Final

1K 69 169
                                    

Dos meses después de la ruptura.

*Narra Laura*

Estaba en mi casa, aquel día era de esos que recordaba todo aquello que tanto echaba de menos, por más que intentara sacarlo de mi cabeza era imposible. Su voz, su risa, sus besos... Aquel día todo dolía más de lo normal y no entendía el porqué. Me lancé en mi cama en un intento de sacar de mi mente a Villamil, decidí escuchar música para desconectar del mundo y conseguir así relajarme un poco. Tomé mis auriculares y desbloqueo mi teléfono, entre en Spotify y sin mirar con atención le di a reproducción aleatoria, comencé a escuchar la canción con atención hasta que algo me hizo abrir los ojos de repente, entre las voces pude reconocer aquella voz que hacía meses que no escuchaba, la de Villa. Encendí la pantalla y pude ver que se trataba de una colaboración de Reik con Morat, la comencé a escuchar con más atención, aquella letra describe a la perfección la situación que ella vivía con el tema de Villa, él le había marcado de tal manera que no había manera de que le era imposible convertir todo aquello en un simple recuerdo.

Cuando terminó la canción, mi mente se encontraba confundida y sin saber que hacer exactamente tomé mis cosas y me dirigí a mi pequeño refugio. Cuando caminaba por Madrid observaba las calles con nostalgia, recordaba la cantidad de risas compartidas con él, en un par de minutos me encontraba caminando por el parque del Retiro con un claro rumbo, el lugar donde todo comenzó. En cuanto llegué fui a aquel rincón que se había convertido en mi lugar favorito para pensar, por mi mente paso nuestro viaje a las Maldivas, las promesas que nos hicimos, las noches que él me cantaba. Cuando me encontraba rota, él fue mi pequeño refugio de la realidad, aquel día dolía como si me hubieran arrancado el corazón y se lo hubiera llevado con él.

Dos meses sin poder despertar a su lado, sin poder acariciar esas dulces mejillas mientras me dedicaba aquella tierna sonrisa, sin poder reír hasta llorar, sin poder disfrutar de sus abrazos tan tierno e inocentes. Cuando me quise dar cuenta un par de lágrimas amenazaban con salir, pero no quise hacer nada para evitarlo.

*Narra Villamil*

Madrid, mi lugar favorito y mi bonita tortura. Los chicos sabían que aquellos días iban a ser duros, miraba por la ventanilla observando con dolor cada calle, aquella gran avenida, el parque del retiro, el lugar donde todo empezó. No pude evitar que una triste sonrisa apareciera en mi rostro mientras que algo dentro de mí se rompía de nuevo. Sin darme cuenta llegamos al hotel, al verme tan concentrado en el paisaje, Martín tocó mi hombro con suavidad y saliendo de mis pensamientos le miró desconcertado.

Martín: Llegamos perro –Dijo con una sonrisa algo decaída al verme tan serio-.

Simplemente asentí, mientras Pedro iba a buscar nuestras llaves no dije ni una palabra, asimilaba que, aunque estuviera tan cerca de ella estaba tan lejos de mi alcance. Cuando ya teníamos las llaves, tomé mis maletas con rapidez y subí hacia mi habitación, cuando llegué cerré la puerta y me senté en mi cama con pesadez, apenas llevaba unas horas en Madrid y me dolía como si hubieran sido años sin verla. Tomé mi teléfono y entre en su chat, vi nuestros últimos mensajes, aquellos últimos te quiero, algo dentro de mí tenía la gran necesidad de mandar un mensaje explicando lo difícil que me era mi día a día sin su sonrisa, sin todo su ser, lo mucho que la extrañaba, pero simplemente no pude.

Tiré el teléfono en la cama mientras apoyaba mi cabeza entre mis manos con los ojos llenos de lágrimas, me sentía débil sin ella a mi lado, dos meses eran como 2 vidas sin felicidad, un completo infierno donde la única manera de salir era con las fuerzas que ella conseguía darme. El tiempo pasaba lento y ella seguía merodeando por mi cabeza, la encontraba en cada canción, en cada lugar, en cada rincón de mi ser había algo que ella me había ayudado a reparar cuando yo lo daba como imposible.

Al cabo de unos segundos, llamaron a mi puerta y cuando abrí vi que era Isaza que me miraba triste, él me había ayudado a llevar mejor la ruptura estos dos meses, pero todo el esfuerzo se fue al ver mi querida Madrid.

Isaza: ¿Piensas en ella? –Dijo con una mueca para después apoyarse en un mueble para quedar cara a mí-.

Villamil: Día y noche, se ha metido en mi para no salir –Dije con la voz algo rota-.

Isaza: Villa, ya te lo dije una vez, pero... -Dijo Isa mientras yo le miraba con cara de intriga- Vete a por ella –Dijo con una sonrisa en su rostro, noté como una llama de esperanza se encendía en mí y una gran sonrisa invadía mi rostro por primera vez en meses, tome mi móvil, mire a Isaza y este solo asintió antes de verme salir corriendo del hotel-.

Tomé el coche y arranque, durante unos segundos no sabía dónde ir, pero el primer lugar donde pensé en ir fue a su casa, así que fui directamente allí tan rápido como me daba el tráfico. No tenía claro que le iba a decir, no quise pensar en ello y simplemente deje todo aquello en opción de la suerte. Cuando encontré un sitio enfrente de su casa aparqué y bajé del coche tan rápido como me daban las piernas. Cuando estaba delante de su puerta me armé de aquel valor que llevaba guardando por dos meses y toque, cuando esperaba que fuera Laura quien me abriera mi expresión cambió al ver a Olivia abriendo.

Olivia: ¿Villa? ¿Qué haces tú aquí? –Pregunto extrañada-.

Villamil: ¿Está Laura? Necesito verla y hablar con ella -Dije lleno de nervios-.

Olivia: Nosotras también la estamos buscando y es muy extraño que no esté –Dijo y pude percatarme que también estaba Alicia detrás de Olivia-.

Alicia: Villa –Dijo llamando mi atención- Está en el parque del Retiro, últimamente pasa mucho tiempo allí –Dijo creando una sonrisa en mi-.

Villamil: Muchísimas gracias –Dije y salí corriendo-.

En cuestión de minutos estaba en las puertas del Retiro, comencé a buscarla como loco, después de recorrer un par de lugares pude verla, de espaldas a mí, en los escalones donde nos sentamos en nuestra primera cita. Dos meses sin verla, sin escuchar su voz, la tenía ante mí y no dude ni un segundo en acercarme.

*Narra Laura*

Recordar es otra manera de dejar una cicatriz, Villamil había llegado a mi vida para poner todo mi mundo patas arriba y tanto desorden me acabó gustando. Estaba con la mirada fija en el suelo cuando noto como alguien toma mi mano a la vez que se sienta a mi lado, impactada por aquel gesto mire a aquella persona, era él, aquella persona que había sido la razón de mi felicidad, después de dos meses lo tenía a centímetros de mí. Ambos nos quedamos en silencio, él desvió su mirada hacia mi mano, en ella tenía su colgante enredado en mis manos quedando así el corazón colgando.

Villamil: Te dije que no rompieras mi corazón de cristal, pero no está roto, está hecho cenizas y estoy aquí dispuesto a hacerlo brillar –Dijo rompiendo aquel silencio haciendo que sonriera-.

Lo miré, pude ver en sus ojos la batalla que había superado aquellos dos meses, sus ojeras a causa de la falta de sueño y los ojos cristalizados a causa de las lágrimas.

Laura: El mundo no quería que tú y yo estuviéramos juntos, pero no le vamos a dar ese gusto –Dije creando una sonrisa en su rostro-.

Villa se acercó a mí haciendo que nuestros labios se unieran, nuestras bocas se necesitaban, necesitaban reconstruir con besos todo lo roto, querían asegurarse que por nada del mundo se iban a volver a separar. Nos besamos demostrando la falta que nos hacíamos, que como dos piezas de puzles estamos creados para estar juntos.

Nos separamos de ese beso. Pude ver en sus ojos verdes un intenso brillo a causa de la felicidad y en su rostro lucía la sonrisa más bonita que jamás había visto. Juntando las frentes, con las respiraciones agitadas y grandes sonrisas dije algo que marcaría un punto y final a todo nuestro sufrimiento.

Laura: Y ahora ¿A dónde vamos?

Fin.

El chico del corazón de cristalWhere stories live. Discover now