56- Regresa y sabora el regusto del vino

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El sitio comenzaba a llenarse de flamas azules, se tornaban a veces de color carmín y luego volvían a ser azules. Era un descontrol, es por eso que Dreyko jamás las ocupaba, pues no sabía dominarlas perfectamente y su uso era muy peligroso.

Los maestros espirituales corrieron tras él, también huían del caos que las llamas causaban. Sus prendas eran recorridas por el calor del sitio, temían morir ahí dentro.

—¡El GuQin de papá! —A-Xian se liberó de ellos y corrió hacia donde estaba el instrumento, uno de los maestros estaba por sostenerlo de nuevo, pero una tabla se interpuso en su camino, haciéndolo retroceder

—¡A-Xian! ¡Regresa!

Mientras tanto, en el exterior la multitud huía de aquel templo en llamas. Dreyko corría sin parar hacia el bosque, estaba asustado. Temía por su vida. Se vio detenido cuando una flecha alcanzó a darle en la parte derecha de su espalda. Al parecer, aquella flecha tenía un sello que implicaba parálisis por completo. Dreyko sudó fríamente al sentir la inmovilidad en sus extremidades. Luchaba por no ser sometido, pero le era imposible la fuerza de aquella maldición.

Enterraba sus garras en el suelo, incapaz de ponerse en pie o gritar por ayuda. Además, no sabía qué había ocurrido con A-Xian, y eso lo ponía más nervioso.

En el templo, el pequeño A-Xian salvaba con mucha dificultad el GuQin de su padre, se sentía impotente al no poder apagar esas llamas que lentamente hacían crujir la madera y las prendas con la flor de loto inscritas en cada una. Las llamas se habían vuelto amarillas y otras de un ligero tono carmín, al parecer... Dreyko había relajado lo suficientemente su cuerpo como para que perdieran ese tono azul.

—¡A-Xian! —la voz de su padre lo hizo mirar a todas partes —¡A-Xian!

—¡Padre! ¡Padre!

Caminó con el GuQin entre sus brazos, sus pies se deslizaban con mucho cuidado sobre el roble carcomido de calor. Algunos crujidos sobre él le advirtieron que la estructura no resistiría más, por lo que tuvo que acelerar el paso y prestar más oídos a la ronca voz de su padre.

—¡A-Xian!

—¡Padre! ¡Padre!

De pronto, un rugido desde el interior de la tierra los hizo temblar y tambalearse de un lado a otro, parecía ser que, espíritus malignos comenzaban a manifestarse entre las flamas de aquel caos. A-Xian miró horrorizado como sombras negras se movían de un lado a otro, ¿Por qué estaban ahí? ¿¡Qué ocurría!?

Avanzó rápidamente, aún si sus pulmones se llenaban de aquel humo gris, no debía detenerse, ni siquiera para tomar un respiro.

Una sonrisa maliciosa lo sobresaltó, aparecía entre todo el panorama gris que dejaban las llamas. Se mofaba, incluso se transportaba de un lado a otro, causando un casi paro cardiaco en A-Xian.

—¿¡Quién eres!?

Las manecillas del reloj giran y giran... —replicó con una voz gruesa y seguido de eso, se echó a reír. —giran y giran

A-Xian se cegó por el humo, no entendía nada y tampoco sabía de donde había surgido esa criatura, pero de lo que sí estaba seguro, es que debía huir.

—¡Padre!

Varias vidas se extinguen hoy, giran y giran...

—¡Padre! ¡Padre por favor responde!

Y todo por la arrogancia...

—¡Silencio! ¡Silencio!

Lotus, de verdad fuiste muy ingenuo

Demonio de Pandora (#1 Saga Devoción Inmortal) EDITANDO Where stories live. Discover now