C a p í t u l o 13

1.7K 105 1
                                    



—Tus padres son increíbles.

Ya habíamos llegado al edificio posteriormente de la larga visita en casa de sus padres. Fue subiendo las escaleras cuando Noah confiesa que quería que Eva fuera su abuela. Diana carcajeó ante eso porque no imaginaba a sus padres con tal rol. Es hija única y no parece tener intenciones de nada.

—Lo son, pero ese no es el problema.

— ¿Entonces? — la observo confusa y ella evita mi mirada.

—Hasta donde sé debes tener a alguien que... ya sabes— hace una mueca.

—Existen otras formas de...

—Natalia— me interrumpe y mira a Noah horrorizada—. Me refería a quien yo ame incondicionalmente y viceversa.

Inmediatamente viene a mi mente el joven del que me habló un día luego de muchas copas de vino. Parecía estar sufriendo y nunca me decía nada cuando le preguntaba al respecto, decía que no era de mi incumbencia. La presencia del conserje del edificio bajando las escaleras logra interrumpir mi relato, pero no solo eso consigue, cuando pasa su mirada fugaz sobre mí me paralizó del miedo. Es un hombre adulto de unos cincuenta años con uniforme de trabajo azul marino, delgado con cabello corto y canoso. Nunca lo había visto por acá sin embargo no me pasa desapercibido su rostro familiar. Lo observo hasta que lo pierdo de vista. Diana que permanece quieta unos escalones más altos observándome con curiosidad.

— ¿Qué sucede?

No quiero que piense que estoy perdiendo la cabeza con todo el asunto de John.

—Nada— fuerzo una sonrisa y alcanzo a Noah hasta el departamento casi corriendo, huyendo.

Mi amiga cierra la puerta para apoyarse sobre la misma y puedo sentir su mirada en mi espalda.

— ¿Natalia?

— ¿Mmh? — volteo relamiendo mis labios.

— ¿Qué sucedió ahí abajo? — cruza sus brazos bajo sus pechos.

—Nada, ¿qué pasaría?

Niega riéndose con un poco de molestia por mí falta de sinceridad.

—Vi como lo miraste— frunzo el ceño confundida—. El terror y la confusión estaban plasmados en tu rostro, ¿lo conoces?

—No.

—No me mientas.

— ¡No lo hago, Diana!

— ¿Por qué te asustó?

— ¡No lo sé nunca lo había visto! ¿Por qué insistes en eso? — me siento un poco agitada y me siento en el sillón.

—Perdón— se sienta junto a mí para tomarme de la mano—. No quiero que por ninguna razón te sientas incomoda aquí. Ni por el conserje ni nadie. Perdón si insisto. Pero tú nunca me dices mucho.

—No soy la única que omite cosas, y lo sabes.

Me pongo de pies rompiendo el contacto y creo ver dolor en su mirada. Y con eso me marcho a mi habitación dejándola con palabras en la boca.

POV Narrador

La tensión podía cortarse tranquilamente con un cuchillo dentro de la oficina. Ninguno de los tres decía nada en la sala, solo se miraban el uno al otro esperando con preocupación la llegada de Miller. John, Elizabeth y Andrea parecían querer huir del lugar. La puerta se abre de par en par de un solo golpe y la presencia de él los obliga a ponerse de pies. Éste va hasta John y de un solo golpe le rompe el labio. No intenta siquiera defenderse o replicar. Reconocía que su mayor error fue su obsesión por ella. Miller pasea su mirada tenebrosa sobre las mujeres poniéndolas más incomodas. Se sienta acomodándose la manga de su costoso traje. El resto lo imita.

Máxima Traición✔️(En edición)Opowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz