Capitulo 6

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Laura despertó aquella mañana de poca gana, al llegar tarde la noche anterior era como haber dormido una hora. Sin todavía abrir los ojos ya pensaba en Villamil. De verdad que no se explicaba lo que había hecho ese chico en ella pero no se lo quitaba de la cabeza. La alarma la sacó de su mente y se levantó.

Laura vivía sola desde hacía casi 1 año. Fue a ducharse y cuando salió se comenzó a preparar el café mientras acomodaba las cosas para la universidad.

Cuando terminó se miró por última vez al espejo y salió camino a la parada del autobús.

Ya en la universidad no conseguía poner atención a la clase por culpa de los recuerdos de la noche anterior. Después de una eterna clase de microeconomía miró el teléfono esperanzada pero no se encontró nada más que unas notificaciones de Instagram. Se dirigió a su próxima clase algo más triste y intentando poner más atención, al salir de diseño de empresas miró el móvil con el mismo objetivo de antes y nada. Durante el día no lo volvió a mirar dándose por vencida, Villamil jamás le hablaría.

Ya en el autobús camino a casa comenzó a escuchar música y a pensar en todo lo que le había ocurrido anoche mientras miraba fijamente las calles de Madrid. Sin duda Villamil era un chico gracioso y muy tierno, sin restarle importancia a su belleza. Algo que se quedó marcado en la mente de Laura fueron sus ojos, eran verdes con algunos matices marrones y junto al brillo de las farolas los transformaron en algo tan mágico y digno de recordar.

Laura bajó del autobús y subió a su casa, lanzó su mochila a un lateral de la entrada. Cansada se lanzó en el sillón, las clases le consumían mental y físicamente. Pasados unos minutos Laura se decidió levantar a preparase algo para comer, ya sentada miraba Instagram cuando de repente le llegó una notificación de un número desconocido. Cuando entró descubrió que era Villamil y este le ofreció dar una vuelta esa mismas tarde.

Después de la conversación Laura apago la pantalla y dejó el móvil en la mesa, la emoción que sentía era tan grande que ella misma se sorprendió. Laura se dio cuenta que ya eran casi las 15:30 y había quedado a las 18:00.

Se levantó y como un rayo se dirigió a su armario. Ya enfrente lo abrió de par en par y miró sus opciones. Después de literalmente casi una hora probándose conjuntos se decidió por algo casual: una camiseta de rayas blancas y negras con una chaqueta vaquera, un vaquero negro y unas zapatillas blancas con algo de plataforma.

Cuando se vistió, comenzó a alisar su pelo un poco y lo dejó suelto. Se puso algo de rimel y nada más, no era plan de ponerse mucho maquillaje. Ya lista se miró al espejo y asintió con nervios.

Justo en ese momento sonó el timbre y su corazón se detuvo durante una milésima de segundos. Laura miró a la puerta y sintió que todo su cuerpo temblaba. Abrió la puerta y ahí estaba él, sonriendo de oreja a oreja con un ramo de diferentes flores en la mano.

Villa: Hola -dijo y extendió el ramo- Son para ti.

Laura le miró con mucha ternura: Buenas Villa, son preciosas de verdad que no hacía falta.

Villa sonrió y Laura se apartó para que entrará, cuando pasó por su lado Laura aspiró su colonia y sonrió.

Laura: Voy a ponerlas en agua y nos vamos.

Villa asintió tímido y se quedó mirando la casa, a Laura le dio mucha ternura verle así de tímido.

Laura cogió un jarrón que compró hace ya tiempo y lo llenó de agua, con cuidado depósito las flores. Salió de la cocina y dejó el jarrón en la mesa, mientras no pudo evitar notar la mirada de Villa posada en ella, esto hizo que Laura se sonrojara y él al darse cuenta sonriera.

Villa se acercó a ella y le tomó la mano haciendo que Laura se pusiera muy nerviosa, al mirarle él dijo: ¿Nos vamos?

Laura asintió mirándole embobada a los ojos y salieron de su casa con la mano cogida. Ya abajo Villamil sacó unas llaves y le abrió la puerta a Laura la cual subió sonriente

Laura y Villamil ya en el coche se dirigieron a un lugar desconocido para Laura.

Laura: ¿A donde vamos?

Villa le miró sonriente: Es una sorpresa.

Villa aparco en un lugar cercano al parque del retiro y siguieron andando hasta que llegaron a la puerta del parque, Villamil tomó la mano de Laura y la guió hasta la zona de las canoas. Ya en el muelle, Villa ayudo a subir a Laura y ya montados Villa tomó los remos.

Llevaban 5 minutos en las canoas cuando solamente se había alejado un par de metros del muelle, Laura río al darse cuenta de los problemas que tenía Villamil al remar.

Laura: ¿Alguna vez habías montado en esto? -dijo con una risa tonta-

Villa: Si, con mis amigos pero no reme yo -dijo rascándose la nuca con una sonrisa vergonzosa-.

Laura estalló a reír y Villamil le siguió.

Laura: Mientras podamos volver -dijo sonriendo- Aunque no estoy nada mal aquí.

Villa sonrió orgulloso: Me alegro tanto que te guste, dudé sobre si esto te gustaría.

Laura: Pues mira que hace mucho que no vengo y antes me gustaba mucho venir, es precioso.

Villa miró a Laura finalmente y sonrió al verla mirar su alrededor sonriendo como una niña pequeña.

Después de un rato entre risas para intentar volver, se dirigieron a un restaurante cercano en el que Villa había reservado mesa.

Laura sonrió: ¡Vaya! Estas en todo.

Villamil sonrió y llevó a Laura a su mesa, cuando pidieron Villamil empezó a preguntarle.

Villa: Aunque hayamos hablado tanto no se casi nada sobre ti, pero ¿que haces? ¿Que estudias?

Laura: Estoy estudiando en la universidad, estudió administración y dirección de empresas, en el poco tiempo que tengo libre hago deporte y me gusta la música. Tu que haces?

Villamil: También estudió, bueno estudiaba -río- pero mi trabajo no me deja terminar la carrera. Pero actualmente tengo una banda de música y nos dedicamos a viajar.

Laura abrió mucho los ojos: ¿Como se llama la banda?

Villa: Morat

Laura: ¡Qué guay! He escuchado algunas canciones y son preciosas, muy buenas -dijo sonriente-.

Villamil sonrió agradecido: ¿Y que instrumento tocas?

Laura: Realmente, ninguno. Desde que empecé la universidad no me da tiempo a casi nada y no he aprendido a tocar ninguno. ¿Tú cuáles tocas?

Villa: Guitarra, bajo, guitarra eléctrica... Pero lo que me caracteriza es tocar el banjo -dijo sonriente-.

Laura: ¡WOW! Es un instrumento muy peculiar, nunca lo he intentado tocar -dijo sonriente y sorprendida-.

Villa sonrió y siguieron hablando sobre cosas y al final se dieron cuenta de la hora y se dirigieron a casa de Laura.

Ya en la puerta Villamil le fue a preguntar.

Villa: Oye.. Eh... ¿Te gustaría venir mañana al ensayo de la banda? -dijo notoriamente nervioso-.

Laura sonrió ilusionada por la oferta: Estaré más que encantada.

Villamil sonrió. Por un momento Villamil quiso besar a Laura pero tuvo que reprimir las ganas y se despidió con un beso en la mejilla.

Laura: ¡Hasta mañana Villita! -sonrió Laura feliz-

Villa: Hasta mañana, te mandaré un WhatsApp para decirte la hora.

Y dicho eso se fue dejando a Laura sonriendo como una niña pequeña.

El chico del corazón de cristalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora