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El sonido de los chasquidos de los besos era lo único que podía escucharse en la pieza.

La chica castaña estaba acomodada sobre el cuerpo de la más joven, había decidido comenzar así para que Lauren volviera a sentirse segura y terminara de olvidarse del pequeño momento vergonzoso que había vivido.

Lauren la sujetaba de las caderas y Camila optó por tomar sus palmas y pasarlas a su trasero apretando sobre las manos de ojiverde para que está se sintiera libre de hacerlo por sí sola.

Ambas se sentían cada vez más húmedas y Lauren sentía los pechos de Camila presionar sobre ella.

Quizá a Camila le gustaba más de lo debido que Lauren fuera un tanto estúpida respecto a la sexualidad.

Luego de un rato así, la mayor se quitó de encima ya que la ojiverde ya no estaba tensa, habían perdido mucho tiempo cuando su charla sobre la escuela y las clases de biología se prolongó, ya era tarde, afuera estaba comenzando a ponerse cada vez más frío y, a pesar de llevar abrigo, la pijama que Camila se había colocado no era bastante corta y ni quería llegar a su casa con las piernas moradas.

—Pospondremos la práctica de hoy, debo irme —dijo poniéndose de pie.

Lauren estuvo a punto de decir algo para intentar que se quedara cuando el sonido de una de las puertas de las habitaciones se había escuchado claramente. Sin duda alguien se había despertado ya que la luz de cualquiera de las habitaciones que se abrió iluminó un poco el pasillo.

Se quedaron inmóviles al instante, ni siquiera siguieron respirando cuando vieron una sombra bajo la rendija de la puerta, alguien estaba de pie afuera.

Camila actuó rápido y se metió al armario mientras Lauren se acostó y se tapó hasta el cuello con sus mantas ya que no recordaba si había puesto llave.

Unos golpes se oyeron persistentes y suaves hasta que Lauren, fingiendo voz adormilada, respondió y se paró, menos mal ni siquiera habían intentado girar el picaporte, tal vez su familia ya estaba entendiendo el concepto de privacidad.

Frotó in poco sus ojos y abrió actuando un bostezo. Encontró a su hermano de pie frente a ella con la pijama puesta y una almohada abrazada.

Un poco de sus nervios se liberaron al ver que no era ninguno de sus padres.

— Ah eres tú —susurró tan bajo que su hermano solo la vio mover los labios — ¿Qué quieres Chris? —, dijo ya relajada.

—Lauren yo... ¿Puedo dormir aquí? —se atrevió a cuestionar.

—¿Qué? —exclamó frunciendo ligeramente el entrecejo.

— Porque favor, tuve una pesadilla —se justificó rápidamente.

— Chris ya habíamos hablado de esto, no puedes seguir así, ya tienes doce años.

— Por favor —insistió poniendo sus manos juntas como rogando.

—¿Por qué no vas con mamá y papá?

— La vez pasada fui con ellos para no molestarte y mamá me dijo que soy un hombrecito que debe actuar como tal y me sacó de ahí —confesó bajando la mirada.

Lauren sintió que algo dentro de ella se rompió, Chris también era muchas veces afectado por las actitudes de su madre principalmente porque estaba dejando la infancia, la etapa en la que aún tenía temores e inquietudes de niño pero en la que, supuestamente Clara, ya debía empezar a actuar como hombre para no volverse un marica.

— De acuerdo —respondió luego de un suspiro.

El niño sonrió aliviado y entró cuando su hermana se hizo aún lado, dejó que Lauren volviera a cerra y de inmediato se trepó en la cama y se acomodó abrazando las cobijas.

—Tus sábanas huelen a frutiatas —comentó el menor olfateando un poco.

—Este... sí, es una crema que me pongo a veces —dijo como excusa porque si olían así no eran por ella sino por Camila.

Se acercó entonces al armario y abrió ligeramente la puerta encontrándose a Camz viéndola con ojos de ¿y ahora qué coño hacemos?

¿Qué haces, Lauren? —cuestionó su hermano un poco temeroso. Ya quería que se acostara a su lado para dejar de sentirse así de expuesto.

Las dos dieron un pequeño respingo pero el chico no lo notó.

—Nada, solo estoy buscando una sabana extra. Te haces taquito con las mías cuando te quedas dormido —dijo aunque su principal propósito era hablar con la chica metida en su closet.

— Lo siento —respondió el chico haciéndose bolita en su lugar.

— Camila, tendrás que esperar a que Chris se duerma —le susurró la ojiverde.

—¿Qué? —exclamó en el mismo tono y apretando el ceño.

— Como sea no puedes salir ahora ¿Qué se supone que le diré? ¿Que estábamos jugando a las escondidas en la tarde y que eres tan buena jugadora que no te encontré hasta ahora?

— Por favor, no es momento para bromas —replicó la castaña comenzando a alterarse pero sin dejar de susurrar.

— ¿Lo, con quién hablas? —las interrumpió Chris oyendo los cuchicheos.

—Con nadie —se apresuró a contestar.

— ¿Estabas tarareando entonces? No me asustes, Oí como voces y si no eres tú...

—No era nada, Chris —lo cortó su hermana —. Debió ser un mosquito.

Por suerte la oscuridad estaba ayudando a las chicas.

—Bien, Lauren, esperaré. Solo no te quedes dormida tú también —dijo la castaña una vez que la más chica volvió a poner sus ojos sobre ella.

— No lo haré, no hay problema —contestó y luego se estiró un poco hacia un costado para jalar un peluche que estaba sobre su escritorio —. Y ten —, añadió lanzandole a Camila lo que parecía un changuito de felpa pero que la castaña no distinguió bien por la falta de luz —, abrazarla para que estés más cómoda —. Dicho eso último cerró el armario y fue a la cama con Chris.

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Gracias por leer ;)
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PD; Te quiero de manera un poco enfermiza

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Lauren quiere ser tops || Fanfic CamrenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora