Capitulo 21

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Laura: Bueno, nos vamos -Dijo sonriendo al ver como Villa cargaba a Ángel-.

Ángel: ¡¡Sii!! -Bajando de los brazos de Villa-.

Clara: Antes de las ocho aquí y mucho cuidadito con todo. –Dijo sonriendo mientras revolvía el pelo de Ángel de forma muy tierna-.

Laura: Que si mamá, adiós. –Se despidieron  y cogiendo la silla del coche de Ángel-.

Los tres pusieron rumbo al coche. Laura miró a Ángel que iba saltando de la mano de Villa y su mirada se desvió a la cara de Villamil, en ella había dibujada una sonrisa que casi no le cabía en la cara y se la contagió a Laura. Cuando llegaron Villamil abrió el coche y colocó la sillita de coche de Ángel para luego montarlo, Laura se sentó en el copiloto y Villa entró.

Laura: Bueno ¿Qué te apetece hacer hoy? –Se giró para quedar cara a cara con Ángel-.

Ángel: Pues... -Quedó con cara pensativa- quiero un helado y después conducir un coche de esos que van muy rápido. –Dijo sonriendo con un brillo en los ojos por la emoción-.

Laura: ¿Y no crees que eres muy pequeño para esos coches?

Ángel: No -negó con énfasis -hay unos coches donde se pueden montar dos personas, yo me montó con Villamil y tú vas en otro sola. –Laura y Villamil se miraron completamente sorprendido por la respuesta del pequeño rubio-.

Villamil: A mí me parece perfecto.

Laura: Vale ¿Te parece si primero vamos a comer, después a por el helado y por último vamos a los coches? –Dijo buscando la aprobación de aquel pequeño al que adoraba-.

Ángel: ¡Si, si, si! –Dijo muy emocionado-.

Fueron McDonald's para almorzar, allí Villa conseguía hacer reír tanto a Ángel como a Laura con algunas tonterías. Cuando terminaron de comer pusieron rumbo a la heladería más cercana mientras ambos jugaban con Ángel el cual no dejaba de sonreír. Ya allí y esperando para pedir Villa les preguntó:

Villamil: Tú de fresa –señaló a Laura la cual asintió con una sonrisa- Y tú ¿Qué sabor quieres? –Dijo mientras se arrodillaba para quedar a la altura de Ángel-.

Ángel: Yo de chocolate. –Dijo sonriente lo que hizo que al colombiano se le escapara una sonrisa-.

Villamil: ¡Chocola! Igual que yo -Le sonrió y se dirigió a la cola-.

Laura y Ángel se sentaron en un banco próximo a la heladería a esperar a Villamil. Ángel se sentó al lado de Laura y ambos miraron a Villa al cual estaban atendiendo.

Ángel: Me cae bien tu nuevo amigo -Sorprendió a Laura con ese comentario y al mirar al pequeño se topó con una cara de felicidad-.

Laura: Me alegro tanto de que te caiga bien. –Dijo mientras lo abrazaba-.

Ángel: ¿Puedo pedirle que sea mi amigo también? –El pequeño tenía cara de emoción y sorprendió a Laura por la pregunta-.

Laura: Sí, claro –Dijo mientras le sonreía con ternura, mientras Villamil se acercaba con 3 helados y le entregó a cada uno el que le correspondía-.

Ángel: Villamil ¿Quieres ser mi amigo? –Villa miró rápidamente a Laura sorprendida y ella le respondió con una mirada de "A mí no me mires"-.

Villamil: Claro que quiero ser tu amigo. –Con una voz emocionada lo que hizo que Laura se derritiera de ternura y le sonrió- ¿Has visto Laura? Tengo un nuevo amigo.

Laura: Eso estoy viendo –les dedico una sonrisa a aquellos hombres que le habían robado cada trocito de corazón-.

Ángel: Y estos dos amigos te ganarán en los coches –Dijo con un tono como de superioridad lo que hizo reír a Laura-.

Laura: Eso está por ver –Sonriéndole con una ceja arqueada mientras que Villa se acercaba a Ángel como si Laura no los viese-.

Villamil: Le vamos a ganar. –Ángel asintió varias veces con rapidez lo que hizo que a Villamil se le escapara una sonrisa-.

Se dirigieron al coche para ir al lugar donde se encontraba la pista. Cuando aparcaron y entraron Villamil fue a comprar las entradas y mientras esperaban su turno Villa se puso a jugar con Ángel imitando que iban en un coche, Laura les miró y sonrió. Poco después una señora que estaba al lado de Laura le dijo:

Señora: ¿Es tu hijo? Porque es muy bonito y él como padre hace un gran trabajo.

Laura: No, no, es mi hermano pequeño –Dijo mientras les sonreía y le dirigía una fugaz mirada a los dos-.

Señora: Pues ya sabes que de mayor tendrás una bonita familia.

Laura: Gracias supongo. –Sonrió un poco extrañada-.

No pasó más de un minuto y les llamaron para entrar, ya vestidos con los monos y cada uno en su coche con los cascos Villa se encontraba con Ángel en el coche mientras que Laura estaba en uno sola.

Ángel: Te vamos a ganar -Dijo mirando a su hermana y sacándole la lengua-.

Villamil: Mi amigo te lo ha dicho todo. –Levantando los hombros con una sonrisa y Laura rió-.

Esperaron a que el semáforo se pusiera en verde y empezaron la carrera, dieron un par de vueltas en las que Laura se posiciona la primera, pero en la última vuelta Villamil y Ángel le adelantaron ganando así la carrera. Cuando frenaron ya donde le indicaron el primero en salir fue Ángel, salió y se puso casi a saltar de la alegría y la emoción.

Ángel: Te dije que te íbamos a ganar –Se acercó a villamil que levantaba su mano para que chocara los cinco y no dejaba de sonreír-.

Laura: Esta vez ganaron ustedes pero quiero la revancha –Dijo dándole con el dedo en la nariz a Ángel suavemente-.

Ángel: ¿Ahora? –Dijo con algo de emoción en la voz-.

Laura: No, otro día que ya es tarde y si no volvemos antes de las ocho a casa mamá nos mata. -todos comenzaron a reír-.

Cuando salieron fueron directos al coche ya que ya estaba anocheciendo y se pusieron rumbo a casa de los padres de Laura. Por el trayecto Ángel no paraba de contar lo bien que lo había pasado y tanto a Villa como a Laura se les escapaban sonrisas. Cuando aparcaron se pusieron de nuevo rumbo a la casa, Laura tocó y de nuevo abrió su madre.

Clara: Hola, habéis llegado a tiempo ¿Qué tal os lo habéis pasado?

Ángel: Super bien mamá, hemos hecho tantas cosas y ahora Villa es mi amigo -Dijo demasiado rápido por la emoción-.

Clara: Bueno ahora me lo cuentas todo ¿Vale? –Dijo con una sonrisa muy maternal y Ángel asintió- Vete entrando que tu padre te está esperando –Ángel sonrió y entro corriendo a la casa- He preparado la cena para todos y les prohíbo decir que no, tenemos que conocer al nuevo novio de mi hija –Dijo mirándolos-.

Laura y Villa se miraron, ella no supo qué decir y a villamil se le dibujó una sonrisa en su rostro.

Villamil: Creo que no vamos a tener otra opción.

El chico del corazón de cristalOnde histórias criam vida. Descubra agora