33

13.1K 989 216
                                    

— Así que me quedé encerrada. Literalmente volví al armario —dijo Camila mientras Dinah no paraba de reír por la historia que le estaba contando.

— Lo que no entiendo es que hacías en la habitación de tu vecina a esa hora.

— Siempre voy o ella va la mía, sabes que a su mamá no le gusta mucho la idea de que pase tiempo conmigo así que aprovechamos la noche para charlar —se escusó la castaña.

— Existen los teléfonos, par de cavernicolas.

—No es lo mismo, hace falta el... ya sabes, contacto con la gente, eso no lo obtienes en una charla telefónica ¿me entiendes no?

— Ajá, claro —respondió con sarcasmo —. Y ya me imagino de qué tipo de contacto —añadió en un susurro.

— Hey, te escuché abusiva —replicó Camila.

—Como sea ¿Cuanto tiempo estuviste ahí?

—Quizá una hora, minutos más minutos menos, da igual, lo sentí una eternidad. Creí que amaneceria ahí y mis papás me matarían por escaparme de noche a donde quiera que ellos creyeran.

Mas tarde, una vez que Camila dejó el dormitorio de Dinah porque su compañera había llegado, la castaña se dispuso a volver a casa. Estaba un poco cansada por la falta de descanso de la noche anterior.

Caminaba estando aburrida hasta que se topó con una tienda de regalos en su andar. Juraba que no la había visto antes, entonces vio un letrero en el que se leían descuentos por inauguración, eso explicaba las cosas ya que, aunque no era su camino más frecuente, era un camino que solía frecuentar cuando no quería tomar dos autobuses.

Entró haciendo sonar la campanilla y un chico la atendió de inmediato dándole la bienvenida, sonrió y ella lo hizo también por cortesía.

La vista de Camila no paraba en un solo sitio, quería ver todo con claridad, ni siquiera sabía si compraría algo o no pero aún así merodeaba el lugar, lo hizo hasta que algo llamó su atención más de lo usual.

Vários peluches acomodados en una especie de piscina, daban ganas de lanzarse a ella. Todos eran regordetes y aplastables, un puerco rosa, una rana fea, un elefante al que apenas se le notaban las patas, un cachorro blanco, un oso cliché y un gato negro de orejas rositas y grandes ojos verdes eran los que se apreciaban mejor.

Camila se acercó más y se dio cuenta de que el gato negro no se trataba de un gato, era una pantera. Una Pantera se suponía que debía ser feroz no adorable.

Por alguna razón la pequeña pantera le recordó a Lauren. Se imaginó al peluche tratando de ser rudo así como a Lauren tratando de ser una tops alfa. La mirada esmeralda y felina de su vecina también la podía comparar con la del muñeco.

Se puede decir que Lauren trataba de ser mala e imponente cuando realmente era una bebé de mejillas lindas, como esa pantera, si fuera real las demás panteras querrían comérsela así como Camila quería comerse a Lauren.

Fue inevitable para la universitaria el salir de ahí sin las manos vacías.

Ya estando a punto de llegar a casa se le ocurrió hablarle a Lauren para que fuera a verla al menos un momento. Estaba bien si Lauren ponía cualquier excusa para ir a casa de los Cabello ya que era obvio que Clara no la dejaría ir solo porque sí, porque quería ver a Camila, porque Camila le había pedido ir y sin pensarlo dijo que estaría ahí en un abrir y cerrar de ojos.

—Mamá —llamó la ojiverde a espaldas de Clara.

—¿Qué sucede, cariño? —preguntó sin dejar de doblar la ropa de Taylor en uno de los cajones de la niña.

—Me dejaron un trabajo en la escuela y no puedo hacerlo ¿quieres ayudarme? —cuestionó con timidez fingida.

Clara se volteó hacia su hija y luego se sentó en la cama.

—Seguro. Déjame ver de qué se trata.

La adolescente sonrió y se acercó con una libreta en mano y la abrió en una página sobre la cual acababa de anotar apenas unos instantes atrás algo que se le ocurrió.

Con base en el método de J.G resuelve los siguientes pares de ecuaciones.

La mayor suspiró al terminar de leer de qué se trataba y luego vio debajo de la indicación al montón de números y letras mezcladas con algún sentido

— ¿Qué sucede, mamá? —dijo con aparente inocencia.

—Lauren, no sé algebra, lo poco que aprendí en el colegio no lo aplico para hacer la comida ni ir al super mercado.

—Pero tú me ayudabas antes.

—Porque solo eran de sumar X y luego multiplicar por Y. Lo siento hija, hace dos años era más sencillo ayudarte con los asuntos de la escuela —comentó devolviendole sus apuntes.

—¿Y ahora qué hago? Nadie de mi clase entendió realmente.

—¿No pusiste atención?

—Lo hice pero era muy complicado y confuso.

— Pues que de algo bueno te sirva Internet.

— No le entendí a los tutoriales.

Y Clara obvio lo creyó porque Lauren era demasiado distraída y no era la estudiante modelo, nunca lo había sido.

— Cariño, tendrás que pedirle ayuda a alguien más — indicó la mujer y la adolescente tuvo que reprimir una sonrisa.

Ni ella se creía todo el teatro que se montó para tener a su mamá sugiriendo eso.

.
.
.
.
.
Gracias por leer ;)
.
.
.
.
.
(Si te gusta este fanfic házmelo saber votando y también comentando cxcxcx)

PD; ILY

PD2; Vuelvo en unas horas... quizá dos veces xd
.
.
.
.
.

Lauren quiere ser tops || Fanfic CamrenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora