, Lauren, suena como un insulto.

— Insulto es que le llames rarita a la gente homosexual.

— ¿Por qué la defiendes así?

— No es solo por ella ñ, mamá. Es por todas las persona que merecen respeto.

— Sí merecen respeto pero la biblia dice que...

— La biblia dice que no toques a una mujer cuando está menstruando. Yo jamás he visto que te encierres  en la habitación aislada del mundo cada veintiocho días.

La mayor vio ligeramente a su hija, era la primera vez que le respondía ante uno de sus argumentos. Regularmente se quedaba callada o simplemente hacía un comentario y luego se daba por vencida y la dejaba seguir con su sermón de lo que estaba bien y de lo que no.

— Eso es diferente.

— No lo es mamá, ese libro es de hace dos mil años. Está lleno de malas interpretaciones y de incoherencias.

— No hables así de la biblia, Lauren —exclamó molesta.

— Entonces tú no hables así de Camila —replicó en el mismo tono.

— No puedes alarme la voz. Mucho menos por una rarita.

— Camila no es rarita y ya te dije que no es solo por ella.

— Deja de hablar así, Lauren, suenas como uno de ellos.

— Prefiero sonar así que sonar como una homofóbica de mierda.

Entonces Clara frenó el auto bruscamente.

— Baja del auto —le indicó a su hija sin verla a la cara.

— ¿Qué? —cuestionó sorprendida.

— Obedece y te quiero en casa en menos de veinte minutos o te castigaré realmente.

La ojiverde quitó si cinturón de seguridad aún sin creer lo que había escuchado, incluso cuando vio el auto retirarse seguía sin creer que fuera verdad.

Se quedó fija por un par de minutos tratando de asimilar la situación, no estaba en una calle muy transitada pero aún así un par de personas pasaron frente a ella y vieron la cara de confusión que se cargaba.

Finalmente, cuando salió de su pequeño shock comenzó a caminar.

¿Qué demonios?

Definitivamente Clara tenía un problema con los homosexuales y por eso Lauren siempre se controlaba ante las palabras de su madre, pero en esa ocasión no lo había logrado y ahí estaban las consecuencias.

Había actuado de esa forma por defenderse a ella misma... o quizá porque no quería que nadie hablara mal de Camila ni siquiera un poco, aunque eso era algo que en el pasado no le había importado demasiado.



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Gracias por leer ;)
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(Si te gusta este fanfic házmelo saber votando y comentando cxcxcx)

PD; ¿Alguien más tiene familia como Clara en esta fic?

PD2; I love you from the bottom of my little and warm heart
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Lauren quiere ser tops || Fanfic CamrenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora