Inexistente [Terminada]

19. ¿Intrusos?

   —Hay alguien afuera—susurró una voz proveniente del interior de la casa del árbol. Esto alertó a Yuuri y dejó en evidencia que había más de una persona en el interior.

   Su corazón retumbaba con fuerza, estaba ansioso, ansioso por saber lo que ese impulso le iba a obligar a hacer.

   La punta de sus dedos tocó suavemente la puerta y de un solo movimiento la abrió.

   Potentes gritos resonaron por todo el bosque.

   Una niña pequeña, de ojos cafés, cabello castaño y bastante mal vestida y un niño pequeño de piel morena. Ellos eran los intrusos que habitaban en el lugar secreto de Yuuri.

   —P-Phichit ...¡Tiene un cuchillo!—exclamó la niña, temerosa.

   Yuuri estaba desconcertado, no se explicaba como aquellos niños habían encontrado su lugar.

   Al ver que solo se trataba de niños su ira descendió completamente, todo volvía a la calma en su interior. Bajó la navaja y la guardó en su bolsillo; no la usaría ese día.

   —¿Quiénes son ustedes y qué hacen aquí?—preguntó.

   Los niños permanecieron en silencio unos segundos, parecían asustados y no era para menos: las armas asustaban a cualquier niño.

   —Yo soy Phichit y ella es Yuko, subimos aquí porque nos dio curiosidad, no era nuestra intención hacerte enfadar.

   —¿Qué pasa aquí?—preguntó Viktor, quien acababa de subir las escaleras y estaba posicionado al lado de Yuuri.

   —T-Tu amigo tiene un cuchillo...—respondió la temerosa niña.

   —¡Oh! ¡No se preocupen! Mi copito no les hará daño, él es muy bueno, pero estaba asustado, creímos que alguien peligroso había entrado en nuestra casa del árbol.

   —¿E-entonces no nos harán daño?—La niña aún parecía dudar, su voz era temblorosa y permanecía detrás del niño moreno.

   —¡Claro que no! ¿Verdad, copito?—Los ojos del peliplata se posicionaron en el nombrado.

   Yuuri estaba confundido, tanta amabilidad en Viktor no era normal... A menos que tramara algo, pero ¿Qué pensaba hacer su novio con aquellos dos niños? 

   —Así es, solo estaba bromeando—respondió el japonés.

   En el rostro de los niños se apreciaba una gran tranquilidad. La niña se apartó del niño y se mostró más confiada.

   —Yo soy Viktor y él es Yuuri, perdonen no escuché sus nombres—dijo con una sonrisa.

   —Soy Yuko y él es mi amigo Phichit ¿Nos dejan quedarnos en su casa del árbol?