24- En tiempos oscuros y tristes siempre la tenías en tu corazón

117 19 3
                                    

『•◈ ────※{✧嵐✧}※──── ◈•』

—¿Y bien Henry? ¿Cuál es el motivo por el que no salgas de aquí? —Donovan alzó la ceja mientras su dedo índice golpeaba con impaciencia la mesa de madera. —Ya deja por un rato los libros, no se van a ir ¿lo sabes? Además, has leído cada uno de ellos por más de tres veces, no me explico cómo es que no te fastidias... son las mismas teorías y ninguna respuesta

—Puedes irte si lo deseas... —replicó con seriedad, sin alejar la vista de las hojas desgastadas. —no sé a qué viniste si te molesta verme estudiar

—Henry... —Donovan bajó con lentitud el libro, forzándolo a hacer contacto visual con él. —me preocupa verte leyendo todo el tiempo, me hace creer que volverás a caer en...

—¿En qué?

—Tú sabes a lo que me refiero

—No, no lo entiendo —frunció el entrecejo

—A la miseria, Henry, a eso me refiero

—Leer no lleva a la miseria, te saca de ella

—Sabes bien que ese no es tu caso —replicó seriamente. —te desgastas tanto en tu salud cuando te sientes mal emocionalmente y buscas refugiarte en otras cosas para olvidar tus penas ¿no es así? —Henry estrujó el libro, Donovan realmente lo conocía y eso lo asustaba. —Henry... por favor, prométeme que esta vez vas a cuidarte más

—No puedo prometerte nada...

—Henry...

Ante su insistencia, Henry se resignó a resoplar con pesadez, lo que causó alivio en Donovan. Hace mucho tiempo atrás Henry estaba pasando por un mal momento, uno que le hacía doler el alma con mucho pesar, debido a eso prefirió refugiarse en el conocimiento en lugar de otro vicio. Al principio podría parecer razonable, pero se volvió un obsesivo, dejando a un lado su salud y causando que sus compañeros se preocuparan por él. Especialmente Donovan, quien todo el tiempo lo acompañaba a las bibliotecas o a lugares de profunda meditación.

Donovan sabía muy bien la necesidad de Henry, las ganas de conocer más allá de lo que sabía, encontrar respuestas a todas sus preguntas. Sin embargo, no aceptaba que a causa de ello él se demacrara día y noche. Henry practicó por mucho tiempo la inedia y fue tan letal que durante un lapso muy prolongado parecía un esqueleto andante. No le habría afectado de manera tan grave de no ser porque también dejó de dormir. 

—De acuerdo, Donovan... es solo que... estoy, estoy muy angustiado

—¿Es por lo que... hablamos hace rato?

—Yo... —estrujó el libro nuevamente mientras enarcaba las cejas —Donovan... yo... yo me-

—Wow chico... relájate ¿quieres? —Alanis los interrumpió a ambos, se dirigía hacia la mesa en la que se encontraban y en cuanto llegó, dejó caer su mochila sobre ésta sin cuidado alguno. —Donovan, cuando me invitaste a salir pensé que te referías a un lugar menos...

—¿Qué? —dijo Donovan de manera burlona. — ¿antiguo? ¿Menos aburrido? Por favor Alanis, este lugar es muy bonito ¡La biblioteca es maravillosa!

—¡SILENCIO! —gritó un alumno 

—Ug, qué aburrido...

—Cómo sea —puso la mirada en blanco. —¿Por qué esas caras tan largas? Hoy ha sido un día muy agradable, debo decir...

—¿Por qué? ¿Hoy no te enojaste? —replicó Donovan. —¡Qué milagro!

—Gracioso —respondió sarcástica

Demonio de Pandora (#1 Saga Devoción Inmortal) EDITANDO Where stories live. Discover now