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Se acercó hasta la puerta de la cocina de la casa de los Cabello, Lauren sentía las manos frías por el clima, por suerte Camila abrió en cuanto la escuchó acercarse ya que estaba atenta a que la ojiverde llegara.

— Estoy hecha hielo —comentó la menor al entrar y colocando sus palmas sobre las de Camila para que está sintiese su temperatura.

— Tranquila, ya te calentarás aquí —indicó la castaña con un doble sentido que la más joven no captó.

Las chicas se fueron a la habitación de Camila siendo iluminadas únicamente por el brillo tenue del móvil de la mayor. De cualquier forma la castaña conocía bien su casa como para no golpearse, mas bien la luz le servía a Lauren.

La mayor aseguró la puerta, la ventana ya estaba cerrada y la habitación solo se alumbraba con lo más bajo de una lámpara de escritorio.

Camila le explicó a Lauren que era tiempo de aprender a usar tacones, entre lo que habló mencionó cosas como que debía mantener una postura derecha y que eso la ayudaría.

Sin embargo cuando sacó los zapatos y se los colocó, luego del primer pasó retomó los pretextos, el mismo que se le había ocurrido cuando fue ella a la recamara de Lauren y descubrió que sería aún más fácil deshacerse de la idea de enseñarle a caminar con tacones ya que la ojiverde no tenía ningún par.

— No, imposible hacer esto. Mis padres pueden despertarse por el ruido —indicó la mayor guardandolos de nueva cuenta.

Lauren reprimió una sonrisa.

— ¿Entonces seguiremos con...

— Con las prácticas —indicó sentándose en el regazo de la menor.

Inmediatamente juntaron sus labios, Camila pasó uno de sus brazos al cuello de Lauren y con la otra mano le sujetaba el rostro.

El beso comenzó fuerte no como la vez pasada, es que ambas ya esperaban el momento de volver a besarse.

La mayor mordió con rudeza el lábio inferior de Lauren haciéndola quejarse aunque el dolor fue remplazado rápidamente por excitación ya que Camila lamio y luego descendió hasta el cuello de la más joven con pequeños besos húmedos.

La ojiverde se estremeció cuando su vecina llegó a la parte de atrás de su oreja y soltó un gemido bajo.

Mientras Camila besaba su cuello y mandíbula, la menor llevó sus manos a la cintura de esta y comenzó a acariciarla metiendo sus manos debajo de la blusa de pijama.

La castaña sonrió sobre la piel pálida de su vecina, dejó un par de besos más y se separó viéndola directamente a los ojos, notó la lujuria que había en la menor, estaba pervirtiendo a su vecina, qué más daba, valía la pena.

— Acuéstate sobre tu espalda —le susurró Camila poniéndose de pie para dejarla acomodarse.

Lauren lo hizo sin cuestionar nada.

La más grande tomó el borde de la playera de la ojiverde y la levantó por arriba del ombligo para luego subirse a horcajadas en ella.

La menor sintió las manos de Camila apoyarse sobre su abdomen desnudo y su pelvis sobre si vientre bajo.

La respiración de la mayor se mezcló con la de Lauren cuando se acercó de forma torturosamente lenta a su rostro para besara castamente.

— Te voy a enseñar algo muy importante —dijo la castaña y siguió besándola.

— ¿Q...qué es lo que vas a enseñarme? —no podía imaginarse algo mejor que el hecho de que le estuviera enseñando a besar de esa manera.

— A tocar los lugares indicados —respondió la mayor.

La menor se equivocó, las cosas si podían mejorar. Sobre todo cuando Camila tomó las  manos de Lauren y las guió hasta su trasero sin separarse del beso, la ojiverde, al sentir lo que su vecina hizo, no dudó en apretarlo.

Camila gimió en respuesta y metió su lengua a la boca de Lauren encontrándose así con la cálida lengua de la otra que empezó rapidamente a jugar con la suya.

Trataban de reprimir cualquier ruido que quisiera escaparse usando la boca de la otra para amortiguarlos, sin embargo era especialmente difícil para Lauren porque era la primera vez que se encontraba en una situación así y su cuerpo estaba respondiendo ante el momento, ante su ardiente vecina sobre ella.

El hecho de que la ojiverde fuera una adolescente en plenitud con las hormonas a tope no ayudaba a que se mantuviera callada, mucho menos si seguía amasando el trasero de Camila mientras esta frotaba su cuerpo contra el suyo al besarse.

La castaña subió las manos a los pechos de Lauren para apretarlo y en ese momento la ojiverde gimió sonoramente.

Camila tuvo que separarse al instante, apoyando sus manos a cada lado de la cabeza de su vecina, y esta también la soltó un poco apenada por gemir de tal manera. Luego ambas se quedaron en silencio e inmóviles por un instante hasta percatarse de que nadie en la casa las hubiese escuchado.

— Lo lamento —dijo Lauren en un susurro.

— No te preocupes, Lo, yo soy quien lamenta que no estemos en otro sitio. Creo que nadie oyó nada —respondió la mayor con el mismo volumen de voz acercándose una vez más al rostro de la otra.

— También yo lo creo —mencionó recibiendo los labios de Camila.

Solo se dieron un pequeño pico que sólo dejó a Lauren con la sensación de querer más, se relamió los labios rogando mentalmente que Camila volviese a besarla y se estremeció al sentir la respiración de la castaña sobre su boca.

— Creo que la sesión acaba por hoy —dijo Camila acariciando, apenas un poco, los labios de la ojiverde al hablar.


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Gracias por leer ;)
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PD; Vuelvo en un par de horas
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Lauren quiere ser tops || Fanfic CamrenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora