C a p í t u l o 26

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POV Narrador

Su celular vibró y al ver ese número otra vez en la pantalla después de tres años se sorprendió. Aún podía reconocerlo a pesar de no estar entre su lista de contactos y, al notar de que él también, removió algo en su interior. Recordó el momento exacto en el que Ángel lo había eliminado de sus contactos, para evitar que en medio de una borrachera, ella lo llamara y le confesara todo. Se había enojado al principio pero después de la resaca se lo agradeció. La impresión de que algo malo ocurrió se instala en su sistema inmediatamente. No responde el mensaje, solo se apresura a ir rápidamente sin pensarlo dos veces hasta la casa de Alexander.

Detiene su escarabajo frente a la casa que años atrás solía frecuentar y, al contemplarla, siente como la nostalgia y la culpa se convierten en una gran y pesada carga. No había ido ahí desde que pasó esa tragedia que los marcó por siempre y se sentía una hipócrita con el solo hecho de pisar su hogar. Hubiera deseado que todo se diferente. Hubiera deseado salvarla. Se arma de valor y golpea la puerta, la cual se abre rápidamente exponiendo a Alexander tras ella. Él tenía el semblante muy serio y preocupado lo que la inquieta más de lo que ya estaba.

—Diana— dice, como si aún no pudiera creer que está ahí nuevamente, frente a él—Pasa, mi padre está esperándote.

Estar cerca de él en su espacio íntimo la hacía sobre pensar demasiado las cosas, llegando incluso a cuestionarse. Ian se veía tan preocupado y confundido que le pareció extraño a Diana siendo el hombre que es, tan fuerte, tan valiente, tan decidido...

—Hija, gracias por venir—susurra abrazándola con ímpetu.

No se sentía digna de ser llamada así, por lo que se esmera en forzar una sonrisa.

—Alex dijo que es importante— murmura, negándose a la atención de Alex que le acercó una silla.

— Espero no haber sido inoportuno.

—No, tranquilo— indica, a pesar de querer decirle muchas otras cosas.

—En mi fiesta de jubilación alguien me dejó escondido un sobre— comienza a narrar señalando dos sobres de nylon transparente sobre la mesa—. No le di importancia al principio y lo guardé con los otros regalos.

Diana los toma y los observa sin abrir las bolsas en las que estaban, ya que podría haber huellas. Contempla un símbolo idéntico en cada hoja y junto a uno de ellos el sobre en el que fue entregado.

—Yo tampoco le di importancia — traga duro, negando— Hasta que me dejaron uno en el parabrisas del auto hace no más de media hora.

—Son idénticos y hechos a mano alzada, posiblemente por la misma persona—declara Ian—. Esperaba que pudieras ayudarnos.

— ¿Qué se supone que haga? —Frunce el ceño, confusa— Sabes que no es suficiente para abrir una investigación y tampoco me dice nada. Podría ser una broma.

—Hija, sé cómo funcionan las cosas. Nunca te pediría algo así para perjudicarte, supe que te estas esforzando por un trabajo confidencial que te hará subir ese escalón que necesitas pero...

—No, no sé de dónde sacó eso— niega con firmeza y algo dolida— No lo hago por un maldito puesto, lo hago por un bien mayor.

Ambos quedan en silencio viéndola y luego de unos segundos Ian lo rompe.

—Me recuerdas a mí cuando era joven tan entusiasta y leal a si misma—sonríe, acercándose a ella— Solo necesito saber si esto— señala las bolsas—, no tiene nada que ver con... ellos.

Máxima Traición✔️(En edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora