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— ¡Lauren! —exclamó Camila prácticamente corriendo hacia la ojiverde.

La chica mencionada volteó en cuanto la mayor le habló, le dio sus cosas a Chris para que las acomodara y se disponía a encontrarse con Camila cuando Clara se interpuso entre ambas.

— No te acerques a mi hija —escupió.

Alejandro logró detener a Camila por la cintura y apartarla ya que de no ser así Clara probablemente lo hubiera hecho por sí misma y de manera brusca a juzgar por el temperamento que se cargaba y por la manera en que dos segundos atrás discutía con Lauren diciéndole que despertara y que se dejara de cosas estúpidas ante las cuales la ojiverde trataba de defenderse sin ser déspota y con las pocas palabras que el llanto le permitía formular.

— Sueltame, papá —demandó la castaña cuando se sintió aprisionada en los brazos de Alejandro.

Lauren sólo de quedó inmóvil.

— ¿Qué está pasando? —cuestionó Alejandro hacía Mike cuando este bajó del coche.

— No te importa —espetó Clara y afortunadamente Alejandro era lo suficientemente sensato para no responder u ofenderse, simplemente la ignoró.

— Nos vamos, mis hijos mayores y yo —explicó Mike.

Camila de inmediato posó sus ojos castaños muy abiertos sobre la menor.

Lauren sólo apretó los labios y entonces pudo reaccionar, no le importó nada, pasó entre su madre y su padre, Camila logró safarse del agarre de Alejandro que se había aflojado una vez que dejó de forcejear y entonces se abrazaron.

Clara estuvo a punto de intervenir pero Mike la detuvo de los brazos sin ser brusco.

La mirada de la mujer se clavo fría y amenazante en su esposo al sentir que la frenó, eso no hizo que Mike cediera.

— ¿Qué pasó Lauren? —cuestionó Camila bastante aturdida entre el cabello y el cuello de la ojiverde.

— Taylor —no tuvo que decir más, Camila entendió y la estrechó con mayor fuerza.

Alejandro sólo suspiró ante la escena. En serio, si había tratado de separar desde un principio a Camila de Lauren había sido precisamente para evitar un momento así tanto para una como para la otra.

— ¿A dónde te vas? No puedes dejarme, te lo prohíbo —dijo Camila, quizá sonó gracioso pero la castaña lo dijo con toda la sinceridad que cabía en ella, Lauren por su parte no estaba en condiciones de reírse de nada, además de que sintió las palabras demasiado reales y demandantes dichas tan cerca.

— No voy a dejarte —respondió la ojiverde apenas.

Clara tuvo que aportar la mirada para no seguir endureciendose y sintiéndose impotente.

Chris bajó la cabeza y cerró el portaequipajes sintiéndose extraño, no le gustaba ver así a su hermana, quería a ponerse a llorar él también pero Lauren se había mostrado fuerte por él innumerables veces en el pasado, esta vez era su turno.

— No nos iremos de la ciudad... mi papá tiene aquí su trabajo y nosotros la escuela —explicó entre sollozos que partían el corazón de Camila.

Las mejillas húmedas contra la piel de la castaña quemaban de manera cruel.

— Te dije que podíamos adoptarte ¿recuerdas?

La menor soltó una risilla sin humor, una risilla apenas lograda.

— Tengo a mi papá. Lo está haciendo por nosotros.

La castaña no podía comprender que tan doloroso era que tu madre te despreciara porque ella no había sufrido esa situación. Pero el desprecio lo conocía y podía multiplicar el rechazo que había sufrido por terceros por cien y obtener el producto igual al dolor de su novia.

— Te adoro. Lo sabes ¿verdad?

— Yo más —contestó Lauren rompiendo nuevamente en llanto con una voz tan aguda que Camila jamás había escuchado en ella, su voz ronca había desaparecido, sus malas caras, la palidez de su piel. Lauren se volvió una nenita de rostro irritado llorando contra el hombro de Camila.

Lauren finalmente guardó silencio y ya no hubo respuesta por parte de Camila. El abrazo se prolongó tres, cinco, diez segundos en los cuales no perdió fuerza, hasta que una voz se oyó.

— Camila —habló Alejandro con serenidad.

La mayor de las chicas se separó ligeramente de Lauren, sabía que debía dejar que saliera de esa casa, del poder de su madre.

Apretó las manos de la menor en las suyas y quiso besarla pero algo se lo impidió, quizá el odio y asco proyectado através de los orbes de Clara.

— Te veré después —susurró Camila y luego besó tiernamente la frente de su Lauren.

Le costó soltarla, sin duda, se miraba más frágil que nunca, tuvo que soltarla y volver junto a su papá.

Chris entonces se acercó a su hermana y la empujó suavemente por la cintura para que se subiera al auto.

— Nos vemos, Camila —dijo el niño acercándose a su vecina.

La universitária sonrió con ternura y acarició la mejilla del pequeño.

— Cuida a Lauren o me enojaré contigo —bromeó apenas y abrazó a Chris.

El chico solo sonrió y pasó junto a su madre para subir al asiento del copiloto del auto.

La mujer le dedicó una mirada demasiado severa y negó con decepción punzante cuando su hijo cerró la portezuela del coche.

El padre de Camila sólo le estrechó la mano a Mike proyectando por ahí su apoyo, estaban ahí para ellos.

Posteriormente Alejandro guió a su hija de vuelta a casa su esposa y su hija menor estaban en el porche observando sin atreverse a acercarse.

La castaña no dejó de ver hacia atrás porque aunque sabía que su Lauren seguiría estando con ella, no sería la misma, sería duro para ella, pero la apoyaría, lo haría, no la dejaría sola, quería secar cada lágrima y besar sus mejillas hasta hacerla sonreír, hacerla enojar, quería hacerla rabiar, molestarla, ayudarla con su tarea, burlarse de lo torpe que era y luego volverla a besar.

Por su parte, Clara seguía temblando entre el agarre de Mike con los ojos clavados en el auto.

— No puedo creer que en serio te estés llevando a mis hijos —dijo entre dientes sin estrecharle la mirada, estaba enojada y ansiosa. Triste por ella misma, decepcionada. Se sentía la peor madre del mundo y lo hacía por la razón equivocada; porque su hija se había “desviado” del camino correcto.

Mike solo suspiró y besó la cabeza de su esposa, la presión de sus labios contra la cabellera de Clara se prolongó al no ser apartado por ella. La mujer sólo cerró los ojos al sentir el contacto y quizá dejó de temblar un poco.

Lauren observó la escena sintiéndose en parte mal por sus padres, Mike sin duda amaba a Clara pero la mujer parecía imposible.

Cuando Mike se unió a los chicos y arrancó el auto, lo último que Lauren vio de aquel vecindario antes de bajar la vista y clavarla en sus zapatos fue el rostro de Camila, la castaña estaba rodeada de su familia.

Quizá el secreto del brillo de la castaña no era un secreto en sí; su fortaleza se debía a las tres personas a su alrededor. Lauren podía encontrar su propio núcleo también ahora. No sabía exactamente cómo se las arreglarían pero quería creer que Chris, Mike y ella lo lograrían.

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Gracias por leer ;)
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PD; Lo siento por actualizar hasta hoy. Estaba teniendo problemas con la plataforma y tenia un miedo terrible de publicar y que el capítulo se borrara

PD2; Amo Inside Out, ve a escucharla hahaha, ILY
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Lauren quiere ser tops || Fanfic CamrenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora