C a p í t u l o 11

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POV Narrador

Diana se encontraba en el lugar que le había indicado a Natalia esperándola con impaciencia y miraba el reloj en su muñeca con preocupación. Ya tenía el equipaje en el baúl del auto, todo estaba listo incluido en Miami para que saliera bien, solo faltaban ella con su pequeño hijo. Su teléfono suena y atiende inmediatamente.

—Ya estoy aquí.

— ¿Y ella?— mira nuevamente a su alrededor

— No sé está tardando demasiado.

— ¿Quién la acompaña? — pregunta la voz masculina del otro lado.

—No me lo dijo.

—Mantenme informado.

—Lo haré— corta la llamada.

En medio de la oscuridad emergen dos luces cegadoras y se detiene junto al auto de ella. Estaban en medio de la ruta donde las cámaras no podrían alcanzarlas. Natalia baja con su hijo en brazos para depositarlo en el piso y cargar los bolsos. Elizabeth, su madre baja tras ella.

—Me estabas preocupando—confiesa Diana ayudándola.

—Perdón, había olvidado el celular en el auto de mi madre —ella observa a Elizabeth con cautela y recelo—. No te preocupes, no dirá nada.

Terminan de cargar todo y Natalia sube a su pequeño atrás atándolo con el cinturón de seguridad. Vuelve a despedirse de su madre quien se encuentra recargada sobre su auto muy tensa y notablemente preocupada.

—Gracias por ayudarme— toma sus manos frías—. En verdad nos salvaste.

—Como dije, te debía una — se suelta de su agarre con brusquedad.

— ¿A qué te refieres con eso?

Diana desde su posición logra intimidar a Elizabeth con solo su mirar, haciéndola sentir incómoda.

—No hay tiempo para largas historias, Natalia.

—Sí— voltea a mirar a Diana —No podré contactarte, pero...

—Mejor si no lo haces — dice mirando a un costado con indiferencia —. No quiero tener nada que ver contigo, agradece que no diré nada esta vez, pero si sé de ti a la próxima no correrás con la misma suerte.

Natalia se aparta completamente dolida por lo que dijo su madre y Elizabeth llora sin dirigirle la mirada, está muy angustiada. No logra comprender que le sucedía a su madre. Aun así tenía el presentimiento que no lloraba por ella sino por algo más, algo que se le escapaba de su perspectiva. Algo más grande.

—Todo estará bien, madre.

—No —niega con la cabeza.

—Yo solo... —ella quería expresar sus agradecimientos.

— ¡Vete, de una maldita vez! ¡Largo!

Con un inmenso dolor en el pecho ella se vuelve sobre sus pies al auto con pasos fuertes y con total molestia. A punto de llorar. Diana y Elizabeth se miran fijamente unos segundos de más hasta que finalmente se monta en su coche para huir junto a su amiga.

POV Natalia

—Natalia, baja el volumen de la radio.

—Perdón, es la única manera de apaciguar los gritos de mis pensamientos —bajo la música y corroboro que Noah siga dormido en los asientos traseros.

Con el pasar de las horas fui dejando de mirar hacia atrás, aunque era inevitable no sentirme perseguida. Diana fue muy precavida respecto al plan de escape y tomó todas las precauciones posibles que cupieron en su mente. Si bien el paso uno del plan no salió como debería, tuvimos éxito para huir. Los caminos y desvíos que tomamos para evitar las cámaras que nos pudieran alcanzar fueron aterradores. Totalmente oscuros, angostos y tan cubiertos por la inmensa arboleda que parecía que íbamos a ser sorprendidas por algún maleante en cualquier instante. Ahora podíamos ver el amanecer, un poco más relajadas ya por en medio de la ruta pero sin bajar la guardia, a pesar de que ella no parece tener problemas, ni parece que huíamos. Le había contado en el camino sobre como John nos atacó y lo mal herido que acabó por mi culpa, lo mucho que me asusté. Me apoyó sin dudarlo y me sentí bien al no ser juzgada.

Máxima Traición✔️(En edición)Where stories live. Discover now