Capitulo 3

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Villa: Lo siento muchísimo, de verdad.

Le ofrecí la mano y cuando me miro vi aquel rostro, aquella cara que llevaba toda la tarde rondando en mi cabeza.

La chica: No te preocupes, yo también estaba distraída.

Me sonrió y pasó un mechón de pelo detrás de su oreja. Una sonrisa apareció en mi cara.

Villa: Me llamo Juan Pablo -dije sonriendo con los nervios a flor de piel-.

La chica me miró directamente a los ojos y me dijo: Soy Laura.

Villa: Se que puede dar miedo pero ¿Te apetece dar una vuelta por Madrid? -sonreí divertido-.

Vi como me miraba sorprendida y unos segundos después de analizarme asintió: De acuerdo.

La verdad tengo que aceptar que me sorprendió que aceptara pero sonreí como nunca. Pasamos por tantas calles y nuestras conversaciones no tenían sentido pero eran muy graciosas. Y quién me iba a decir a mi, que aquella chica que vi en el aquarium terminaría siendo la chica con la que iba caminando por Madrid.

No era nada incómodo hablar con ella, sentía una libertad que hacía mucho que no notaba y eso creaba una pizca de felicidad en mi. A medida que iba avanzando la conversación me di cuenta de que ella realmente no me conocía como alguien famoso, simplemente era "el chico con el que se chocó" y en parte agradecí mucho eso ya que podía ser más yo.

Se hizo un silencio que decidí aprovechar.

Villa: Laura entonces, bonito nombre.

Laura: Gracias, Juan Pablo es de hombre mayor -sonrió divertida-.

Villa soltó una carcajada: Puede ser, mis amigos me llaman Villamil -Me miró completamente perdida ante aquello y sonreí- Es mi apellido.

Laura: Ahhh ahora todo tiene mucho más sentido.

Villa río y Laura le dio un mini empujón haciendo que este riera más fuerte. La noche transcurría entre risas y conversaciones diferentes.

Laura: Tu no eres de aquí ¿Verdad?

Villa: No, soy de Bogotá, Colombia.

Laura: Y ¿Se puede saber qué hace un colombiano por Madrid? -dijo sonriente-.

Villa sonrió al verla así de divertida: Estoy por trabajo, para ser exactos me quedo 2 meses por aquí.

Laura mantenía su sonrisa mientras miraba a la luna y un escalofrío le recorrió el cuerpo, comenzaba a hacer frío. Villa no dijo nada, se quitó la sudadera que llevaba y se la entregó a la chica, esta lo miró sorprendida, sin decir nada se la puso y le sonrió.

Laura: Gracias... Así que estás aquí por trabajo, que guay.

Villa asintió: Si, mis amigos y yo coincidimos en que Madrid es un lugar bonito para trabajar aunque yo pienso que tiene algo especial en sus calles, en su ambiente.

Laura: Yo creo que lo que la hace tan especial son las personas que le dan vida a la ciudad, porque Madrid al fin y al cabo es solo un nombre.

Villa: Si lo miras desde ese punto de vista pues si.

Ambos se miraron y comenzaron a reír. Para cuándo se quisieron dar cuenta Laura le aviso que ya era muy tarde.

Laura: Yo me voy yendo.

Villa: Si quieres te acompaño, tengo el coche aquí al lado.

Vio cómo le miraba y sonrió: Me parece bien.

Villa llevo a Laura hacia su coche y esta le dio su dirección. Cuando estuvieron ya enfrente de su portal Villa decidió lanzarse.

Villa: Oye ¿Y si intercambiamos los números para no perder el contacto? Digo si a ti te parece bien -dijo tan rápido como pudo-.

Vio a Laura sonreír: Dame tu teléfono.

Villa sonrió como un niño pequeño y se lo dejo .

Laura apuntó su número y cuando lo tuvo Villa le agregó como "Laura 👀"

Laura río al verlo y dijo: ¡Que mal rollo! Te voy a agregar como Juan Pablo abuelito.

Villa río y dijo: Que graciosa.

Laura salió y cuando estuvo enfrente de la ventanilla le dijo: Gracias por traerme y por el paseo.

Villa: No es nada, a ver cuando repetimos.

Villa sonrió de forma de despedida y ella agitaba su mano frenéticamente lo que le hizo reír.

Villa condujo y aparcó cerca del hotel. Cuando llegó subió rápidamente hacia su habitación y abrió con sumo cuidado para no despertar a Martín. Llegó a su cuarto y se tumbó directamente en la cama pensando en lo bien que se lo había pasado y como si de una película se tratara la sonrisa de Laura pasó por su mente, Villa sonrió al recordar el color de sus ojos.

Villa comenzó a recordar todo aquello que había vivido no hace más de unas horas pero el sueño le pudo y se durmió con una sonrisa en sus labios.

El chico del corazón de cristalWhere stories live. Discover now