Lynn x Lincoln (1/?)

1.8K 83 17
                                    

Esto solo queda entre tú y yo...

Cuatro de junio de 1992

Querido Lincoln:

¿Por qué lo hacemos? ¿Por qué están emocionante hacerlo contigo? ¿Qué tienes tú que no tenga alguien más? ¿Por qué solo te veo de ese modo?

Varias incógnitas rondaban en mi cabeza, no puedo negar que me gusta.

Empezó cuando tú me dejaste entrar a tu cuarto a dormir luego de que me peleara con la duquesa de la oscuridad.

Tú al principio dudaste de dejarme entrar pero al final accediste; enserio que a tu alcoba le hacen falta balones.

¿Qué no hicimos esos días que me quedé ahí? Pues no mucho dirían pero en verdad fue la segunda noche que estaba en tu habitación, me comencé a mover de un lado al otro, tú estabas un poco incomodo por mi forma de dormir.

Me movía tanto que ya estabas por explotar del enojo, hasta que en un movimiento me puse encima tuyo y...mis labios se posaron en los tuyos.

Te quedaste con los ojos muy abiertos, yo desperté y no salía tampoco del trance, no pude negar que se sentía delicioso, nunca he sentido eso en mi vida hasta ese momento...sabes, lo gracioso es que paso un buen rato para que separemos nuestros labios.

Al estar fuera del contacto del otro...no sé qué nos pasó pero volvimos a unir nuestros labios, una y otra vez, cualquiera que nos haya visto diría que lo hacíamos de una forma inexperta pero muy tierna.

Ya en la mañana, ambos estábamos mirando hacia el techo de tu habitación, anonadados, pero al mirarnos se dibujaba una sonrisa en el rostro de ambos y...de nuevo comenzamos a hacerlo.

Pero un día antes de que vuelva a mi habitación con Lucy, quedamos en algo, que eso solo quedaría en nuestra memoria, que no es posible que se dé para más.

De veras que dolía decir eso y tratar de hacerlo, desde eso nada volvió a ser lo mismo entre nosotros, cada vez que estábamos juntos, inconcientemente nos abrazabamos, nos dábamos caricias, nos decíamos cosas lindas, apesar de haber quedado en olvidarlo, pero nada de besos.

Nos hicimos muy unidos pero nada de unir nuestros labios con el del otro.

Las chicas al comienzo nos veían de lo más raro pero después llegaron a la conclusión de que era lo más lógico, siempre estaba en plan de llamar tu atención, ¿Pero cómo? Simple, siempre te molestaba, siempre terminábamos ayudándonos en todo, me seguías el juego, no te quejabas tanto de que te tratará como saco de boxeo.

Claro que nuestros abrazos, caricias, lindas palabras no las hacíamos al frente de ellas sino...

Nuestros labios estaban en abstinencia de los tuyos y los míos.

Hasta que un día mamá te dijo que debías hacer deportes, lo gracioso es ver que lo intentabas y siempre terminabas con un calambre.

Hasta que me pediste ayuda, accedí a tu petición, bueno desde los besos accedía a cualquier cosa que de esos labios salieran, sin pensarlo me hacía dependiente de ellos.

Colección de One-Shots: Loudcest y No Loudcest...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora