Caught in a lie [Esquizofrenia] Yoonmin

O7|| Sueños.

Sueños.

ADVERTENCIA: Capitulo con contenido fuerte y escenas violentas, muerte, lenguaje grosero/ofensivo.

Ese sofocante y ensordecedor silencio que me agobia.

La causa de los susurros y pequeños ruidos a mi alrededor, proveedor de mi suspenso, haciéndome esperar con ansias el momento en el que suceda algo que apague mi curiosidad.

Un escalofrió recorrió mi cuerpo al sentir el viento provenir desde lo lejos.

Estaba en un bosque, ¿Por qué escogería un lugar así?.

Normalmente el escogería algo como habitaciones pequeñas o casas oscuras, cualquier cosa que podría asustarme pero esta vez estaba en un bosque. No había nada fuera de lo común, solo arboles empinados y grandes rocas en el suelo.

Camine lentamente dando pequeños saltitos entre las rocas, pude sentir una mano recorrer mi espalda con lentitud, mis manos se volvieron tan pesadas como las rocas debajo de mis pies y mi respiración se corto.

—Sabia que vendrías. —Susurro cerca de mi oído con dulzura, sin temor— Por un minuto pensé que te desvelarías para no venir pero... Aquí estas. —Dijo observándome con una enorme sonrisa.

Podrá no parecerle a muchos, pero YoonGi era un niño muy adorable a simple vista. Era casi de mi altura, cabello liso con ligeras ondas y unos ojos tan oscuros como brillantes, aveces no podía reconocer si eran azules, grises o incluso rojos.

parecía un pequeño príncipe, tanto por sus facciones como por su ropa. Tomo mis manos y sonrió con alegría.

—¿Seguro de que quieres hacer esto? No quiero obligarte. —Claro que quería obligarme, la respuesta tenia que ser si, si no la amabilidad de YoonGi se desplomaría por el suelo.

—Dije que lo haría... N-No soy un cobarde. —El mayor sonrió ante mi respuesta.

—Cuenta hasta tres... —Dijo YoonGi mientras se escondía dentro de las sombras del bosque.

Cerre mis ojos dejándome envolver por la oscuridad.

—Uno... —Mis manos temblaron al escuchar mi propia cuenta regresiva— Dos... —Mi voz carraspeaba y temblaba con temor— Tres.

Abrí los ojos.

Me encontraba en una pequeña habitación, estaba completamente solo y el eco de mis pasos se hacia presente mientras avanzaba. Paredes blancas y solo una luz que me permitía ver el camino al cual me guiaba.

Al final del pasillo note una pequeña sombra de conejo reflejada en las paredes.

—¡Conejito!. —Grite alegre al verlo.

El pequeño animalito corrió asustado al escuchar mis gritos de emoción, dando saltitos fuera de la luz hacia la siguiente habitación.

—¡No, espérame!. —Dije mientras lo perseguia— Es peligroso estar aquí, te puedes hacer daño. —El conejito seguía dando saltos por las habitaciones y cruzando los pasillos, lo perseguí por todas partes hasta llegar a lo que parecía ser un jardín lleno de hermosas rosas y bancos de madera, incluida una bella fuente colonial.

Una linda mujer de rizos rubios y vestido blanco color crema estaba parada frente a aquella bella fuente. La mujer tarareaba bellas melodías para arrullar a su pequeño hijo, el bebé abría sus ojos poco a poco mostrando lo azules que eran, tal y como un par de hermosos diamantes.