Capítulo 9.

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Pasó un poco más de una hora, Lily ya estaba en la puerta del colegio esperando a Gerard, miraba el teléfono con impaciencia y golpeteaba un pie contra el escalón de mármol de la entrada. Miraba a todos lados si no estaba mirando el teléfono. No sabía desde dónde llegaría Gerard y si lo haría caminando o en el mismo auto que la llevó a casa la otra noche. De todas formas cada vez que escuchaba el motor de un auto acercarse se esperanzaba con que fuera él. La llamada de Maddi ya había calado hondo en sus pensamientos y se sentía una persona horrible por no poder acompañarla. Le gustaría poder hacerlo pero no iba a soportar todo eso, la gente teniendo lástima por alguien que no se la merecía. No era como lo que le pasó a su padre. Eso fue un accidente, lo dijeron desde el primer momento en la televisión. Andrew se había buscado terminar como lo hizo. Quería llamar a Maddi y explicarle sus razones para que no la vea como una mala amiga. Escuchó otra vez un auto, cruzó los dedos de la mano derecha. No quería estar un minuto más sola. Y ahí estaba, el mismo auto negro brillante se detuvo en la vereda del colegio. Se levantó y bajó apresurada los escalones, justo para encontrarse con él cuando bajó del auto y lo saludó con un abrazo que lo sorprendió pero que correspondió sin hacer preguntas.

-No imaginé que ya me extrañabas, solo no nos vimos un par de días.

La escuchó soltar una risita ahogada. Se soltaron y los ojos de ella brillaban.

-Perdón, es que hoy Maddi me llamó.

-¿Te parece si lo hablamos en el auto?

-¿A dónde vamos?

-Donde quieras.

-Que sea lejos, no quiero cruzarme con nadie.- el asintió.

Dicho esto Lily subió del lado del acompañante. Arriba del auto se tapó el cabello con la capucha del buzo bordó. Eso la ayudaba a estar más tranquila. Gerard subió de su lado y puso el auto en marcha, dobló a la izquierda en la esquina en dirección al centro de la ciudad.

-¿Cómo estuvo el ensayo?

-Creí que me contarías para que te llamó tu amiga.

-No quiero aburrirte con mis cosas, háblame de la banda.

Lo que ella no sabía es que Gerard adoraba escucharla. Ya fuera para quejarse por toda la mierda que estaba pasando o para acotar algún comentario. Podría escucharla todo el día. Él le contó del ensayo, de lo bien que la pasaba con sus amigos cuando tocaban. Le comentó de la fiesta a la que fue el fin de semana y que se encontró con un amigo que le podría arreglar una fecha de concierto. Cada tanto desviaba lo vista del camino y veía que ella lo miraba prestando atención a cada cosa que decía.

-¿Todas sus canciones tienen el mismo estilo?

-Más o menos, todos tenemos bandas en común, a veces variamos alguna pero es casi todo igual.

-Me gustaría escucharlos.

-Puedes venir a algún ensayo.

Eso la tomó por sorpresa y giró la cabeza a la ventanilla para que no notara que se había sonrojado. Le encantaba la idea de ir pero la incomodaba el hecho de ser la única chica que estuviera ahí.

-¿Van más chicas a verlos ensayar?

-No, pero podrías ser la primera.

Siguieron recorriendo la ciudad un rato más hasta que ya no había edificios. Todos eran casas bajas y negocios, en su mayoría eran lugares para comer o bares. Lily no conocía esa parte de la ciudad más que de haber pasado alguna vez en el auto con su madre. Se estacionaron en un bar con un cartel de neón en el frente que anunciaba que había mesas de pool.

Going to Pasalacqua TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora