67. Despertar

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   Un hombre de expresión serena posaba sus ojos oscuros en el azabache frente a él

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   Un hombre de expresión serena posaba sus ojos oscuros en el azabache frente a él. La habitación era de color blanco y el silencio fúnebre hacía incómodo el ambiente. 

   —Sé que tú puedes, una vez más ¿Sabes cómo te llamas?—preguntó al chico, quién tenía su mirada clavada en el suelo.

  En la puerta dos hombres de vestimentas azules y aquel policía que lo había arrestado, observaban atentamente, esperando por la respuesta.

   Los marrones ojos se movían de un lado a otro, intentando buscar en lo más profundo de su mente la respuesta a tan sencilla pregunta.

   —Yu... Yuuri. Me llamo... Katsuki Yuuri—respondió finalmente sin alzar su mirada.

   —Bien. ¿Sabes cuantos años tienes?

   De nuevo esos ojos divagaron, buscando por la respuesta, pero todo estaba confuso. Era como buscar entre pilas de basura aquella respuesta que debería saber perfectamente. Todos sus recuerdos, sus memorias, lo que era real y lo que no, todo estaba en el mismo sitio, creando un completo desastre.

   —Tengo... Catorce... Años—El médico negó con la cabeza, estaba a punto de decir algo más, pero el azabache volvió a hablar—. Ellos... Ellos destrozaron mi vida...

   —¿Quiénes? ¿Quiénes destrozaron tu vida?

   —Mis... Mis padres...—Su mirada se elevó, mostrando una expresión melancólica—. Ellos... Eran unos monstruos... Me odiaban, me hacían llorar, querían dejarme en un hospital... Querían botarme como a una basura.

   —¿Hiciste algo para enfadarlos?

   —Yo...—Sus manos yacían sobre sus piernas, éstas temblaban un poco y estaban enpuñadas. No sabía la respuesta, todo era confuso aunque buscaba un camino por el cual guiarse de vuelta a la cordura, tenía que hacerlo—. Por... Por ser extraño.

   —¿Extraño? ¿Por qué eres extraño?

   —Porque... Porque...—Su mente estaba entrando en conflicto, necesitaba desbloquear ese camino que lo llevaría a la lucidez, pero era difícil.

   —Vamos... Piensa un poco más...

   —Porque... No era social, no era lindo, ni exitoso... Era un fracaso—respondió, se sentía confundido pero el rompecabezas en su cabeza comenzaba a unirse.

   —¿Dónde están tus padres ahora, Yuuri?

   —Yo...—Aquellos recuerdos comenzaban a salir entre todo ese desastre, el camino se estaba despejando—. Los maté... Para que pudiéramos vivir en paz, uno debía morir... Y no fui yo, fueron ellos...

   —¿Alguien te ayudó a matar a tus padres?

   —...—Permaneció en silencio, pensando. Recordaba un par de ojos oscuros de dos personas que le llamaban "mamá" y unos más, de un color azul claro.—Ellos...

Inexistente [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora