Capitulo 7, parte 2

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“Es tu turno de dirigirte a comisaría,” El sostuvo sus manos en sus costados, la insignia brillaba a pesar de la falta de luz solar, sus ojos marrones radiaban con ira.

Asentí, pasando rápidamente su cuerpo y saliendo por el pasillo, su cuerpo no estaba demasiado lejos del mío mientras él se aseguraba de ver todos mis movimientos, como si yo fuera a intentar hacer una escapada. Pasando por otros animales enjaulados --oops, quería decir personas-- a lo largo del camino, yo simplemente me reía ante sus ridículos actos de furia. Algunos gritaban agresivamente, otros murmuraban incoherentemente bajo sus propias narices mientras tanto, esos que en realidad tenían un poco de sano juicio, se sentaban allí, mirando fijamente a sus manos.

“Por aquí,” El guardia, que había venido para llevarme, señaló su pulgar hacia su derecha y me burlé ante su ****ez.

“Lo se,” Gruñí, “No soy tan *beep*.” Sacudí mi cabeza, siguiendo otro pasillo nuevo con nada mas que celdas ocupadas, hasta que finalmente nos liberamos de los violentos sonidos de sus comportamientos.

Me eché hacia atrás en el momento en que sentí una mano en mi hombro. Volviéndome, casi agarro al ca*bron por el cuello y lo inmovilizo contra la pared, pero me mantuve a mí mismo de perder el control. “¿Que?” Susurré en alto, mis ojos ardían vivamente.

“Sígueme ahora,” Fue todo lo que él dijo mientras el pasaba por delante de mi arrastrando sus pies, marcando el camino.

Gruñendo, seguí el paso, caminando al mismo ritmo que él. Mi paciencia estaba agotándose y tenía mitad de mis pensamientos en saltarme el almuerzo y volver a mi celda. Era mejor que seguirle como un perrito perdido, te puedo decir que mucho.

Agarrando el pomo de la puerta que conducía dentro de la comisaría, me deslicé hacia delante, la brillante luz de dentro casi me ciega debido a la falta de luminosidad que nosotros teníamos.

“Tienes diez minutos y luego estarás listo para volver.” Rodger, el guardia que me llevo aquí en primer lugar, informó mientras el vigilaba a la entrada.

Con un simple asentimiento de mi cabeza, me puse en la fila detrás de una pareja de otros reclusos que se les dijo de venir aquí en este momento también.

Arrastrando mis pies, puse mis hombros hacia atrás, estirando mi cuello, tratando de encontrar algo que me mantuviera interesado mientras esperaba con cierta impaciencia a mi comida.

Sin mucho mas que una advertencia, me empujaron hacia delante, casi cayendo contra el tipo delante de mi. Convirtiendo mis manos en pu*ños, inmediatamente me di la vuelta para ver quien tenía la intención de morir hoy. Entrecerré mis ojos, viendo tres tipos empujando a otro tipo, claramente la razón por la que me empujaron. Apretando mi mandíbula, me relajé a mí mismo interiormente, tratando duramente de no atacar a esos hijos de pu*ta.

Cerrando mis ojos, tomé una profunda respiración, dejándola de salir, a punto de darme la vuelta cuando uno de ellos habló.

“¿Tienes algún problema por ahí amiguito?”

Una sarcástica y amarga sonrisa apareció en mis labios mientras les veía de frente una vez mas. El que se dirigió a mi era calvo, constituido con tatuajes cubriendo sus brazos. Un típico sangre Latina. Haciéndome pucheros con mi labio inferior, negué con mi cabeza. “Nah. estoy bien.”

“¿Estas seguro gilipo*llas?” (-Nota: Las palabras que ponga en negrita, las dicen en español.)

Ahora bien, puede que no sea español pero se muy bien que demonios es un gilipo*llas y este bastardo esta a punto de llevarme al borde de mi resistencia para darle una paliza.

“¿A quien estas llamando un gilip*ollas, pequeño hijo de pu*ta?” Redondeé mis labios en una sonrisa.

Sus ojos se abrieron ligeramente, sorprendido por le hecho de que supiera que el había dicho. Manteniendo su postura, el no dejo que esto invadiera su swag. “Chico inteligente.”

“No se puede decir lo mismo de ti.” Dándole una vez mas, mirando a los otros dos que estaban sorprendentemente manteniendo la tranquilidad, a diferencia de los que se estaban ocupando ellos mismos antes, me volví, contento de ver que la línea se había movido y estaba cerca de tener mi comida y irme de aquí.

Los susurros se escuchaban detrás de mi, los ignoré. Si el bastardo quería hablar mier*da en voz baja como un idio*ta, entonces que así fuera.

Yo no iba a empezar una pelea sin sentido.

“Ay,” El calvo exclamó en su fuerte acento, “¿No eres el chico ese Mahone?”

Ya era hora de que el entendiera quien era yo. “Si,” Murmuré, volteando mi cabeza alrededor de un centímetro sobre mi hombro. “¿Pasa algo?”

“Oh no,” El se encogió de hombros, “Solo me estaba preguntando, porque ya sabes, estas aquí, metido en este agujero de mier*da al igual que el resto de nosotros.”

“Luis, man!” Sus compañeros exclamaron lo suficiente alto como para que lo pudiéramos oír. Claramente ellos no querían problemas.

Sin embargo, Luis los ignoró, mirándome a mi con una mirada fría de piedra.

“¿Que estas tratando de decir?” Desafié.

“Que no eres mas que un novato, niño.” El dio un paso hacia mi. “Ya ves, los chicos de casa adoraban tu cu*lo, hablando de como eres una leyenda, pero a pesar de todo si fueras tan bueno en lo que hiciste, no estarías aquí ahora mismo.”

“No estoy de acuerdo Luis,” Su nombre salió de mi lengua con disgusto. “Ya ves, hay una diferencia entre tu y yo.” Tomé en cuenta su perfil. Sabía exactamente quien era él y que hizo. “Fuiste atrapado vendiendo drogas en una esquina de la calle cuando pensabas que todo estaba claro y te saldrías con la tuya, ¿no?”

Cuando el se calló, poniéndose rojo y entonces supe, lo tenía justo donde quería tenerlo. “Me pillaron matando a alguien y me hubiera salido con la mía también, si no me hubieran tendido una emboscada. Ahora, aquí es donde la línea dibuja nuestras similitudes, amigo mío. Te atraparon porque eres un dii*ota. A mi me atraparon porque estaba tratando con un idi*ota.” Hice una pausa, relamiéndome los labios juntos en satisfacción. “¿Ves la diferencia?” Ahora me erguí, mi cuerpo se elevó sobre el suyo. “Se todo acerca de ti Luis Antonio,” Me reí por su atemorizada naturaleza. “Ahora, ¿que tal si cortamos la mier*da y seguimos con nuestro día, si?” Sin darle oportunidad a responder, me di la vuelta, dejándole en su propio estado de ánimo mientras me daba cuenta de que había solo una persona mas a mi izquierda.

Después de que el tipo en frente de mi se fuera, di un paso hacia delante, preparándome para elegir lo que quería comer, cuando alguien me agarró mi codo, tirando de mi duramente para que me diera la vuelta y mi cara se plantara en la de Luis.

“No me gustan las bocas inteligentes.” El se burló con irritación, su agarre en mí se estaba apretando mientras sus ojos estaban ennegrecidos con ira.

Apretando mis dientes juntos, me quedé mirando a sus ojos, ardientes avellana contra los suyos sólidos. “Quita tus sucias manos de encima de mi.” Advertí, mi voz era un bajo murmullo, sin querer atraer la atención de los guardias.

“Oh que, Mahone? ¿Me vas a disparar?” El se rió, claramente divertido con él mismo.

“Que casualidad, Antonio.” Apreté mi mandíbula cerrándola, mi pecho estaba agitado esperando anticipación.

Riendo, Luis se dio la vuelta hacia sus chicos, reconociéndolos en Español y justo cuando el se dio la vuelta, mi pu*ño se puso en contacto con su mandíbula, liberando su agarre sobre mi.

Luis entonces, golpeó una mano apretada de su propia mejilla hacia la mía y antes de darme cuenta, me desmayé, mis pu*ños volaban por todas partes. Agarrándole por la cintura, nos tiré al suelo mientras le golpeaba repetidamente en cualquier lugar que yo pudiera alcanzar.

Se necesitó que tres guardias nos separaran, uno de ellos resultó ser Rodger. “Ya es suficiente!” Otro gritó, “mira el lío que hiciste!”

Lamiendo la sangre de mi labio, escupí a mi derecha. “El empezó, joder.” Murmuré, mis ojos ardían con furia.

“Sin embargo, tu le lanzaste el primer golpe, vamos Mahone, te vienes conmigo.” Uno de ellos que me di cuenta que era Ted, me apartó del agarre de otro guardia mientras el arrastraba sus pies por la habitación y salió al pasillo.

Danger's back {Austin Mahone}Where stories live. Discover now