Capítulo 41: La Tierra Santa y William.

136 20 4
                                    



Nicole lo embistió con fuerza y comenzó a gemir de placer, William no pudo contenerse más y se corrió en el interior de la chica. después la chica se recostó al lado de William los dos yacían jadeando en la cama del camarote privado de William. William miró el techo de madera. Mientras se retiraba con su mano el sudor de la frente.

--Eso fue fantástico. ¿no es así Ser William? —preguntó Nicole.

--No puedo mentir, si lo disfruté. —respondió el joven señor.

--Espero que no te sientas mal por esto pero me imaginé que eras El Duque Arlo de Valois. —dijo Nicole.

--No me molesta en absoluto. —Respondió William...--Yo también pensé que eras alguien más.

--¿Oh, en serio? ¿Quién?, no espera déjame adivinar...Selene. —dijo Nicole.

William entonces miró a Nicole a los ojos y puso su mano en la mejilla de la chica.

--Henrietta. —respondió William.

Nicole comenzó a reir. William también comenzó a reír. La chica se recostó sobre el pecho tonificado de William. Y William estrujó el trasero de la chica.

--¡Oh Ser! ¿Dónde estaba este William durante nuestro viaje por Francia, sin duda es mucho más divertido que el estoico y prudente caballero? —Preguntó Nicole.

--Lo mismo podría decir yo, ¿Qué pasó con la inocente y noble y tímida bibliotecaria?

--Ah...la mataste en Marsella. —dijo entre risas Nicole.

--Y Selene mató a Ser William en Malta. —comenzó a reír William., Los dos rieron. Y luego se miraron intensamente por un momento. Luego rompieron contacto visual y miraron al techo.

--¿Alguna vez pensaste que podríamos haber terminado juntos?... ¿solo por una vez...solo por un momento? —preguntó Nicole.

--¿Qué bien te haría saber eso? —preguntó William.

--Ninguno...solo quiero saber. —dijo Nicole, William dio una profunda respiración. Y luego comenzó a hablar.

--Sí...--respondió William. –Algunas veces lo imaginé cuando te veía con Allys, lo sencillo que sería simplemente abandonarlo todo, comprar una pequeña casa en algún Ducado y vivir juntos. ¿Dime te hizo sentir mejor?

--No me hizo sentir nada... ¿Quieres volverlo a hacer? —le preguntó Nicole.

--Sí no tengo absolutamente nada que hacer en este barco. —respondió William. Nicole se recostó y William se encimó sobre ella.

--¡Ven a mí valiente duque de Orleans! —exclamó Nicole.

--Como diga mi reina. —respondió William y volvieron a follar.

Prácticamente los días eran así en el barco donde navegaban, En las mañanas, William se reunía con Ricardo y con el resto de los lores y caballeros y planificaban la campaña en Tierra Santa, en las tardes William se entrenaba usando la espada con los reclutas. La inmensa flota de barcos franceses e ingleses continuaron navegando. Cuando pasaron por Malta se le unieron barcos al servicio de la orden de los Caballero de San Juan que buscaban retribución después de la invasión turca a la isla.

El plan era navegar por el mediterráneo y atracar en Acre, la ciudad al servicio de la Orden del Temple. William se había percatado de la peligrosa a proximidad que Ser Odou de Chantal tenía con el Rey Ricardo. Incluso Ser Ivanhoe se había percatado. Cada vez que el caballero templario intentaba subirle los aires al rey Ricardo, Ser Ivanhoe se encargaba de bajárselos. El hombre entendía el juego de la manipulación que Ser Odou de Chantal trataba de imponer sobre Ricardo Plantagenet. Ser Ivanhoe, era el segundo caballero que más respetaba y que más temía William. A diferencia de su tío Ser Edward, Ser Ivanhoe había crecido en una familia pobre, Ricardo lo encontró una vez robándose un durazno del jardín real. Mientras que cualquier otro noble lo hubiera asesinado, Ricardo lo invitó a comer y a vivir con él en el castillo, lo vistió y le dio una educación. Sin darse cuenta se convirtió en su mejor amigo. Y estaba más que decir que cuando Ricardo decidió rebelarse contra su padre, primero le contó todo a Ser Ivanhoe, antes que a las prostitutas que Ricardo frecuentaba.

La Doncella de Hierro IIIWhere stories live. Discover now