XV. El Karma y Alba Reche

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Hola bonitas, antes de que continuéis leyendo, me gustaría aclarar unas cositas sobre lo ocurrido hoy. Yo sé que comentáis y la mayoría del tiempo no va a malas, sé que vuestra intención nunca es hacer daño, pero a veces no sabemos como puede llegar a afectar. En mi caso, me dolió haber sentido que mi trabajo y mi esfuerzo había sido reducido a un 2.0 del trabajo de otra persona. Quiero visibilizar esto, porque la presión que tenemos lxs escritorxs es muy grande, y aquí en wattpad la única recompensa que tenemos son vuestros ánimos y vuestro amor. De nuevo repito que sé que los comentarios no iban a malas, que os gusta mucho esa historia (porque a mí también), pero a veces las cosas se escapan de nuestras manos y no sabemos cómo pueden llegar a afectar.

En cuanto a Mery y Alicia son dos personitas monísimas y encantadoras, como escritorias también se merecen todo lo bueno, y no sólo ellas, sino todo aquel que se dedique a esto. La presión es muy grande y a veces nos puede, leer comentarios desmotivadores es lo último que nos gusta.

Muchas gracias por todo el ánimo y apoyo que me habéis dado, y os pido perdón si os he hecho sentir mal, pero tenía que hacerlo ver porque las cosas duelen, aunque no vayan a malas.

Una vez dicho esto, un besito muy grande y espero que disfrutéis del capítulo.


Al día siguiente, aprovechando que se había quedado sola en la casa y que tras la mudanza la casa de su mejor amiga quedaba mucho más cerca, decidió ir a visitarla.

Natalia había salido para revisar que todo estuviera bien en su casa. Quizá podría parecerle un poco excesiva la preocupación que la morena prestaba hacia sus hermanos, pero luego recordaba lo que le había sucedido a sus padres y lo catalogaba como algo normal.

La chica debía sentirse más como su madre que como su hermana mayor, sobre todo por Elena que apenas tenía dieciséis años.

-Hola, Sab— la saludó con un abrazo enorme cargado de cariño, la noche anterior habían estado demasiado ocupadas soportando los desvaríos de la Mari como para poder disfrutar de una buena charla.

Su mejor amiga le plantó un beso dulce en la sien antes de dejarla pasar.

-¿Y Juls?— se extrañó al llegar al salón y no verla allí.

-Aquí estoy, que estaba cagando, Alba, tía— soltó como si nada la castaña aguantándose la risa antes de sentarse junto a ella en el sofá. Sabela apareció justo en ese momento con tres latas de refresco, dos Coca-colas y un Nestea.

Le sonrió con cariño cuando su mejor amiga le tendió el Nestea.

-Cerda— se quejó su novia dándole un coscorrón en la coronilla antes de ocupar su lugar junto a ella en el sofá.

-¿Qué tal con Natalia?— preguntó ahora la gaditana, después de sobarse el lugar golpeado. 

Por supuesto que sus amigas estaban a la orden de que la pareja se habían visto obligadas a compartir casa, ella misma se lo había contado unos días antes de hacerlo y, claramente, los comentarios filosos de María hacia su progenitor no pasaron desapercibidos.

Y recordó que había perdido la apuesta de Natalia, gruñendo bajito para ella misma. No se podía explicar cómo la madrileña no se había hecho con su objetivo esta vez, estaba harta de verla destrozar relaciones, no entendía qué había sucedido esta vez.

Pero obvio que no aplaudía su comportamiento, simplemente sabía de qué era capaz y le resultaba extraño.

Ahora tendría que hacer algo a favor de la morena.

Y eso le recordó a lo que estuvo a punto de pasar el día anterior en el mar si no fuera por la interrupción de sus dos amigos. Se tensó sin poder evitarlo, algo que no pasó desapercibido para sus dos amigas, quienes compartieron una mirada cómplice antes de volver a mirarla a ella exigiéndole explicaciones.

Rapport // AlbaliaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora