51- Canten juntos a la esperanza

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『•◈ ────※{✧嵐✧}※──── ◈•』

—¿Quién lo diría? —dijo Gael. —el bastardo dejó herencia en este mundo asqueroso, me pregunto si ella es igual de sucia como su padre

—Todo lo contrario, se baña todos los días

—No me refiero a eso, me refiero a sus flatulencias

—Ew Gael, ¿Quién huele eso?

—Si hubieras trabajado con Baal, Henry, no dirías los mismo... esos gases eran tan mortales que cuando los combinabas con fuego salías volando, lo digo por experiencia

Mientras todos lo miraban con desagrado y debatían, Dante de pronto sintió una inquietud en su pecho. Parecía consternado, un escalofrío le recorrió la espina dorsal y empalideció. El sudor frío resbaló por su frente e incluso sus manos temblaron.

—Amy...

—¿Qué?

—Amy está en peligro... —un dolor en la espalda le hizo gemir del dolor. —tengo que... tengo que...

Henry no parecía entender en un principio, el resto también se mantenía ajeno a su dolor. Sin embargo, los ojos de Henry se abrieron de par en par cuando una idea nada agradable atravesó su mente. Su semblante cambió drásticamente, estaba furioso y se aproximó hacia él, intentó sujetarlo pero Dante lo evadía. Gael de nuevo esbozó una sonrisa y se echó a reír. El resto estaba confuso ante el dolor imprevisto de Dante, además no comprendían porque Gael estaba cayéndose de la risa mientras miraba hacia Farah. Ella alzó la ceja, no podía creerlo tampoco.

—Dante, date la vuelta

—Aléjate de mí

—¡DANTE!

—¡No me toques! ¡Aléjate!

Henry lo tomó con fuerza del hombro, lo derrumbó en el suelo, poniéndolo boca abajo e inmediatamente le alzó la playera. Dante luchó por apartárselo de encima, pero en cuanto el tacto de Henry se volvió débil sabía que había sido descubierto. Las pupilas esmeraldas se dilataron, estaba escéptico.

—¿Quién lo diría? —dijo Gael. —tampoco debería de sorprenderme demasiado ¡JA, JA, JA! ¡ES EL KARMA!

—¿Por qué lo hiciste Dante? ¿Por qué?

Dante enterró sus uñas en el suelo, no respondió y tampoco veía el rostro de su hermano, pero podía definir las facciones delicadas formando un semblante de decepción.

—Tú... tú... —Henry enfureció de nuevo, sus ojos esmeraldas brillaron con furor. Estaba por golpear a su hermano cuando Donovan usó su telequinesis y lo apartó de golpe, arrojándolo contra un árbol. Lo mantuvo ahí mientras Henry gritaba y maldecía entre lágrimas. —¿POR QUÉ LO HICISTE? ¿POR QUÉ LO HICISTE? ¡DANTE! ¿¡POR QUÉ, POR QUÉ POR QUÉ?

Dante se levantó, acomodándose la playera descubierta en silencio. Los demás, al ver los números de Amaimon inscritos en su piel sintieron un dolor agudo en su corazón. Estaba sellado de por vida, su destino sería el infortunio y él era consciente de eso. La maldición de Amaimon no tenía piedad sobre nadie.

—Ahora que lo pienso —dijo Gael. —ese sería un sacrificio muy noble para el príncipe Abaddon, que tú... Henry, pierdas a tu hermano de la misma manera en la que lo hizo él... no suena tan mal

—¡Cállate hijo de-

—Grita y maldice todo lo que quieras, no me importa que sufran... por ustedes la hambruna existe entre nosotros, por ustedes un linaje completo se rompió, ojalá también mueran como lo merecen... malditos demonios de Pandora

—No morir —dijo Farah con una sonrisa coqueta. —sino ser encerrados y no por alguien más que por su propia amada

—¿De qué hablas? —dijo Cam, asustada

—Vamos, no me digas que no te has puesto a pensar en eso y menos después de ver a Dante. LangXian está confinado para ofrecer su cuerpo, pero Amy... ¿En qué otro lugar correría peligro? ¿En su hogar? ¿Cerca de la academia? No... el único lugar peligroso para ella que podría causarle pavor a Dante es nada más y nada menos que-

—El bosque de Pandora —dijo Dante, en un hilo de voz, completamente alarmado. —¿Por qué? ¿Qué le hicieron?

Caminó hacia ellos con los puños cerrados, Donovan también lo detuvo al usar su telequinesis. Aunque él se agitó, gruñó y pataleó, Donovan no hizo caso y lo retuvo con fuerza.

—Nosotros no hicimos nada, estúpido demonio de Pandora... sí Amy entró ahí es porque tenía que hacerlo, dime que no olvidas el mito de tu propia caja —Farah alzó la ceja. —¿O es que eres tan estúpido como para olvidarlo? Por eso Mefistófeles la quería lejos, para que no escuchara el llamado de Elpis

—Solo una persona digna escuchará su llamado... —dijo Alanis, con asombro. —si lograba controlar las tres más grandes pasiones del corazón sagrado de... —miró hacia Dante y Henry. —no es posible...

—Ahí lo tienes, pobre Dante... tu amada va a encerrarte sin tentarse el corazón

—Tenemos que detenerla... —dijo Henry. Donovan lo soltó en cuanto vio que ya estaba volviendo en sí. —no podemos dejar que llegue hasta ella... si no ha pasado mucho desde que se marchó... entonces, ahora mismo ella debería de estar...

—Cruzando el abismo de la muerte —dijo Donovan, soltó a Dante rápidamente, dejándolo caer en el suelo

—¿Qué estás planeando hacerle? —replicó Dante hacia Henry, mientras respiraba con dificultad. —no le pongas una mano encima, te lo advierto... si la lastimas no esperes a que pueda perdonarte jamás

—Usa ese dolor como voluntad —respondió Donovan. —si realmente quieres que la encontremos o si realmente quieres protegerla, no tienes más opción que-

—Solo yo conozco el abismo de Mefistófeles... —dijo en seco. —y solo yo sé dónde guarda la caja de Pandora. Lo que no sé es de lo que ustedes son capaces de hacerle por querer evitar ser encerrados...

—No uses chantajes, sabes bien que es nuestra prioridad alcanzarla, especialmente antes de la luna de sangre. Si tú mantienes tu orgullo, odio o resentimiento sobre nosotros, te aseguro que ella terminará muerta en manos de Amaimon o alguien más. De nadie será la culpa más que tuya, todo por no-

—Los llevaré, pero no pongan un solo dedo sobre ella... se los advierto

—Si ella causa algo desastroso o nos pone en peligro... —replicó Henry con seriedad. —no esperes a que le perdone la vida y atente a las consecuencias, tu arrogancia por una mortal no te llevará a un destino trágico, no si yo puedo evitarlo

—Henry

—Ponte de pie y vámonos antes de que llegue a la caja

—Vamos Farah, nosotros ya no tenemos nada que hacer con ellos... —dijo Gael con una sonrisa burlona. —no quiero ser calcinado por juntarme con ellos... mi deuda con Betzabeth ya ha sido pagada, no hay nada más que decir

Farah asintió y le siguió el paso. Ambos huyeron entre las ramas de los árboles, sus siluetas fueron disminuyendo a medida que se alejaban y escondían entre las hojas. Henry tenía la frente en alto y lucía calmado por fuera, pero Donovan percibía un dolor muy grande en sus ojos, incluso se combinaba con la furia. En cuanto Henry dio la instrucción de marcharse, todos le siguieron el paso, incluso Dante que temía por lo que su hermano podría hacerle a Amy.

Regresar al templo de Pandora podría hacer que todos se descontrolaran y perdieran la cabeza. La razón, es que había pasado mucho tiempo desde el incidente de las flamas azules y, la energía de resentimiento en ese lugar era abrumadora, tanto así que podría corromperlos con poner un solo pie en el templo. Inspiraron profundo cuando llegaron a orillas del bosque, entrar solo los dirigía a dos caminos, el primero era una victoria sin ser descubiertos por Abaddon y sus hermanos, el segundo... era morir en el intento. Dante iba a la cabeza junto con Henry. No hablaron ni se miraron, la situación ya hablaba por sí misma.

La ventaja de que Dante hubiera vivido toda su vida escondido, es que sabía las rutas más seguras para llegar al abismo de Mefistófeles sin ser descubierto.

"Un golpe de suerte en esta desgracia..." se dijo a sí mismo.

Demonio de Pandora (#1 Saga Devoción Inmortal) EDITANDO Where stories live. Discover now