28. En sus manos.

399 52 53
                                    

   Viktor sacó un portafolio negro con varios hilos en los extremos que lo amarraban, evitando que el interior fuera revelado inmediatamente

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

   Viktor sacó un portafolio negro con varios hilos en los extremos que lo amarraban, evitando que el interior fuera revelado inmediatamente.

   —Viktor no creo que sea buena idea.

   —Shhh copito, si ellos son ahora mi familia deben seguir mis reglas.

   —¿Qué hay ahí?—preguntó Phichit curioso.

   —Aquí hay un hermoso mundo que quiero compartir con ustedes.

   Yuuri sabía que eso no podía ser bueno. Ese portafolio contenía la información sobre los niños asesinos que le había mostrado tiempo atrás. ¿Qué pretendía?

   Pensó que tal vez ese contenido no debería ser visto por niños tan pequeños... Aunque ¿Por qué no? ¿Qué era lo peor que podía pasar? Si lo veían tal ves desarrollarían esa curiosidad que él tenía en esos momentos, esa curiosidad que le llamaba a cometer actos tan aborrecibles y... tan necesarios para terminar con las basuras del mundo.

   Lo peor que podía pasar era que esos niños aprendieran a acabar con un poco de la peste que existía infinitamente en ese asqueroso mundo corrompido por la maldad. Escorias humanas como los malditos que le hicieron la vida miserable en la escuela y en su propio hogar, tan repugnantes como los que abusaron de esa pobre niña y de ese niño. Esas basuras que se sentían con el derecho de hacer miserable a otro ser humano solo por un insano gusto. Ellos eran los psicópatas, ellos eran los malvados, no Yuuri, no Viktor, no esos niños, ellos solo eran víctimas de los verdaderos demonios. ¿Qué tan malo era buscar la paz?

   Ahora su manera de ver las cosas se distorsionaba, comenzaba a ver en el asesinato una forma de justicia, una visión que no concordaba con las acciones de Viktor pues él mataba al azar, sin importar si una persona era buena o mala, pero ¿qué importaba? El ser humano era una plaga que acababa con el mundo, que acababa con los suyos, que no tenía piedad, aniquilarlos era un abrazo hacia la tierra.

   El humano era un ser indeseable que no merecía al mundo, debían terminar con ellos.

   Su visión de las cosas poco a poco se volvía más oscura sin saber porqué.

   El pequeño Yuuri no sabía que cuando uno ama a alguien busca la manera de justificar los actos de la persona amada, sin importar que tan viles y bajos sean. No sabía que cuando uno ama a alguien todo lo que hace la persona amada le parece bien, todo lo que hace es incuestionable...O al menos así era como él amaba.

   Los lazos con Viktor eran fuertes, pero después de aquel acto, aquel donde Viktor tocó su cuerpo sin sentir repulsión, después de que le besó con ternura y le dijo cuanto lo quería, no podía cuestionar sus palabras.

   Los ojos azules habían visto un gran anhelo, un anhelo que era la puerta a la felicidad de un chico desafortunado que lo único que había conocido en su vida era la tristeza.

Inexistente [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora