30- Los números prohibidos que causaban temor

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『•◈ ────※{✧嵐✧}※──── ◈•』

Amy sentía que las sienes le explotarían en cualquier momento, parpadeó continuas veces para disipar esa mirada con desenfoque y con mucho cuidado se sentó. No pudo evitar tocarse la cabeza y quejarse en voz baja, la palma de su mano percibió la frialdad bajo ella, era como si estuviera sentada en una superficie plana y completamente helada. Abrió los ojos de par en par al percatarse de que todo a su alrededor era completamente blanco, como si fuera una habitación enorme sin fin y sumamente grande. Escuchó quejidos a su derecha, nunca podría confundir aquella frágil voz apenas recuperando su compostura. Dante también se acariciaba las sienes, pero le resultaba muy difícil sentarse adecuadamente, pues parecía que el efecto era más profundo en él que en ella.

—¿Dante...? ¿Estás-

Antes de terminar, una risa grave y profunda dio ecos resonantes de norte a sur y de este a oeste. Amy se tapó los oídos, sin embargo Dante parecía cada vez más y más tenso, se doblegaba por el dolor e incluso gruñía como todo un salvaje. Ella empalidecía sin tener la más mínima idea sobre lo que le ocurría, se puso de pie rápidamente, pero antes de ir hacia donde estaba, una enorme barrera de neblina se manifestó frente a ella, interceptándole el paso.

—¿¡Qué es lo que quieres!?

—Lo que todo el mundo quiere... —dijo de manera irónica, de no ser porque era solo neblina, Amy juraría que aquella manifestación estaba sonriendo plácida y maliciosamente. —diversión...

—¿¡Qué es este lugar!? ¿¡En dónde nos has traído!?

—Verás... este sitio lo llamo "mi patio de juegos" es amplio, perfecto y adecuado para moldearse a lo que yo más quiera... todo lo que yo imagine, todo lo que yo desee... será perfectamente trascendido en este sitio, mi mente puede acoplarse de manera eficaz y dispersarse entre sueños cuando yo lo requiera, deberías sentirte afortunada... no muchos tienen el honor de visitar este lugar

—¿De qué estás hablando? —apretó los dientes y cerró los puños. —¿Quién eres tú?

—No necesito presentarme... Amy, en un futuro tú y yo tendremos la oportunidad de vernos las caras ¡Y no solo eso! Quizá estrecharnos las manos... —el sonido de su risa era como un hilo de voz, pero de poco a poco se intensificaba, aturdiendo a Amy. —Dante ha sido un huésped bastante habitual... solía estar aquí cuando no me escuchaba, de hecho... esto no ocurriría si él hiciera su misión de manera correcta y sin errores...

Amy escuchó cómo Dante soltaba gritos de dolor, gemía y derramaba centenar de lágrimas, no pudo evitar ignorar a la enorme barrera de niebla y avanzar con toda la seguridad del mundo. Al traspasarla, se percató de que el panorama se había vuelto sombrío, había múltiples árboles de lado a lado cubriendo cualquier rayo de luz, si no fuera por unos cuantos huecos entre las hojas y la maleza, ni siquiera pequeños rayos de la luna resplandeciente serían visibles. Las pupilas de Amy se encogieron, estaba en el bosque de Pandora... y no era la simple entrada, ¡Peor que eso! Se encontraba en una zona muy profunda y tenebrosa de aquel sitio. Jamás había caminado más de lo que su propio límite le había establecido, escuchaba las hojas ondearse como si fueran banderas, el viento se dispersaba entre sus extremidades, era tan frío que su tez se había vuelto más pálida, únicamente sus mejillas y nariz estaban sonrosadas.

A lo lejos escuchaba un hilo de voz, casi como un tintineo de un cascabel, lo que decía no era entendible, pero solo fue cuestión de segundos para que comprendiera una sola palabra...

"Libérame..."

Aquella voz de esa mujer que desde niña le había perseguido, a diferencia de otras veces, era más pequeña y menos audible. Fue opacado por una risa malévola entre los árboles. Ella miró a diestra y siniestra, desde la copa de los árboles hasta las ramas que emitían ligeros crujidos al chocarse una con otra.

Demonio de Pandora (#1 Saga Devoción Inmortal) EDITANDO Where stories live. Discover now