69- Porque cada ángel nació para complementar a un demonio

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『•◈ ────※{✧嵐✧}※──── ◈•』

—Amaimon...

De entre las sombras el destello azul de su ojo izquierdo hizo temblar a sus hermanos. El cabello albino y sus labios formando una perfecta línea de seriedad causó una mirada de asombro por parte de Amy. Caminaba con la frente en alto y las cadenas arrastrándose por el suelo. El sonido que emitían era desconcertante a oídos de los espectadores. Amy miró hacia los príncipes, Liam inmediatamente se quitó de encima a las súbditas que lo acariciaban, Bástian enterró sus uñas con brutal fuerza sobre su trono y finalmente... miró cómo la manzana de Adán de Arthur se movía hacia arriba por un trago amargo de saliva. Las pupilas de los tres estaban dilatadas, aunque los ojos de Arthur lucían sombríos y llenos de melancolía en cuanto su hermano se presentó frente a ellos.

—¿Qué... —dijo Liam, con el rostro aún más pálido que de costumbre. —q-qué es... qué estás ha-haciendo aquí? —miró sus cadenas y sintió que su corazón daba un vuelco enorme. —¿Quién te liberó? ¿¡Qué demonios ocurrió!?

Bástian miró hacia Arthur, el mayor tenía los ojos enrojecidos por las lágrimas que comenzaban a acumularse. Sus nudillos se volvieron blancos al cerrar sus puños con fuerza. Y sus labios temblaron al recordar la última noche en la que lo había visto y escuchado su voz. Parecía como si tan solo hubiera sido ayer cuando los cuatro iban de cacería por el bosque y parloteaban hasta el cansancio. Los viejos tiempos no volverían jamás y de eso estaban conscientes los cuatro.

—La mortal me pertenece... —dijo Amaimon en un tono estricto. —es en mi abismo donde debería estar

Amy estaba boquiabierta, al igual que Liam tenía muchas dudas respecto a las cadenas, se suponía que nada, ni siquiera sus propios conjuros podrían liberarlo. Abrió los ojos de par en par al recordar la evocación de las cadenas.

"Las cadenas que ahora se hunden en mi piel no podrán ser retiradas bajo el control de mi ira, es por sabio que tendrán misericordia. Si de mi otra rabieta emerge, dichas cadenas se encargarán de atarme al mismo infierno, suprimiendo mi poder y mi ira. Mi palabra está sellada bajo SINSUX ACHROME, conjuro bajo juramento hecho por mí."

"...es por sabio que tendrán misericordia..."

¿Sabio? Entonces, podría atribuirse al haber hecho algo bueno o que planeaba hacer algo bueno, ¿¡Quién lo sabía!? La cabeza de Amy daba vueltas entre miles de posibilidades, ninguna era certera. Pero algo era seguro, las cadenas seguían atadas en sus manos. Los eslabones habían sido rotos en la parte inferior, tenía la creencia en que si Dreyko... mejor dicho, Amaimon volvía a hacer otra rabieta, inmediatamente las cadenas lo llevarían de vuelta a su trono en el abismo.

—¿Qué pretendes? —dijo Liam, incrédulo y furioso. —vienes aquí con la arrogancia en la frente, sin un poco de tacto y nos miras a los tres... —sus ojos se volvieron vidriosos, pero contuvo su tristeza al ensanchar su voz. —te paras frente a nuestro hermano, sabiendo el dolor tan grande que le causaste...

Amaimon tragó saliva con dificultad, sin agachar la mirada. Amy se percató de cómo sus manos temblaron. Por sus labios temblorosos parecía como si quisiera hablar, pero se resignó a escuchar los reclamos.

—¿¡Qué pretendes Amaimon!? ¿¡ROMPERLE AÚN MÁS EL CORAZÓN Y CONVERTIRLO A TU SEMEJANZA!? ¡Dilo! ¡Di tus intenciones!

—La... —replicó en un hilo de voz, aún lleno de orgullo. —la mortal me pertenece, es en mi abismo donde debería de estar

Arthur se sentó recto y miró hacia él con soberbia. Ambos hermanos se alarmaron de inmediato, si alguna pelea llegaba a ocurrir estaban listos para evitarla. Contraatacar y defender.

Demonio de Pandora (#1 Saga Devoción Inmortal) EDITANDO Where stories live. Discover now