I. M&M's

21.5K 851 682
                                    

AVISO IMPORTANTE: Seguramente en esta historia van a tocarse determinados aspectos de la psicología que sean oportunos. Yo no estudio psicología y sólo sé lo básico que me han enseñado hasta ahora en la carrera, por lo que quiero advertir desde ya que voy a ayudarme en abundancia de mi gran amigo Google. Si algún/a lector/a es entendidx, le ruego que me perdone porque es muy probable que la cague alguna vez.



Cuando Sabela le cedió la cámara para que hiciese las fotos, sonrió como una niña pequeña.

Le encantaba que su mejor amiga le prestara su cámara. La gallega era consciente de lo que a la más pequeña del grupo le gustaba experimentar con las fotos, así que esa era la razón por la que portaba aquel dispositivo electrónico colgando del cuello.

Incluso podía llegar a decir que Alba hacía mejores fotos que ella, a pesar de que trabajaba como fotógrafa. Entonces, ya que a la pequeña rubia le gustaba hacerlas y conseguía llegar a enfocar mucho mejor, prefería que se encargase ella de las fotografías del concierto.

-Joder, qué calor hace— se quejó María al mismo tiempo que sacudía su camiseta en busca de que el fresco acariciara el sudor que se pegaba a su piel.

-Y yo me estoy meando— añadió nuestra protagonista imitando la postura de la madrileña.

Julia y Sabela compartieron una mirada antes de que la gaditana las alentara a ir al baño.

-Nosotras guardamos el sitio y cuando volváis ustedes vamos nosotras.

La Mari alzó las cejas adoptando una mueca sagaz.

-Vosotras lo que queréis es ir a hacer manitas al baño, que a mí no me engañáis, capullas— las picó con cierto retintín en la voz que consiguió arrancar una carcajada en la rubia de pelo corto, a pesar de que estaba demasiado ensimismada repasando las fotos que había sacado hasta el momento.

La gallega puso los ojos en blanco.

-¿Cuándo vas a madurar?— atacó con las carcajadas de su novia de fondo, que para tranquilizarla le rodeó la cintura con uno de sus brazos.

María se fue de allí entre risas, arrastrando a Alba por la camiseta, mientras esta se dejaba guiar sin despegar los ojos de la pantalla del dispositivo. Al llegar a los baños portátiles, pudieron entrar a la vez, pues extrañamente se encontraron con dos libres y nadie en la cola.

La alicantina terminó antes que su amiga, así que aprovechó para acercarse a un puesto ambulante— luego de avisar a María— para conseguir una bolsa de M&M's. A pesar de ser intolerante a la lactosa, se permitía el lujo de comerlos de vez en cuando, pues esos dulces la volvían loca.

Aunque siempre dejara los amarillos.

Sin embargo, algo, o más bien alguien, la detuvo antes de que pudiera llegar al quiosco.

Su pelo más oscuro que la noche ni siquiera rozaba sus orejas, era más alta incluso que su mejor amigo, la cantidad de tatuajes que plasmaban su piel morena le proporcionaba un toque elegante a la vez que bohemio, y cuando se giró tras recibir dos botellas de agua que el dependiente le tendía, supo que tenía que fotografiarla.

Una obra de arte como lo era aquella muchacha debía ser retratada.

Así que sin pararse a pensarlo demasiado, agarró la cámara de Sabela y capturó un total de tres imágenes.

Pero el flash alertó a la despampanante morena que vestía completamente de negro, y la mirada que le lanzó no anunciaban buenas intenciones.

-Perdona, ¿acabas de echarme fotos?— le preguntó. Y a pesar de la forma educada en la que formuló la pregunta, su tono fue tan borde que descolocó a Alba unos momentos.

Rapport // AlbaliaTempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang