Inexistente [Terminada]

49. Tumba

   Los potentes rayos del sol se colaban por la ventana; era un nuevo día.

   El azabache yacía sobre su cama, durmiendo y notablemente cansado. Mientras tanto, un peliplata le veía dormir.

   —Y-u-u-r-i~—le llamó con tono infantil mientras daba pequeños toques en la nariz ajena.

   El nombrado reaccionó a los toques y abrió los ojos lentamente.

   —Buenos días mi Yuuri .

   —Buenos días...—respondió somnoliento para después bostezar.

   —No puedes seguir durmiendo, debes ir al colegio—advirtió Víktor.

   —...—Guardó silencio. La realidad era que, contrario a sus palabras anteriores, ahora prefería quedarse con su novio. Como signo de esto se acercó más a él y se recostó sobre su pecho, acurrucandose cual gato.

   —Viktor me siento muy cansado...—mencionó con voz débil. Tal vez lo haya dicho a modo de excusa, pero no había mentido, sentía una gran pesadez en su cuerpo, además de sentirse mentalmente exhausto.

   —Me lo imaginó—respondió con picardía—. Pero dijiste que no querías dejar faltar, además de que tienes razón, es mejor evitar problemas con tus padres.

   —De acuerdo...—respondió con desánimo.

   El silencio rápidamente reinó en el lugar. Realmente se sentía cansado, bastante cansado, pero debía ir.

   Aquella situación le comenzaba a cansar. Ya no quería tener que escapar de sus progenitores, quería ser libre al fin, libre de tanta humillación.

   —Viktor... Quiero ir a vivir contigo y los niños lo antes posible.

   —¿De verdad, mi Yuuri?—preguntó tan sorprendido como feliz.

   —Sí, ya no quiero estar aquí.

   —¡Es una excelente noticia!—exclamó abrazando a su novio y depositando un beso en su cabeza.

   —Me iré en los próximos días, así tendré tiempo para tomar algunas cosas.

   —¡Perfect~! Entonces creo que lo mejor es que yo me quede en nuestra casa y prepare todo para tu llegada.

"Yuuri, estás vivo."

   —¡...!—Entonces aquellas palabras llegaron fugazmente. Llegaron para recordarle algo que quería olvidar.

   Lo mejor era abandonar el colegio y de esta manera abandonar a... Sí, era lo mejor. Además, si escaparía de casa era claro que debía escapar también del colegio.

   Mientras tanto, debía alejarse de Otabek hasta que llegara el día de su partida, no debían estar cerca por ningún motivo.