Demonio de Pandora (#1 Saga Devoción Inmortal) EDITANDO

8- Fue memorable, pero irritable...

『•◈ ────※{✧嵐✧}※──── ◈•』

—¡Estoy muy feliz de que les haya ido bien en su primera cacería! —expresa emocionado Terry, extendiendo su sonrisa de oreja a oreja. — mejor aún, si fue en la clase de la señorita Eleanore... rayos, si hubiera tenido la mañana libre con mucho gusto los hubiera ido a ver

—Descuida —replicaba Henry al darle un trago a su jugo. — hubieras visto a Amy, de verdad se armó de valor para enterrarle su lanza a ese demonio Gael, ¿no es así Amy?

Pero ella miraba con atención las gotas que se deslizaban por fuera de su vaso. No prestaba atención alguna al ruido de la cafetería, menos a la plática entre Terry y Henry, solo contemplaba las gotas. Frías y sin sentido alguno, no dejaba de pensar en aquel encuentro con aquel chico de ojos carmín, menos en esos ojos. Quería arrancárselos, la sensación que le provocaban era muy desagradable.

—¿Amy?

—¿Ah? —miró hacia ambos chicos, Henry parecía preocupado por lo que ella sonrió. —sí... ah, exacto

—Amy..., ¿de verdad estás bien? Has estado callada todo este tiempo

—Claro que sí —insistía con una sonrisa y completamente segura. —solo que no dejo de pensar en lo entretenido que estuvo, además, el pisar el bosque de Pandora es uno de los logros más grandes en mi vida Henry

—Pero...

—Oigan, ya que yo no estuve ahí quiero escuchar todo con lujo de detalle —decía Terry haciendo un puchero. —vamos, cuéntenmelo todo, ¿cómo es el bosque? ¿Cómo son las cosas ahí dentro?

—Es gigantesco Terry, hay muchísimas cosas distintas de lo que conocemos, lo único certero que puedo decirte es que Kant y Bianca se enfrentaron ferozmente a esa chica de nombre Farah, si no me equivoco... Henry y yo peleamos contra Gael y luego yo vi-

Se detuvo en seco, Henry despegó sus labios de la boca del popote y alzó la ceja. Ante eso, Amy sonrió nerviosa y evitó darle importancia.

—¿Qué viste? —preguntó Henry, curioso

—¿Peleaste con alguien más? —el brillo inmediato en los ojos de Terry no se hizo esperar. —¡Oh! ¡Yo quiero escuchar eso!

—¿Por qué no me dijiste Amy?

—Es que... es que sueles preocuparte más de lo que acostumbras, además estabas herido y lo primordial era vendarte y sanarte, lo siento

—Aun así...

—¿Y cómo era? —preguntaba Terry

—Supongo que era de clasificación A, era muy ágil... pero solo me atacó y se marchó en breve

—¿Es... es en serio? —Terry alzó la ceja. —mmm, qué extraño... ninguno de ese rango hace eso ¿o sí?

Henry omitió el comentario.

—Amy, la próxima vez no ocultes las cosas, si algo te hubiera ocurrido ¿qué habría hecho yo? Por favor, considéralo la próxima vez...

—Pero, físicamente como era —insistía Terry al interrumpirlo. —¿Era pequeño? ¿Alto? ¿Una de esas mariposas esqueléticas o cómo?

—Era... era alto, lucía muy varonil y tenía unos ojos de un color rojo como la sangre...

—¿¡De verdad!? —decía emocionado Terry, Amy asentía, pero Henry únicamente los escuchaba en silencio sin quitarles la mirada de encima

—Lucía muy bien, pero... pero no sé qué tan peligroso pueda llegar a ser

—Si no lo sabes con certeza es mucha más la razón para cuidarte ¿me entiendes Amy? —replicaba Henry. —no sabemos qué tan hábil puede llegar a ser