Demonio de Pandora (#1 Saga Devoción Inmortal) EDITANDO

19- El temor abundaba cada vez más en tu corazón

『•◈ ────※{✧嵐✧}※──── ◈•』

Lamento...

Lamento hay en tu interior...

A causa de ello, ella...

Ella...

—¿Qué? —musitaba Henry, totalmente confundido mientras caminaba entre la neblina oscura que lo cegaba

Escuchó un canto angelical en la lejanía, avanzó hacia él, pero por más que intentaba alcanzarlo, más parecía alejarse. Una luz al final del túnel comenzó a resplandecer de tal magnitud que Henry tuvo que cubrirse los ojos con su mano izquierda.

Sintió un temor inmenso porque ese canto ya lo había escuchado hace tiempo atrás, lo recordaba tan perfectamente que sus rodillas temblaban. Una chispa de culpa le carcomió el pecho lentamente, parecía una pequeña flama que, con el paso del tiempo, se convirtió en un incendio.

Ardía, le hacía llorar, lo sofocaba hasta ahogarlo.

—Para... —dijo con los ojos humedecidos, negándose a aceptar aquel sentimiento. Siguió avanzando, escuchó aquel canto angelical con más potencia

Gritos de lamentos reventaban sus tímpanos, intentó correr, pero todo parecía ir más lento. Todo el panorama parecía detenerse y había fuego por detrás de él que intentaba alcanzarlo.

—¡Para! ¡Para, por favor!

Tu corazón se pudre en lamento...

Tus lágrimas saladas hacen arder mis heridas

—¡Para!

El canto glorioso se transformó en un grito de pena, en un sollozo ensordecedor.

Tal fue aquel grito, que él cayó de rodillas, exclamando hasta desgarrarse la garganta, pidiendo que todo ese sufrimiento se detuviera. Cubrió sus oídos, lloró centenares de lágrimas hasta que su frente tocó sus rodillas.

La oscuridad estaba consumiéndolo con lentitud por un lado, pero la luz también se esforzaba por cegarlo.

¿A dónde debía mirar?

Justo al frente... Henry...

Él alzó la vista, sus ojos esmeralda estaban hinchados. Extrañado, buscó la voz que delicadamente susurraba en su oído.

—¿Amy...?

Yacía el cuerpo de ella sin vida tirado en el suelo, un charco de sangre la rodeaba y entre sus manos sostenía un ramo de rosas que comenzaba a marchitarse.

—No... no...

Se puso de pie rápidamente y corrió hacia donde ella estaba.

—¡NO AMY! ¡NO!

Arrodillándose a su lado, sostuvo su cuerpo frío entre sus manos y la abrazó sin importarle que la sangre lo manchara. Derramó lágrimas sobre su rostro, cuando éstas entraban en contacto con la piel de Amy, se evaporaban. Pronto aquellas cristalinas lágrimas se transformaron en sangre, pero en lugar de ser color carmín, eran oscuras y espesas como tinta.

—Amy... Amy... despierta, por favor despierta. —sin respuesta alguna y viendo como la piel de ella se quebraba como la crisálida vacía de una mariposa, comenzó a gritar con desesperación

Sollozó al poner el rostro de ella en su pecho y exclamó con impotencia.

—¡NO TÚ! ¡NO OTRA VEZ! —gritó hasta que sus cuerdas vocales sangraron. —¡DEVUÉLVELA! ¡DEVUÉLVEMELA POR FAVOR PORQUE NO SABES LO QUE SIGNIFICA PARA MÍ! ¡DEVUÉLVEME TODO LO QUE HE PERDIDO!