42- Cuando caí en el abismo de la muerte

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『•◈ ────※{✧嵐✧}※──── ◈•』

Los tres estaban bebiendo sus jugos, comiendo vegetales en vapor junto a carne cocida. Henry no parecía estar muy contento por esperar, ciertamente era más amable que Dante en cuanto a sus comentarios, pero... un viaje tan largo no podría terminar en un no como respuesta.

—Henry...

—No Amy, no me pidas que sea muy paciente —dijo al despegar el vaso de su boca. —sabes que fue duro... no puede simplemente rechazarnos

—Lo entiendo Hen, pero si le das su espacio seguramente lo considerará

—¿No viste su expresión? —dijo Dante. —definitivamente él no está dispuesto a decirnos que sí... —masticó y tragó rápidamente. —a decir verdad, no sé qué tan severa es su academia con ustedes, pero tuvo que haber hecho algo muy grave como para que él no quiera volver. Solo recuerden, todo el mundo habla de él como si fuera un asesino en serie y, ¿Le ven cara de asesino? El tipo claramente es un alma pura y cuando sonríe los ruiseñores cantan

—¡Yo opino igual! —Amy ensanchó su sonrisa y dio aplausos

Ambos la miraron con el ceño fruncido, por lo que su sonrisa se desvaneció lentamente y se limitó a toser nerviosa.

—No lo juzgues por su apariencia —dijo Henry. —lo mismo decían de Amaimon y terminó como bestia

Dante asintió.

—Ciertamente, aunque prefiero no hablar del tema

—¿Por qué? —dijo Amy. —¿Tú lo has-

Henry miró en silencio a Dante y ella simplemente sonrió nerviosa.

—¿Qué si lo he visto? ¡Claro! —espetó Dante. —en múltiples libros de ilustraciones infantiles, dime, ¿Quién pone a los niños leer esas cosas? ¡Es terrible!

—Aún me pregunto cómo es que él terminó así... —dijo Amy. —una vez una anciana me dijo que la bestia no era bestia, pero se transformó..., desde ahí me cuestiono muchas cosas y sigo intrigada, creo que, si estuviera Kant aquí, diría que los demonios no sienten y no tendríamos que interesarnos en ellos

—¿Y por qué ya no piensas lo mismo? —Henry alzó la ceja

—¿Viste al Gusion que invocó el joven Lang? No nos hizo nada, al contrario, nos guio a la salida... además, puede que quizá algunos sean malos... pero quizá... —miró hacia Dante de reojo y enfocó nuevamente su vista en el platillo. —quizá, otros simplemente no lo sean...

Fueron sorprendidos cuando el joven Lang entró en el comedor, les dedicó una sonrisa amable y se dirigió a los estantes más altos donde yacían los platos. Estaba vestido perfectamente con una túnica blanca de bordes dorados, dicha túnica se arrastraba ligeramente por el suelo. Amy se sorprendía a medida que más lo observaba, antes él tenía una apariencia angelical, pero ahora se veía como un alma completamente pura con esas prendas de seda como la nieve. Juraría que era un ser celestial.

—¿De verdad consideras que los demonios ya no son totalmente malos? —reiteró Henry hacia ella, como respuesta obtuvo un asentimiento con la cabeza

—Ciertamente crecí con los ideales de una cazadora, Henry... pero, últimamente en estos días y con las nuevas enseñanzas de Eleanore, creo que hay algo más que solo matanza por seguir con un proceso

Dante le miró fijamente y esbozó media sonrisa.

—¿Qué tanto les dicen de los demonios?

—Son espíritus, pueden aparecer visiblemente, pueden hablar, creen, ejercitan su voluntad, demuestran inteligencia, reconocen, tienen fuerza supernatural, tienen presencia sobrenatural, son eternos, tienen su propia doctrina y son malignos...

Demonio de Pandora (#1 Saga Devoción Inmortal) EDITANDO Onde histórias criam vida. Descubra agora