Capítulo 35

1.1K 70 44
                                    

Villamil: Laura despierta –Dijo susurrando tiernamente a su oído mientras le acariciaba dulcemente el rostro- Tenemos que tomar un avión hacia Valencia.

Laura fue abriendo lentamente los ojos hasta toparse con los verdes ojos de aquella persona que cada día le robaba más el corazón.

Villamil: Buenos días preciosa –Dijo sonriendo y dándole un corto beso-.

Laura: Buenos días mi tesoro –Dijo mientras le abrazaba tiernamente y juntaron sus frentes-.

Ambos se prepararon. En cuanto estuvieron listos y con todo en orden bajaron a recepción donde se reunieron con los demás para poner rumbo al aeropuerto. Al llegar al aeropuerto no se toparon con ninguna fan y pudieron hacer todo con tranquilidad. Cuando llegó la hora de embarcar les informaron que el vuelo tenía una hora de retraso, al ver que no tenían nada que hacer decidieron sentarse en un banco libre cerca de la puerta de embarque.

Laura: ¿Jugamos a algo?

Simón: Sii –Dijo emocionado-.

Laura: Podemos jugar a hacer mímica.

Martín: Venga, empiezo yo –Dijo levantándose-.

Martín se quedó unos segundos pensando y se puso a imitar un elefante delante de todos.

Laura: Un elefante –Dijo rápidamente-.

Martín: ¡Sí! –Dijo y Laura lo comenzó a celebrar con felicidad-.

Laura: Me toca –Dijo levantándose emocionada-.

Ya de pie comenzó a imitar las acciones más comunes de Villamil en los conciertos tocando.

Isaza: Villamil -Dijo riendo al ver a Laura-.

Laura: Sí –Dijo riendo-.

Villamil: Yo no hago eso cuando toco -Dijo frunciendo el ceño fingiendo estar ofendido-.

Martín: Amigo lamentablemente sí que lo haces –Dijo asintiendo con la cabeza lentamente y todos comenzaron a reír-.

Isaza: Me toca a mí.

Isaza se puso de pie y se colocó en 4 patas, saco la lengua imitando a un perro mientras recibía la mirada extraña de una pareja que pasaba por allí.

Simón: Un perro.

Isaza: Muy bien perro –Dijo riendo-.

Simón se levantó y se quedó pensando un minuto hasta que comenzó a imitar pésimamente a una sirena. Todos se quedaron mirándolo intentando descifrar lo que imitaba, pero no sabían que responder.

Villamil: Simón, eres pésimo haciendo mímica –Dijo y todos comenzaron a reír-.

Continuaron jugando a la mímica y así consiguieron que la hora se les pasará mucho más rápido y divertida. Una vez les avisaron entraron al avión, Laura se sentó y apoyó su cabeza en el hombro de Villa para acomodarse para dormir un poco. El resto hizo lo mismo y se pasaron el trayecto en avión dormidos o relajados para poder descansar. Pasaron un par de horas y estaban a escasos minutos de aterrizar.

Villamil: Laura despierta, ya hemos llegado –Dijo besándole suavemente en la cabeza-.

Laura se despertó y se colocó para el aterrizaje. Minutos después ya habían llegado a Valencia. Se dirigieron a recoger sus maletas. Villamil iba muy cargado así que le pidió ayuda a Laura.

Villamil: Laura –Dijo captando su atención-.

Laura: Dime –Dijo mirándole sonriente-.

Villamil: ¿Me puedes llevar el banjo? –Dijo tomando unas maletas en cada mano-.

El chico del corazón de cristalWhere stories live. Discover now