C a p í t u l o 44

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Abrumada e inmensamente olvidada por todos; así es como se encontraba mientras que ojeaba una y otra vez cada imagen que catalogó como exasperante. La mesa del comedor estaba llena de fotografías del operativo en Osceola; la placa hallada en medio de la nada, pedazos del uniforme que ella vestía esa noche desparramados por el bosque, huellas que jamás los llevaron a nada y varias más evidencias que solo las visualizó desde la lejanía.

—Es como intentar recordar un mal sueño— suelta con molestia e irritación, tirando con desgano la fotografía de las huellas sobre la mesa, tomando otra.

—Es normal que tu cerebro intente protegerte del trauma.

—Normal, todo lo desagradable últimamente se está tornando normal en mi vida— frunce el ceño mirando la foto que Saúl le había entregado a Diana— Como esto, su imagen me persigue desde que desperté y ya incluso se ha vuelto normal.

—Déjame ver— dice inclinándose por encima de la mesa y la preocupación se aprecia en su tono— ¿Lo has visto antes?

Ella se pone de pies y rebusca en su bolso que estaba sobre el sofá, vuelve con la pequeña libreta donde hacia sus anotaciones en la mano.

—He soñado con el símbolo de Berserk más veces de las que me gustaría admitir— dice dejando abierta la libreta—. Busqué información y solo detalla que es «el estigma del maldito»

Diana ojea por encima las páginas llenas de la libreta de su mejor amiga y puede ver demasiados símbolos de esos esparcidos, sin ningún orden, junto a otras anotaciones que no se detiene a leer. Se sentía excluida al no enterarse antes, sentía que su amiga no confiaba lo suficiente en ella.

—Cuando John me prohibía recordar cualquier cosa, por insignificante que fuera, lo trasladaba a esta pequeña libreta antes de que se volviera a esfumar. Lo ocultaba de él todo el tiempo. Y ese símbolo me ha quitado el sueño más noches de las que puedo contar. Incluso aquí, alguien me ha dejado uno en el...

— ¿Parabrisas del auto?— completa interrumpiéndola.

—Si— afirma ceñuda— ¿Cómo lo sabes?

— ¡Mierda!— se pone de pies caminando de un lado al otro, ansiosa— ¡Entonces, ellos tenían razón! Esto está conectado contigo. Al principio no lo creí pero ahora todo tiene sentido.

— ¿Conmigo? ¿A quiénes les han dejado también?— pregunta pero ella está dispersa en sus pensamientos.

De pronto, es invadida por sus recuerdos en la sala de interrogatorios antes que Moe se suicidara. La inquietud de él al ver la fotografía de Natalia. El símbolo de Berserk tatuado en su pecho.

—No protejo a ese idiota— confesó con burla.

— ¿A quién entonces?

— ¿Crees en el cielo o en el infierno?

—Oh, mierda...

— ¿Qué?

—El estigma del maldito...— se gira en su dirección, susurrando y uniendo los puntos en su cabeza— El imbécil de Moe quería que lo supiera. ¿Por qué?

— ¿De que estas hablando?

—El tipo que teníamos en custodia— señala el informe que yacía abierto sobre la mesa— en el interrogatorio se burló cuando creímos que protegía a John, y luego preguntó si creíamos en el cielo o en el infierno. Y este símbolo— agarra la fotografía nuevamente, la euforia era más que evidente en su expresión— es el estigma del maldito. Él lo dijo y por eso se mató. Llevaba el símbolo en su pecho y, ¿si esa es una marca que los condena por siempre?

Máxima Traición✔️(En edición)Where stories live. Discover now