2O|| Sin algún recuerdo.

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Sin algún recuerdo.


Sentí un escalofrío recorrer cada centímetro de mi espalda, no había podido dormir a causa de esos suaves toques, de los susurros y de las respiraciones que envolvían mi piel en un profundo trance de deseo.

Me estaba volviendo loco, cada toque, cada caricia sobre mi piel me dejaba en vano. No quería continuar, en serio necesitaba dormir aunque fuera por un breve instante, necesitaba tener paz conmigo mismo.

Tienes que disculparme. —Suplicaba una voz grave a mis espaldas.

— ¿Disculparte? ¿Quien eres?... ¿Porque debo hacerlo?. —Mi cuerpo tembló al sentir como la calidez de su aliento recorrió mi cuello.

Perdoname pero no soporto perderte.

—¿Porque... Me perderías?.

—Quédate. —Suplico— Por lo que más quieras, quédate Jimin, No vuelvas a irte. —Los susurros eran acompañados de sollozos y posiblemente algunas lágrimas, me voltee pero no vi a nadie.

No hay nadie en la habitación pero escucho aquella voz tan cerca, tan frágil y delicada a mi costado, se me hace difícil creer que no sea real.

¿Quien eres?. —Pregunté envolviéndome en las mantas de mi cama, observando cada rincón de la habitación.

—Cierra los ojos. —Ordeno.

—No quiero cerrar los ojos.

Jimine... —Dijo con una dulce voz—  Por favor, cierra los ojos.

No quería, en serio no quería hacerlo pero algo me impedía desobedecer a la voz en mi cabeza.

Cerré mis ojos y me quedé quieto hasta volver a oírlo, pidiéndome que volviera a abrirlos, estaba asustado.

Por favor... Ábrelos, mírame. —Lentamente fui abriendo mis ojos hasta percatarme de a quien tenía al frente.

Un chico de cabellos oscuros como la noche y ojos tan azules como el más preciado de los mares. Tenía la piel muy blanca, casi gris, parecía un fantasma, cosa que a este punto ya no dudaba. Su piel estaba cubierta de moretones y arañazos, incluso desde su camiseta logré diferenciar una gran mancha de sangre que cubría todo su estomago. Sus manos también estaban ensangrentadas, la sangre estaba seca y polvorosa al tacto.

El se acercó para tocarme el hombro pero yo solo retrocedí.

No voy a lastimarte Jimine, lo prometo.—Lo mire confundido mientras el brillo de la noche alumbraba la menor cantidad posible de luz en su rostro, iluminando sus ojos.

Era real.

¿En serio esto estaba pasando?.

—¿Quién eres tú?. —Pregunte con insistencia hasta obtener una respuesta. 

—Te quiero mucho, no dejaré que nada te pase esta vez, estarás a salvo...

—¿A salvo de que? ¿Que es lo que quieres?. —El se aferro a mi torso, abrazándome, sin dejarme la oportunidad de escaparme de su cariño.

—Ellos dieron todo por protegerme, tú también, fui un imbécil al dejarlos ir...Sentía los latidos de su corazón, palpitando como si cada latido fuera el ultimo— Por favor no pienses mal de mi, no importa lo que El Rojo te diga, nunca deje de amarte y jamás quise hacer lo que hice esa noche. —Sus latidos sonaban como el Tic Tac de un viejo reloj.

Caught in a lie [Esquizofrenia] Yoonmin Onde histórias criam vida. Descubra agora