Capítulo 48

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Sumergido en sus pensamientos iba caminando un joven azabache, cargando unos documentos que el padre de Sala le había pedido que revisase, recorriendo gran parte del patio del orfanato y pensando en que podría regalarle a Víctor pues poco faltaba para Navidad y por ende el cumpleaños del platinado, vio de reojo a los pequeños corriendo muy entusiasmados, pero no les prestó atención, hasta que sintió como alguien tomo su brazo se asustó pero pudo escuchar una voz muy conocida para él.

—Yuuri me alegra que estés bien- dijo al mismo tiempo que lo rodeaba por la espalda.

—Se...Seung-

—Sara me conto lo de tu accidente, perdóname por no ir al hospital a verte-

—No te preocupes por eso, además estabas trabajando. Y soy yo quien debe disculparse te deje plantado, ese día, realmente lo siento-

—Fuiste atacado, entiendo que se te hizo imposible-

Al oír esto el Omega sintió un pequeño pinchazo de culpa, el coreano creía que había faltado a su cita por eso, cuando en realidad fue por salir con Víctor. No queriendo herir más al Alfa pero consciente que es mejor ser sincero abrió la boca dispuesto a decirle la verdad pero en ese momento el otro lo apretujo aún más, sorprendiéndolo e incomodándolo un poco.

Trato de alejarse con delicadeza pero se le hizo imposible, sus mejillas se tiñeron de rosa, sabía que debía alejarse pero tampoco quería ser grosero.

—Seung... po... podrías soltarme por favor- dijo con la vergüenza llenándolo por completo y finalmente el coreano cedió.

—Lo siento, es solo que estaba muy preocupado y no pude evitarlo-

—No te disculpes- dijo girándose para mirar lo de frente, el Alfa se veía diferente, más serio y más atractivo en el esmoquin negro que traía, se sonrojo por sus pensamientos y su Omega lo reprendió por pensar así de otro Alfa.

—Yuuri ¿quieres ir a tomar un café?-

—Me gustaría, pero debo hablar con el señor Crispino- señalo al mismo tiempo la carpeta que llevaba entre sus brazos.

—Te espero entonces- el pelinegro le brindo una cálida sonrisa, contagiándole en el acto.

Estaba a punto de aceptar pero recordó que Víctor siempre llega a traerlo, por lo que pensó en que mejor sería hablar con su esposo, Seung era su amigo y el platinado no podía prohibirle salir con sus amigos.

Reanudo su marcha sin responder de inmediato, avanzo unos pasos más y finalmente dijo –Solo debo llamar a Víctor dado que el viene por mí- el otro asintió sin decir más.

Luego de la reunión con el señor Crispino se dirigió a la pequeña estancia que ocupaban Sara y él como oficina, el Alfa coreano se había ido con los pequeños y Sara estaba organizando la agenda para esas fechas, pues algunos grupos de ayuda llegan con donaciones y de vez en cuando una pequeña fiesta para los niños.

Su celular empezó a sonar, vio el remitente y no pudo evitar sonreír, atendió la llamada y de inmediato la voz de Víctor se escuchó del otro lado.

*—Yuuuuri Hola, ¿Cómo estás? Tengo malas noticias, un socio me llamo hace unos minutos pidiendo que nos reuniéramos, no se cuanta lata querrá darme por lo que le pediré a Otabek que vaya por ti, lo siento mucho mi cerdito-

No podía negar que se desilusiono un poco, pero recordó la invitación de Seung.

—Hola, estoy bien y no te preocupes, Víctor, sabes Seung regreso y me pidió acompañarlo a tomar un café, estaba pensando en ir con el.-

¿Destinados?Where stories live. Discover now