Lana x Lincoln (3/?)

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Seguimos adelante, por más difícil que sea...

—Lincoln... ¿En verdad por qué me estás acompañando? —le preguntó con molestia.

—¿Acaso no debo acompañarte por lo peligroso que es este bosque? —le respondió del mismo modo.

Ambos se internaron en la espesura del bosque de Royal Woods. Hace unos meses reportaron el avistamiento de una especie de sapo que se creía extinta desde hace cuatro décadas. Su labor como biólogos de campo era corroborar aquello con pruebas audiovisuales o fotográficas.

Lana colocó el trípode con la cámara apuntando a la orilla de un lago donde era el hábitat de esa especie y donde fue avistada. El ocaso estaba en su máximo apogeo.

—No te voy a mentir, quiero arreglar las cosas —le dijo Lincoln al mismo tiempo que le ayudaba en armar su tienda de dormir.

—No crees que es demasiado tarde —le respondió como si estuviera cansada de lo que dijo.

El peliblanco levantó su cabeza para mirarla y solo lanzó un suspiro, no deseaba pensar en que si eso era cierto. Lo mejor era aprovechar cada momento hasta que termine la expedición.

—Linc, sé que las cosas han sido difíciles... pero necesitamos pensarlo muy bien, ¿no crees? —lo dijo con una pausa repentina.

—En verdad no lo sé muy bien —le respondió de manera automática.

La fogata que encendieron alumbraba poco el lugar donde habían acampado, la oscuridad de ese bosque era muy espesa. 

El chico estaba mirando a la fogata, no había tantas cosas para hacer en ese momento, tan solo monitorear si había actividad o no de algún anuro.

—¿Cómo terminamos amándonos de esa manera? —le preguntó a la rubia.

—Quizás... algún misterio del universo —le respondió bromeando.

—¿Hicimos mal o bien? —formuló otra cuestión.

—Hubo altos y bajos para nuestro amor, pero también uno muy bajo —le dijo con seriedad.

—¿Faltó más confianza? —tenía muchas dudas.

—Sí... eso parece —dio una respuesta sin tanta certeza.

—¿No crees que exageramos? —miró al cielo al decir eso.

—Es necesario que en lugar de que mires al cielo por respuestas, mejor mires atrás —se sentó a su lado y recargó su cabeza en el hombro de su hermano—. Rescatar sapos fue el primer paso...

Recordar quince años antes no era fácil porque era reconocer que aquel tiempo fue lo más sencillo para su enamoramiento.

Nadie predijo que liberar unos sapos los uniría, pero en primer lugar como una causa para salvar animales y al último como una excusa para permanecer mucho tiempo juntos.

Para esos niños que fueron, todo lo sentían como si fuera un juego donde debían mantener las cosas ocultas porque podrían perder más que el estar separada el uno con el otro.

No era difícil notar para las hermanas el gran equipo que formaron Lana y Lincoln. En toda actividad siempre eran los voluntarios, ya sea para lavar los trastes, sacar la basura, limpiar el ático o el sótano... siempre estaban juntos.

Colección de One-Shots: Loudcest y No Loudcest...Where stories live. Discover now