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Cuando las horas de escuela tarminaron Lauren se despidió de Normani y habló a su casa y la voz de su mamá se hizo presente tras la línea.

— Mami —dijo lo más agradable posible.

— ¿Qué es lo que vas a pedirme? —la conocía bien y Lauren no era muy cariñosa.

— ¿Puedo llegar tarde a casa?

— Sabía que no podías ser tan linda para hablarme así sin buscar nada a cambio.

Lauren rodó los ojos inconscientemente agradeciendo no tener en frente a su mamá puesto que de ser así le hubiera dado un buen sermón por hacerle esa cara.

— ¿Puedo o no?

— ¿A dónde iras y con quién?

— A la biblioteca.

— Ajá.

— De verdad. Iré con una amiga.

— ¿Qué amiga? —cuestionó.

— Una amiga.

— ¿Quién? ¿Normani?

— No, es otra. Tenemos un proyecto.

— ¿Qué tan tarde llegarás? —seguía cuestionando pareciendo del FBI.

— No estoy muy segura de cuanto tiempo nos lleve pero estaré antes de las seis.

— Esta bien, cariño. Solo porque es un proyecto de la escuela.

La ojiverde sonrió aunque nunca dijo que fuese un proyecto para alguna clase.

— Gracias mamá.

Colgó y se fue lo más rápido que pudo hacia el lugar que la castaña le había indicado.

Dio un último vistazo a la tarjeta confirmando estar en el sitio antes de atravesar la puerta de entrada, el olor a cosméticos y calor inundó su nariz al momento de estar dentro.

Miró a la derecha y una chica joven en la recepción le ofreció una sonrisa.

— Bienvenida, cariño ¿Buscas algo en especial? —le cuestionó.

Lauren se acercó más a ella.

— No realmente —respondió y cuando notó que la chica se disponía a leerle todo lo que podían ofrecerle Lauren volvió a hablar —. Busco a alguien. Camila.

— Oh seguro —exclamó aún sonriendo — Lauren ¿cierto?

— Sí —respondió la menor.

— Me dijo que vendría una niña de ojos verdes, creí que se trataba de una niña pequeña pero ya veo que no —comentó con una pequeña risilla escapándose de sus labios.

Lauren se sonrojó un poco ante lo dicho.

— Claro —fue lo único que pudo decir puesto que realmente sentía calor en el rostro.

— Lo siento, no quise avergonzarte. Camila llegó hace un momento, espera aquí —, indicó subiendo unas escaleras.

Una vez que la chica se fue, Lauren se dio el tiempo de observar todo a su alrededor, el área de recepción era linda, los sillones, los catálogos, las revistas, la decoración, incluso la misma recepcionista.

La chica no tardó mucho en volver con Camila tras ella.

— Lo, que puntual —dijo la mayor al verla.

La menor sonrió en respuesta mientras se encogía de hombros.

Camila acarició la punta de la nariz de la ojiverde y, luego de que la otra chica volviera a su área de trabajo, la castaña se acercó para indicarle algunas cosas que Lauren no logró escuchar.

La mayor tenía planeadas algunas cosas para su vecina pero eran una sorpresa, una vez que terminó con el registro de Lauren la tomó de la mano y la llevó escaleras arriba, con cada paso más cerca del piso siguiente el aroma que se sentía en la recepción se hacía más fuerte.

— Vamos a que conozcas a Austin, le he estado hablando de ti —indicó Camila al llegar.

Un chico de mirada clara y piel blanca se acercó a Camila, la castaña soltó a la ojiverde y le susurró algo al oído al chico para luego cruzar un par de palabras con él. Se miraban bastante cómodos charlando y con estando demasiado juntos.

Lauren hizo una mueca sin darse cuenta al ver como Camila lo abrazaba.

Carraspeó llamando la atención de los chicos.

— Hola, debes ser Lauren.

— La misma —afirmó la menor.

— Bienvenida, pequeña —le dijo el chico frente a ella.

La hicieron pasar con una chica a la que Austin le dio instrucciones.

Lauren no podía dejar de ver como el chico lavaba el cabello de la castaña mientras conversaban, estaba siendo absurda al sentir celos, primero porque Camila no le gustaba y segundo porque su vecina era lesbiana ¿por qué celarla por un chico?

Los celos son absurdos, tanto que no los comprendía aún pero estaba casi segura de que era eso lo que estaba sintiendo, aunque esperaba estar confundida porque Camila ni estaba interesada en ella.

— Deberías estar relajada ¿sucede algo pequeña? —cuestionó la chica que la arreglaba en un tono dulce.

La ojiverde volvió a la realidad tras escuchar eso y casi se infarta al notar que le estaban cortando el cabello que fácilmente le llegaba a la cadera. Se sorprendió y solo pudo reprimir en la garganta la sensación de soltar un grito.

Ok, esperaba que al menos el resultado final valiera la pena, sería ridículo ponerse a llorar en ese momento por un corte, ya no tenía diez años de edad.


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Gracias por leer ;)
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Lauren quiere ser tops || Fanfic CamrenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora