Capitulo 57

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La mañana pasaba con tranquilidad, pero no habían risas como ya era costumbre. Laura y Villa estaban algo distanciados desde la pelea de la noche anterior, de vez en cuando se dedicaban alguna sonrisa fugaz o escasas palabras. Ambos hacían diferentes cosas por la casa, pero apenas se cruzaban y eso les dolía, Laura se sentía culpable de que Villa estuviera así y que perdiera esa sonrisa que le alumbraba cada mañana.

Laura se encontraba sentada en el salón mientras miraba la televisión, su mirada se desviaba de vez en cuando a su teléfono. Desde su aparición en el evento los mensajes de odio hacia su relación se habían multiplicado y apenas usaba su teléfono, Villamil apareció por la puerta y esta lo miro dedicándole una pequeña sonrisa.

Villamil: Me voy con los chicos para terminar un par de cosas que tenemos pendientes –Dijo acercándose a ella-.

Laura: No te preocupes, yo estaré aquí todo el día –Dijo levantándose para quedar cara a cara con él-.

Villamil sonrió y miró a Laura, por mucho que lo intentara se le notaba cansada y con los ojos algo rojos por culpa de las lágrimas, pero aun así no le faltaba una pequeña sonrisa en su rostro. Villamil tomo su rostro entre sus manos y depositó un tierno beso en la frente de Laura, ella suspiro y se despidió de él.

Villamil caminaba serio concentrado en su camino al estudio mientras que por su cabeza pasaba la imagen de Laura llorando, aquella discusión y de todo lo que estaba ocurriendo con su relación. En cuanto se dio cuenta ya se encontraba en el ascensor subiendo a la planta donde se encontraba el estudio, al entrar se encontró con los chicos que estaban hablando entre ellos. Cuando vieron entrar a Villamil pudieron notar que algo iba mal, se encontraba apagado y lo miraron algo preocupados.

Simón: Buenas perro, lo veo algo apagado ¿Está bien? –Pregunto preocupado-.

Villamil: Si, no te preocupes Moncho –Dijo sonriendo-.

Los chicos no se quedaron convencidos al 100% pero no dijeron nada más y se pusieron manos a la obra. Pasaron el rato completando de grabar canciones que estaban a medias, cambiando algunos acordes de otras y convirtiendo ideas en nuevas canciones. Isaza pudo notar como Villamil no estaba completamente atento a todo lo que decían y dejando la pantalla del ordenador apagada se giró y se quedó mirando a Villamil, este al darse cuenta que ninguno decía nada levantó su vista de su teléfono y les miró desconcertado.

Isaza: ¿Nos vas a decir que te pasa o nos tenemos que quedar aquí todo el día? –Dijo cruzado de brazos-.

Villamil: De verdad que no es nada chicos –Dijo intentando desviar el tema-.

Martín: Papo, claro que pasa algo. Tú eres una persona divertida y pocas veces te ha faltado una sonrisa en el rostro, nos preocupamos –Dijo mirando a Villa fijamente-.

Villamil: Vale –Dijo antes de soltar un suspiro- Anoche al volver del evento Laura comenzó a llorar, las fans le están mandando muchos más mensajes de odio hacia nuestra relación y nos hemos distanciado por eso, tengo miedo de que algo peor suceda –Dijo con tristeza en la voz-.

Simón: Madre mía perro, realmente lo que hacen no está nada bien, pero veréis como al final lo arreglais –Dijo intentando animar a Villamil– Sabemos que si apoyas a Laura y hablas con las fans sobre esos mensajes todo volverá a la normalidad antes de tiempo.

Villamil escucho a los chicos y aun algo dolido continuaron con el trabajo. Al cabo de un par de horas dieron por finalizado el trabajo y todos se despidieron para poner rumbo cada uno a un lugar diferente, Villamil llego a casa de Laura y lo primero que escuchó fueron un par de sollozos ahogados. Villamil suspiro con tristeza al ver como Laura estaba sentada en el sofá con el teléfono en la mano llorando, se acercó a ella y se sentó a su lado llamando así su atención.

El chico del corazón de cristalWhere stories live. Discover now