18. Comienzo

589 69 20
                                    

   —¿Quién eres tú?—preguntó Yuuri confundido

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

   —¿Quién eres tú?—preguntó Yuuri confundido. Esto no podía ser posible, no podía haber otra persona tan similar a Viktor... A menos que fuera su hermano.

   —Tranquilo pequeño, no voy a hacerte daño, vengo a ayudarte—respondió el joven sonriente mientras se acercaba a él.

   —¿A-ayudarme?—El desconfiado y confundido azabache retrocedió.

   —Sí. ¿Acaso no estás perdido?

   ¿Cómo lo sabía? ¿Acaso lo había estado vigilando? Esto en lugar de tranquilizarlo lo puso más alerta.

   —¿Cómo lo sabes?

   —Tu rostro me lo dice todo.—El joven detuvo su caminar—. No debes de temer. Es mejor que vuelvas a casa, vuelve y trata de hacer tu vida.

   —¡No puedo volver a casa!—exclamó—. Además... Nadie me quiere en ese lugar.

   —Eso es normal en el ser humano, sentir miedo al rechazo, pero en ocasiones el miedo es tan grande que te ciega y no te permite ver la luz.

   —La luz nunca me ha alumbrado. ¡La realidad es la que veo! ¡Nadie me quiere!

   —La realidad no es algo en concreto. La realidad se define en cómo tú la quieres ver.—El joven intentó acercarse a Yuuri pero éste se alejó rápidamente—. Debes despertar, estás yendo por un camino equivocado, no debes dejar que los demonios te lleven a la oscuridad, debes luchar por recuperar tu vida.

   —Yo sé lo que hago. Además ¿Por qué debería escucharte? Eres un desconocido, no debería acercarme a ti, no sé que intenciones tengas.

   —No es a mí a quien debes de temer.

   —¿Si no es a ti, entonces a quién?

   —¡Yuuri! ¡Yuuri!—resonó una voz que el nombrado reconoció al instante, era Viktor.

   Giró la mirada hacia la fuente del sonido.

   —¡Viktor, estoy aquí!—gritó.

   Quiso observar al extraño una vez más pero éste había desaparecido.

   —¡Copito, aquí estás!—El peliplata corrió hacia su novio, abrazándole y proporcionándole besos en la mejilla.

   Yuuri estaba tan confundido por lo que acababa de pasar que no prestó atención a las muestras de afecto de su novio.

   —¿Cómo supiste que estaba aquí? Ni siquiera yo sé dónde estoy—preguntó más desconfiado que sorprendido.

   —Iba a buscarte a tu casa cuando pero vi que saliste corriendo y te seguí—respondió—. Pero vámonos de aquí, vamos a nuestra casa del árbol.

   Yuuri asintió, después de todo, no podía volver a su casa y estar en medio del bosque era bastante aterrador. Sin embargo, no estaba muy confiado, aquel encuentro con ese chico le había generado escalofríos. ¿Quién sería?

Inexistente [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora