Carol x Lincoln (3/?)

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No lo tuve en mente...

— Entonces... ¿Tú también te quedaste varado acá? —lo dijo de forma amable.

— Bueno... mi vuelo se ha cancelado por las fuertes nevadas —dijo sonriéndole levemente pero triste por dentro.

— Y yo pensé que está Navidad no sucedería algún contratiempo —dijo la rubia mirando su reloj.

— Solo nos queda esperar que pase el mal tiempo —lo dijo mirándola con curiosidad.

Jamás pensó encontrar a Carol nuevamente en su camino de vida.
Recordó cuando hace quince años la llamó para reemplazar a su "amada" Lori en una foto familiar.

Han pasado años desde eso y por cosas de la vida se topan en el aeropuerto de Nueva York.

— ¿Y qué tal va tu relación con... Lori? —dijo con dificultad la rubia.

— ¿Cómo... lo supiste? —su asombro era muy notorio.

— La ciudad es muy pequeña, además que a la gente siempre le gusta saber la vida de los demás —le respondió con sinceridad.

— ¿No te causa repulsión? —le dijo con algo de pena.

— No, sabía que tus lindas hermanas al ser varías, se llevarían tus pensamientos e inocencia, por lo menos una y no me equivoqué —dijo con una sonrisa de victoria.

— Veo que eres alguien que hace buenas deducciones —lo dijo con gracia.

— Entonces... —no le quería insistir en realidad.

— Nuestra relación ahora solo es de padres separados, ella se dio cuenta que en realidad quizás... solo fue un consuelo particular de parte mía en ese tiempo —lo dijo con algo de tristeza.

— ¿Pero tu hija? —dijo con muchas dudas.

— Loan... ella está con su madre... solo la veo los fines de mes desde hace tres años... es una buena chica, si la conocieras te darías cuenta que es la niña más tierna del mundo —lo dijo con un alegría por su hija.

— ¿Cuántos años tiene la pequeña? —preguntó amigablemente.

— Tiene once años, es mi tierna rubiecita, claro que Lily también lo es pero... Loan es la rubiecita que crie con demasiado cariño —lo dijo con mucha ternura al mostrar unas fotos de su billetera.

— Me lo imagino —le respondió con una ligera sonrisa.

— Carol... ¿Y qué ha sido de ti todos estos años? —le preguntó con cierta curiosidad.

— ¡¿Qué te puedo decir?! Mi vida ha sido solo continuar con el negocio familiar, no he hecho nada más que eso —se sentía algo de tristeza en ella.

— ¿Pero te agrada hacerlo verdad? ¿Te gusta continuar con el negocio familiar? —le preguntó con algo de dificultad.

— Si te soy sincera... no mucho, si bien soy buena y me agrada una parte... yo desearía poder vivir sin preocupaciones, sé que suena infantil porque ya uno es adulto y sabe como es la vida pero... quisiera no tener preocupaciones para nada —lo decía con una sinceridad diáfana en ella.

— Te entiendo Carol, te entiendo perfectamente —le dijo Lincoln dándole una sonrisa que transmitía entendimiento y confianza.

Y se pasaron conversando de muchas más cosas sin tomar en cuenta lo anterior.

Así pasaron las horas y esperar una respuesta de los trabajadores del aeropuerto.

La respuesta fue que no podrían despegar varios de los aviones hoy porque la tormenta aumentaba en intensidad y les pidieron que permanecieran allí.

Colección de One-Shots: Loudcest y No Loudcest...Where stories live. Discover now