¿Destinados?

Especial Pichit en Rusia

Siendo que era su primera vez en Rusia a Pichit todo le parecía increíble y novedoso, después de visitar a sus dos mejores amigos en San Petersburgo, tuvo que regresar con su equipo de trabajo a Moscú, de donde no tenía que haber salido hasta que terminaran, y por lo cual recibió una muy buena regañada por parte de sus jefes.
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Luego de unas cuantas entrevistas y fotos para conocer la historia del Kremlin su equipo y el se enteraron que estaban grabando un video de una artista muy famosa en las cercanías del lugar, y como buenos periodistas curiosos se dirigieron al lugar.

La seguridad era bastante pero no era por la artista sino que era para que nadie se atreviese a irrumpir en el Kremlin, era realmente una fortuna que ellos hubiesen logrado entrar y entrevistar a medio mundo.

Las cámaras emocionaron al tailandés quien las quería ver más de cerca, y su equipo simplemente querían ver si lograban una entrevista.

Todos se escabulleron hasta estar lo más cerca posible pero ni aún así el moreno estaba satisfecho y viendo la mejor ruta para llegar hasta donde estaban los camarógrafos, decidió irse por un estrecho pasillo, donde solo el gracias a su delgadez y relativamente baja estatura podía entrar. El pasillo tenía una forma extraña y prácticamente parecía haber sido añadido recientemente, con unos barrotes muy pegados entre sí y con decoraciones muy hermosas.

Iba tan concentrado en llegar al lugar que no se percató que su lindo abrigo había quedado atascado,hasta que ya a nada de salir dejo de avanzar, intento sin mucho ruido sacar la punta de la prenda de entre las decoraciones.

Debía idear una forma y sobre todo mantener la calma, sino quería que lo descubriesen, pensó en una solución rápida, podía cortar su abrigo, esa era buena idea si tan solo llevara tijeras consigo, trato de pensar en algo más pero no pudo pensar en nada, más que seguir jalando a ver si ocurría una de dos, o se destrababa o se rasgaba su abrigo, a este punto ya no le importaba, y siguió usando toda su fuerza para salir de esa.

Los minutos habían pasado y sus manos ya dolían, pero no se iba a rendir, no señor, tenía que salir de ahí costara lo que costara, y como si de un milagro se tratase logró sacar su abrigo, lástima que la fuerza usada le hiciera caer de espaldas rodando desde el pequeño pasillo hasta en medio del improvisado escenario, maldito suelo con inclinación, se sentía adolorido pero sobre todo avergonzado.

Pensó en quedarse ahí fingiendo su muerte o un desmayo para evitar toda la vergüenza pero una voz mato sus planes.

—Hey, levántate, estás irrumpiendo nuestro trabajo, no te hagas, se que estás despierto y escuchando.-

Abrió lentamente sus ojos para divisar a un ángel o quizás demonio no sabía pero de lo que estaba seguro es que estaba para darle duro contra el muro, macizo contra el pavimento y fuerte contra el armario hasta llegar a Narnia. Tenía sus ojos rasgados, piel clara y cabello negro que a pesar de ser "común" para Pichit eran los rasgos más perfectos que había visto.

Puso su mejor cara de seducción, se re acomodó luciendo más sexy y bajo un poco su camisa diciendo —Hola guapo ¿te gusta el pan?-

El alfa que lo miraba de cerca no pudo evitar sonrojarse al igual que los que estaban al rededor, preguntándose de donde había salido ese Omega tan lindo y metiche, la artista, una mujer reconocida a nivel mundial y de la cual Pichit  no recordaba su nombre se acercó muy interesada en el, pero al moreno le gusta la salchicha, por lo que la ignoro.

—Tonces ¿vamos por unos panes o te freseas?-

Sin embargo a pesar de estar sonrojado el Alfa se mostró molesto e ignorando la pregunta del tailandés y su extraño y absurdo intento de seducción lo hizo pararse llevándolo lejos del lugar y ordenó a todos que volvieran a la grabación. Pichit vio de reojo a su equipo todos tratando de no reír pero cambiando sus expresiones de inmediato debido a dos personas que se les acercaron.