Paula x Lincoln (1/?)

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Esfuérzate cariño...

Una chica con una pierna fracturada y enyesada estaba levantándose de su cama para empezar otro día rutinario.

Tomó la muleta que tenía al lado derecho de su cama porque al lado izquierdo estaba la mesita de noche.

Y se fue al baño de su habitación para darse la ducha matutina y empezar el día con el pie derecho pero en su caso pie izquierdo porque su pie derecho estaba enyesado.

Darse un baño sería dificultoso en su condición, sin embargo lo llegaba a hacer sin problemas últimamente.

Ya estaba con ese yeso durante casi un año.

Salió de su cuarto ya cambiada con su ropa de deporte para las prácticas de baloncesto.

Desayuno cereal con leche pero de forma rápida ya que no debía llegar tarde al entrenamiento con su amiga y entrenadora Lynn.

Su madre le dijo para llevarla pero ella se negó dijo que podía tomar el autobús e ir sola, no era inútil.

Últimamente siente que el mundo la trata como alguien inservible, que necesita mucha ayuda.

Tan solo quería volver a vivir de manera normal como hace meses, pero no iba a ser lo mismo.

La última vez que fue al médico este le dijo que debía seguir haciendo poco esfuerzo y dejar que su hueso volviera lentamente al estado normal.

Pero ella había escuchado la conversación entre el médico y sus padres, el cual les dijo que esa fractura era fuera de lo común y que podría durar unos meses más con el yeso, recomendó a sus padres que deje de lado los deportes que quizás eso pueda empeorar su condición.

Ella siempre ha sido amante del deporte, no era la mejor en la mayoría de disciplinas pero lo que le importaba es realizarlo y esforzarse.

Ahora último debido a su condición fue retirada de varios equipos a los cuales ella pertenecía desde los diez años, era obvio que la retiraran por su accidente. Se sentía muy devastada.

Hasta que un día un jovencito de cabellos como las nubes le da un folleto donde decía que se necesitaban mujeres para un equipo de baloncesto. Lo tomó como burla eso. Anteriormente ya varios chicos le habían jugado diversas bromas debido a su condición.

Le dijo que estaba cansada por las bromas que le jugaban todos los días, el chico solo le dijo que le entregó eso porque quizás podría estar interesada, ella le respondió que si era ciego y no se percataba de su estado, él solo le dijo que eso no le podía impedir participar, le dijo que su problema es como una carrera con obstáculos y que solo debe saber pasarlos.

Se retiro dándole una última disculpa por lo que le causó, no era su intención. Ella después de unos minutos se dio cuenta que el chico solo lo hizo de buena manera.

Ese día llegó a su casa a dormir, se sentía mal por haberlo tratado mal pero ya no podía hacer nada. Tan solo se quedó mirando el folleto. 

Se presentó sin ganas solo para probar suerte. Lo curioso fue que una chica de cabello castaño la aceptó en su grupo.

Pasaron muchas cosas en ese campeonato de baloncesto pero llegó a ser aceptada en el equipo por haber realizado un buen juego, le dijeron que la capitana del equipo sería la encargada del entrenamiento de todo el equipo. Todo gracias a quien le entregó ese folleto se decía así misma.

Fueron meses de mucho esfuerzo en su equipo y terapias en el hospital. El médico no le daba todavía un buen diagnóstico pero en realidad sí había resultado pero sería duro para ella.

No era necesario decirlo ella sabía que su fractura estaba empeorando inmediatamente después del accidente.

Ella se decía que ELLA sola podía superar eso y es por eso que ya no dejaba que la ayudaran a pesar de que a veces ni las personas sin ese problema como ella podían realizar.

Iba bien en los deportes pero se volvía a veces alguien intratable solía enojarse si querían darle ayuda.

Paula al regresar a casa últimamente ya no iba en autobús o en taxi, solía caminar a pesar de tener dolor en la pierna.

En una de esas caminatas se atascó su pie en un hoyo al querer cortar camino cruzando un parque, no podía sacar su pie de allí.

Estaba ofuscándose mucho hasta el punto de llorar por no poder salir de ese problema. Ahora sí se sentía una inútil.

Pasaron minutos y no podía salir, no quería pedir ayuda, en verdad no quería hacerlo, también porque no había nadie en ese parque.

Ya estaba cansada, su rostro estaba muy húmedo debido a tanto llanto, su impotencia se había ido ahora ya solo había resignación. 

En ese momento que está deshecha unas manos la ayudaron a levantarse, una voz le dijo que se relaje y mueva hacia adelante su pie izquierdo.

Ella se alegro al recibir la ayuda, después de tiempo se alegra al recibir apoyo de alguien.

Realiza aquel pedido y logra sacar su pie de ese hoyo.

En ese instante necesita agradecerle al chico que la ayudó y cuando le va hablar directamente mirándolo a su rostro.

Se da cuenta que es el chico que le entregó el folleto ese día.

El chico le dijo que lamentaba haber tardado en ayudarla pues no quería ofenderla como la anterior vez.

Ella se acerca más a él y le da un gran abrazo. Le da las gracias por ayudarla en ese momento, por recordarle que recibir ayuda no la hace inútil.

Él chico también la abraza y le dice que no se preocupe.

La acompañó a su casa, fueron caminando de manera lenta. En esos minutos de caminata conversaron de todo, se enteró que él se llamaba Lincoln y que era hermano de su entrenadora y amiga.

Hubo momentos donde Lincoln debía poner su brazo en sus hombros para que caminara mejor, ella solo se sonrojaba levemente por esa acción. Después de tiempo que la ayuda le sienta tan bien. 

Al llegar a su casa, Paula le pidió disculpas por la forma en que se conocieron, Lincoln le dijo que no se preocupara porque supo como ella cargaba con ese problema todos los días.

Antes de irse le dijo que no deje de perseverar y que se siga esforzando, ella solo le dijo gracias pero tartamudeando.

Al entrar a su casa, su madre le preguntó porque llegó tarde, ella solo le dijo que se quedo charlando con su entrenadora, su madre no le preguntó nada más porque la notó demasiado extraña.

Paula entró a su habitación sonriendo y sin dejar de pensar en Lincoln junto a sus palabras de aliento.

Los días pasaban y Paula era poyada por sus amigas junto con Lincoln. Paula después de cada entrenamiento se iba caminando a casa junto con Lynn, Lincoln y sus demás amigas.

Ella y Lincoln acaparaban las conversaciones, Lynn solo veía con asombro a su hermano y amiga hablar sin parar, caminar con cuidado y con las mejillas del color de la manzana con cada palabra motivadora o tierna salida de los labios de los dos. 

Lynn se quedaba atrás de ellos en las últimas caminatas, ella decía para sus adentros que de ahora en adelante dejaría que los dos caminen solos ya que sabía que ella estaba demás en esas caminatas de regreso como también lo pensaron Margo, Polly y sus demás amigas que dijeron que deberían dejarlos solos para que den el paso sin miedo, solo apoyándose y esforzándose por ser lo mejor para el otro...


Colección de One-Shots: Loudcest y No Loudcest...Where stories live. Discover now