Demonio de Pandora (#1 Saga Devoción Inmortal) EDITANDO

61- Así ningún mortal podrá ver

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—Henry es muy heroico... —los párpados de Dante bajaron. Lo sabía pero no quería escucharlo de ella. —sin embargo, tú tienes algo que me parece muy intrigante Dante... tienes un corazón de oro que está muy protegido...

—N-No es v-verdad...

—La sabiduría y humildad son igual de fuertes que el heroísmo, por eso creo que también eres un chico muy asombroso

Dante negó, no quería aceptar que ella le dijera todo eso por lástima. Deseaba hundir su cabeza en el suelo y no salir nunca más, pero ¿Qué caso tendría? De igual modo Henry llegaría a romper la colina para salvarlo de morir como un avestruz.

—Siempre quise compartir este lugar y mis pensamientos con alguien... —sonrió. —¿Has escuchado del amor de los mortales?

Él pareció intrigado ante la palabra "mortales" más porque venía de los labios de Elpis, quien normalmente prefería ahorrar dicho tema con todos sus compañeros. Quizá no tenía permitido hablar de eso o bien, pensaba que era irrelevante para todos.

—Los mortales son criaturas extraordinarias Dante, la fe y esperanza que almacenan en sus corazones son suficientes como para tomar un enorme impulso y lograr lo que más quieren. Algunos suelen ser muy constantes y siguen intentando una y otra vez hasta que alcanzan la victoria... otros más, simplemente prefieren ser llevados por la corriente como camarones

—D-Doncella...

—Creo que nunca antes había visto almas de muchos colores como las de los mortales. Son vívidas, cálidas y frías al mismo tiempo... sé que no todos los mortales hacen buenas acciones, algunas de ellas intentan escudarse en textos sagrados para justificar sus malas acciones y señalan a otros más para quitar ese peso de sus hombros. Odian a otros porque poseen algo de lo que ellos carecen, los odian por ser ellos mismos, quieren opacar a causa de su envida. Algunos pretenden ayudar a que otros más brillen, siempre y cuando no más que ellos. Se llenan la boca de múltiples palabras que solo quedan en eso... palabras, lo peor del caso es las hacen bajo el nombre de promesa

Suspiró.

—Sin embargo, yo aún creo en ellos... definitivamente lo hago

Dante no parecía comprender, hasta ahora tenía la idea de personas desalmadas, ¿cómo podría creer en ese tipo de mortales? Era extraño.

—Sé que es raro, pero... definitivamente creo que sus corazones pueden ser cambiados cuando una flama de esperanza emerge en ellos. Cuando son constantes, cuando se esfuerzan, cuando dan su mejor... siempre y cuando no dejen de tener esperanza, sueños y propósitos. Si dejaran de tener alguno de estos tres, ¿Qué sería de la persona? Mientras ellos continúen con esa espiritualidad tan llena de vida, definitivamente yo seguiré latiendo para cada uno que crea. Los mantendré en alto para que jamás caigan y en sus peores momentos, tocaré de sus corazones...

"Siempre eres tan buena..." pensó Dante para sí mismo.

—Múltiples veces he escuchado que las personas se cuestionan el porqué de una persona al estar en sus vidas. Me refiero, a que sueles escucharlos decir "¿Por qué es que te conocí?" "¿Por qué tenías que cruzarte en mi camino?" "¿Es esto a lo que se llama destino?" Y sus corazones se perturban al no encontrar respuesta, se agitan como aquel lago y generan constantes ecos en su interior. Dante, creo que todos llegan a nuestra vida con un propósito. Algunos enseñan lo que es amistad, otros lo que es una despedida y otros más, lo que es el amor...
Sin embargo... a veces no tenemos que cuestionar el porqué de una persona al estar ahí, frente a ti... quizá no es él o ella quien se cruzó en tu camino, quizá... todo el tiempo fuiste tú...
Quizá llegaste cuando más lo necesitaba, quizá en el momento correcto o inoportuno... quizá y sólo quizá, aunque el destino no sea el lazo que los conecte... momentáneamente y de manera particularmente bella... se unirán por un indefinido tiempo y pronto, aunque los caminos se separen...