65- Incluso sabiendo tu fin

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El incidente del emblema de doce pétalos ocurrió varios años después, y de nuevo, Amaimon se vio involucrado en dicho incidente. El descontrol de su temperamento lo hacía más y más violento, causando enormes ríos de sangre. Ninguno de sus hermanos volvió a encararlo, así que muchos temían que su violencia fuera tan severa, que terminaría acabando con cada región. Y que nadie podría ponerle un alto.

Después de dicho incidente, tanto los demonios como los mortales coincidieron con algo, aquel suceso solo podría ser definido con dos párrafos de una canción.

"Ist das der engel, der vom dämmernden himmerl hinunter flog?
Ist das der teufel, der aus der felsenspaite heraus kroch?"

¿Es ese un ángel que bajó volando desde el crepúsculo del cielo?
¿Es ese un demonio que se arrastra fuera de una grieta?

"Niemand darf eigensinnig seines lebens beraubt warden"

Nadie será, sin sentido... privado de la vida

El nuevo líder de la secta de Loto Sagrado de Santidad no se encontró aquella noche de las flamas azules para proteger la caja, porque había viajado a otras regiones para establecer más conocimientos y sectas. En su regreso, encontró un caos que jamás pudo reestablecer, además, la energía oscura de ese sitio era imposible de limpiar y él no podía entrar. Debido a que la pureza de su corazón provenía desde la cuna de su nacimiento, por lo que un lugar tan contaminado definitivamente lo dañaría.

Se fundaron otras villas, protegidas bajo sellos sagrados que impedían el paso de los demonios. Se suponía que todo marchaba bien, sin embargo, en el segundo eclipse rojo las cosas se descontrolaron cuando Amaimon se arrastró desde las grietas de su abismo y volvió a la superficie. Las villas más cercanas estaban a su alcance, por lo que no tardó en llegar. El líder estaba instruyendo a los más jóvenes en ese momento, con el uso de los instrumentos musicales que también se habían vuelto un arma contra demonios. Supo mezclar las artes demoniacas y el arte de la música. Era talentoso, atractivo, alto y de rasgos delicados, con ojos jade y un corazón radiante.

Cuando Amaimon llegó, él se dispuso a combatir contra aquella bestia. Sus túnicas blancas eran de seda preciosa, y los bordados eran de oro.

Bajó entre el crepúsculo de la luna de tinte rojo. Es decir, en el inframundo muchos ahora mismo deberían estar peleando por ascender de puesto. Quizá por eso, aquella bestia llamada Amaimon había perdido la cordura nuevamente, buscaba ascender o simplemente asesinar. Cualquiera que fuera, ambos conllevaban una masacre y ríos de sangre.

Al momento de que sus ojos se encontraron, los testigos juraban que podían presenciar en físico la energía del bien y del mal. El líder les había dicho a todos que se refugiaran en sus hogares o templos y que, sin importar el ruido o los destellos, no salieran ni vieran el enfrentamiento pues podría haber graves consecuencias.

Una energética pelea entre Amaimon y ese líder se llevó a cabo. Aquel líder tenía unas habilidades de combate impresionantes, podía saltar a grandes alturas e incluso luchar en el aire contra Amaimon. Fue una pelea severa en la que el líder múltiples veces rogó para que lo escuchara, pero obviamente, Amaimon estaba fuera de sí.

Y nada, ni una voz, lo podría hacer regresar.

Lucharon hasta el cansancio, incluso hasta el amanecer, y fue cuando... Amaimon cometió un acto terrible...

Demonio de Pandora (#1 Saga Devoción Inmortal) EDITANDO Where stories live. Discover now